Sebastián se pasó la mano por la cabeza y expresó en voz alta—Lo sé hijo, soy el hombre más imperfecto que existe, pero quiero que seas mejor que yo. Mi corazón se iba a desprender, cada vez que tomabas una curva, no sé porque tienes que ser tan terco y no entender que lo que te digo es por tú bien
—Yo también te amo Sebastián Renaldo —besando a su padre. Luego de comer, el niño le dijo que tenía sueño, lo acompañó al dormitorio, allí mientras su hijo dormía pensó en Antonia o mejor dicho en Anabella, porque estaba seguro que es ella, recordó el beso del día anterior, y su corazón se aceleró m
Antonia estaba jugando tenis, con Alondra y Matteo en una de las canchas de la villa, mientras Nick y Sophía los observaban, cuando se dio cuenta de la llegada de Sebastián y uno de los gemelos, que estaban siendo acompañados por una persona de servicio hacia Nick y Sophía, donde se saludaron y se q
Sebastián se quedó viéndola con una mirada tierna y levantó sus manos y empezó a delinearle el rostro, después su nariz, los ojos, sus labios, sus mejillas, estaba hipnotizado con ella. Estaba gratamente conmovido, lágrimas de emoción recorrían su rostro, ella se las enjuagó con ambas manos, mientra
Sebastián se sorprendió con todo lo que expresóAnabella—Wow, lo conoces muy bien ¿Cómo sabes todo eso de Taddeo, si no recuerdas? —Sólo lo sé, no puedo explicarte como tengo ese conocimiento de él. Tal vez esa información está en mi subconsciente. —Está bien mi amor ¡Tranquila! mañana temprano ire
Anabella se despertó al amanecer, producto de los besos y caricias de Sebastián, se habían extrañado mucho y no perdían oportunidad de entregarse uno a otro e irremediablemente volvieron a amarse, ella gimió y entonces él la beso con toda la fuerza y pasión masculina, pasó sus manos por esa delicada
—Qué hombre tan manipulador —manifestó Sophía entre dientes y en voz baja.—¿Cómo amiga? No entendí lo que dijiste —interrogó Anabella.Nick se quedó viendo a Sophía con una mirada de súplica, ella volteó hacia el otro lado para no seguir observándolo. Él habló antes que Sophía pudiera agregar algo
Sebastián lo observaba con ojos entrecerrados y con una mirada intensa le dijo — ¡Bravo!, sigue echándole sal a la herida, pero cuéntame ¿para eso fingiste volver ser mi amigo? para burlarte y regodearte—se levantó de su asiento y cuando iba rumbo a la puerta, Nick lo detuvo.—Claro que no, es sólo