—Me enviaron contigo, tienes un mensaje importante para mí——Al fin la bestia ha despertado— Vael alza una ceja mientras escucha cómo la anciana habla, ella le intenta tocar el rostro, pero él toma su mano vieja y la llena de arrugas. —No tienes por qué tocarme, solo dame la información que necesito, no es para eso que estás aquí— Su tono de voz es tan aguda, su mirada vacía y, pero dejándote claro que no le importaría matarte si así lo deseas. —Después de tantos años la maldición se consumó-Él aún no entiende de qué le habla la anciana, pero empieza a mover las piedras de colores. Él las mira sin pestañear y ve cómo el coche de Akira pasa a su lado. La mirada de él y de lass se chocan, pero la anciana le habla. —nadie puede verte aquí solo ella——¿Por qué?— le preguntó. —por qué ella es tu elegida y ella pose el poder que necesitas— Él suelta una risa sin gracia y dobla su cuello porque no entiende nada. —¿De qué estás hablando? Lass es mi mate, no la elegí, la diosa lo hizo
Hace muchos siglos, existió un alfa llamado Eros. El mundo de los humanos no existía para ellos y no era importante. En aquellos días la Diosa Luna hablaba con los lobos en cualquier lugar y a cualquier hora. Los lobos y toda criatura tenían acceso al templo de las Ninfas. Los portales se usaban para todo hasta para la caza en tierras ajenas o lejanas, pero aquel alfa no se sentía conforme con su poder. Sentía que no era suficiente porque su grandeza era mucha y su poder según él muy poco, y los lobos pocas veces necesitaban de él, pues las facilidades que la Diosa les había dado hacían de EROS un simple lobo de la cual rara vez necesitaban ayuda y no lo alababan como él quería. Estaba acostumbrado a obtener lo que quería y le pidió algo a la Diosa Luna, la cual ella se negó porque ella ya había visto su corazón y las atrocidades que podía cometer con tal poder.Aquella decisión de la Diosa Luna lo hizo enfurecer a tal grado que robó las cuatro piedras del templo de las Ninfas, ya qu
Lass se despierta a media noche, suspira y no abre los ojos. La habitación está en completa oscuridad así que trata de prender una lámpara, pero no enciende, aún adormilada trata de buscar su teléfono, pero no lo encuentra así que suavemente se levanta arrastrando su pie aún adolorido por la mala pisada y camina en busca del interruptor, pero choca con algo duro y al mismo tiempo suave siente como unas manos le aprietan la cintura clavando sus dedos en su vientre bajo suelta un respingo, pero se da cuenta de que es vael por su aroma abre sus ojos y ve el brillo qué hay en los de él, pero por alguna razón siente miedo y se paraliza.Él se da cuenta y la lleva a la cama y empieza a desnudarla, pero ella no siente deseos de estar con él, por lo que empieza a gemir con disgusto por su salvajismo. —No quiero hacerlo, por favor—Le dice soltando un quejido al sentir como aprieta sus manos —¿no me deseas? A caso olvidaste lo bien que te hago sentir—Le susurra, pero ella insiste en alejars
Lass baja a desayunar, lo hace con cuidado y se sostiene de un batón que le dejó su papá. Lleva un vestido de flores hasta sus rodillas y un sombrero semejante. Las mangas son algo grandes, pero el escote en sus pechos se deja ver. Su familia, al verla, la elogia diciéndole que se ve muy guapa. Ni Arturo ni Naím ni Kevin estaban, pues los hombres estaban trabajando arduamente, dejando como guarda de la casa a Vael, ya que su turno sería en la noche.—Hola, familia, hoy no voy a desayunar con ustedes, haré un pícnic en el jardín y cortaré flores para decorar mi habitación, así que supongo que puedo pedir cosas de la cocina— Laila, sonríe y con agrado espeta.—Lo que guates, yo misma les diré que te preparen todo para un pícnic, así que puedes irte tranquila y, por favor, ten cuidado con tu pie, no te muevas mucho——Hija, te dije que me avisarás y te iba a buscar. No quiero que te lastimes el pie, acuérdate que el doctor dijo que tenías que estar tranquila, además podías pedirle a vael
—¿quién eres tú?—Camino con lentitud hacia la mujer que está de rodillas. Lleva un vestido blanco de flores blancas, su cabello es muy rojo y, aunque está oscuro, su piel se ve reluciente. Está ensangrentada y en sus manos tiene un bulto envuelto en una manta, ella no me mira, pero cuando más me acercó la escuchó llorar, lentamente me arrodillo y trato de levantar su mentón y al verla me quedo pasmada. Era yo, era mi misma cara, era lo mismo que verme en un espejo. Caí al suelo y sentí que me ataron por los pies y las manos, mientras que aquella mujer que era yo misma se levantaba aun cargando aquel bulto en sus brazos y aunque trataba de alejarme muerta de miedo y asustada, no podía. Por más que quise gritar con la esperanza de que alguien me salvara, no pasó; en cambio, tomó mis mejillas apretándolas tan fuerte hasta hacerme abrir la boca. Mis ojos se abrieron de tal manera que pensé que se me iban a salir al sentir cómo ella escupía sangre en mi boca. No podía moverme mientras sen
—¿Qué es lo que siempre hago bonita?—La tomó por el brazo sin ser suave y la pegó a su pecho —¿No has visto cómo he cambiado completamente? Todo lo hice por ti—Ella intenta alejarse, pero él no la deja y le da un beso en la cabeza y ella le grita. —cambiaste solo porque lucia está muerta si no seguirías siendo el mismo bastardo infeliz— pero él se ríe y le responde —No alces la voz, puedo escucharte perfectamente desde aquí. ¡Oh!, ¿estás tratando de insultarme con eso? Te recuerdo más brusca gatita—Otra vez ella forcejeó con él furiosa, pero la besó en los labios y pese a que lo mordió duro, eso no fue impedimento para él y la llevó a la cama. La tomó por el cuello y, al despegarse de sus labios, él volvió a ver a kalilah en su rostro. Ella lo golpeó y lo hizo volver a la realidad. —Quieta fiera, ¿quieres rasguñarme o qué? Solo quiero curarte, ¿por qué eres tan malcriada?—Así que, en contra de su voluntad, lamió todo su cuerpo después de amarrarla por los pies y los brazos, d
No sé cuánto tiempo llevo con exactitud, pero nunca he parado de correr desde que llegué aquí y aún no puedo alcanzar el bulto, ni siquiera me acerco a él, pero escucho una voz a lo lejos, puedo reconocerla, llora y está triste, menciona mi nombre, pero discute con alguien, es lass y Eros. Maldito, infeliz, cómo pude ser tan ciego y no darme cuenta de que solo buscaba alejarme de ella, con razón tantos maltratos al amor de mi vida. Cómo me hizo herirlas y que llorara incontables veces! Este es el castigo que me merezco por ser tan estúpido y no darme cuenta de que solo portaba una maldición, pero nunca lo leí, nunca supe nada porque nadie me contó. cómo me dejé vencer, así como pude dejar que me venzan y que lass pagara por mis estúpidas consecuencias, pero tengo que salir de aquí, no puedo dejar que este maldito me haga daño, no es justo que ella pague mis consecuencias por mi descuido y por mis ganas de poder ¿O caso era que yo quería? Ya ni recuerdo mucho de esto, solo sé que nece
—Vamos, por favor, no me mires así. Cualquiera en mi caso hubiera hecho lo mismo que te pasa. Quiero un heredero y sé muy bien que lass será lo suficientemente fuerte como para dármelo vael ¿qué estás haciendo, esas son lágrimas? ¡Ja, ja, ja! De verdad que el amor los vuelve tan patéticos. Yo no amo a lass aunque visualizo a kalilah, no tiene toda su esencia. Le falta una mordida en su cuello de parte mía y el lazo se completa a la perfección. Ella irá olvidándote poco a poco porque sé que aún te recuerda. Está intentando rechazarme, ni siquiera quiere hacer el amor conmigo, lo hizo porque la obligué ¿qué?, ¿quieres hablar? —¿Eres un... ¡agh! No toques a mi mujer, no la lastimes, ella no tiene nada que ver con esto, me querías y me tienes así que déjala en paz, Eros esto es entre tú y yo——shhhhhhh, ¿no has entendido nada de lo que te dije? Todo es por ella, ella es mi kalilah de la otra vida porque tú eres Eros en siglos pasado así que si tiene que ver todo y puedes estar tranquilo