Hola, no se si pueda actualizar hasta la semana que viene porque tengo ensayos que entregar y un examen. Espero su cooperación en compartir la historia mientras estoy ausente, perdonen el inconveniente. Saben que los amo, sino no nos leemos en un par de días nos leemos en una semana, ciao.
April González: M****a, siento lo mismo cuando estaba dando la charla en la universidad. Mi corazón esta descontrolado tanto que hasta me duele el pecho. Me siento juzgada y sé que hice las cosas mal, no debía aceptar vivir con los Doménech. Se hace visible un vaso de agua, pero no puedo parar de rascar mi brazo. —Ya pueden irse. — comenta Adrián molesto alejando el vaso de agua. —González… — interrumpo a Cabrera. —Se que tengo que recoger mis cosas. — respondo con sequedad y algo brusca para luego rascar mi cuello. —Aquí no ha pasado nada, se pueden ir, el director soy yo y el que debe de tomar la decisión soy yo. ¡Lárguense! — exclama molesto parece que Catia y Carla no se van, escucho como el silencio se apodera del lugar para luego escuchar como Cabrera suspira. —Tranquilízate April te estas haciendo daño. — comenta algo preocupado. —Déjenla tranquila, solo debe respirar. — escucho como dice Nathan sus manos toman
April González: Observo como los bomberos juegan con Noah. Sonrió al saber que va a terminar hoy muerto en la cama al llegar a casa. Algunas llamadas llegan donde algunos de los bomberos de la estación se van, pero Adrián esta libre de por sí. Estudio el parecido que tiene el niño con Adrián. ¿Cuántos Doménech habrá por ahí? Solo puedo pensar que la familia de Nathan también era disfuncional. Por lo menos tenía el apoyo económico, aunque es un vivo ejemplo de que el dinero no brinda la felicidad. —Se nota que amas al niño por como lo miras. — comenta Adrián sentándose a mi lado para limpiar su sudor por jugar, me rio. —Si, lo quiero tanto que me quedaría con él toda la vida. — respondo, alejo mis pensamientos de Nathan, me tiro hacia atrás para apoyarme de la silla. —Lamento lo de hoy. —Ya te lo dije, solo mencioné lo que de verdad quiero lograr contigo. — sonrió sin creerle. —¿Por qué? — cuestiono. —Yo solo siento agrad
April González: Al llamarnos a comer llegan un grupo de mujeres donde las compañeras de Adrián giran sus ojos. Estas rápido van hacia sus parejas… me alejo al ver que dos mujeres del grupo de acercan a Adrián. Lo único que puedo hacer es que no le hagan daño a Noah y que no vea nada fuera de lugar, ya esta bastante traumado. —Es igual papi. — comenta Noah riendo, haciendo que yo haga un ademan de que haga silencio. —Adrián ya no vas a las citas en grupo. — se queja una con voz chillona. —Cierto tenemos que volver a ir a beber. — exclama otra para abrazarlo, pero Adrián las interrumpe aclarando su garganta. —Lo lamento, pero ya tengo a alguien. — siento como me toma de la mano y me hala a su lado. Siento como mis nervios se me activan ante su toque y mas me imagino que mi cara esta hecha un tomate. —Les presento a April… — Noah lo interrumpe. —¡No! — exclama interponiéndose entre nosotros. —¡Mami es mía! — tod
April González: Mis ojos se abren automáticamente a las cuatro de la mañana. No siento el calor de Doménech, miro a mi lado donde la cama esta vacía. Me siento en la cama sin dejar de mirar el otro lado de la cama. —Así será cuando me vaya… — susurro donde mis ojos se cristalizan para luego darme sobre los cachetes con las palmas de mis manos para alejar esos pensamientos de que voy a estar sola. Me preparo para para empezar hacer la comida de acción de gracias con mi estilo caribeño. Gracias a Dios había adobado el pavo cuando lo compramos y lo deje en la nevera, hoy solo toca hacer el mofongo para rellenarlo y ponerlo en el horno. Solo me tocaría hacer el arroz con gandules, ensalada de papa, el mofongo, coquito… doy un chillido de emoción para bailar ya que al fin voy a comer algo que me gusta. Abro la puerta del cuarto de Noah que todavía sigue durmiendo, ayer si que gasto toda su energía. Acaricio su cabello para besar su fren
Nathan Doménech: —Deborah me retiro, tengo una cita con Noah y April. — aviso mientras salgo de la oficina donde mi secretaria se levanta de cantazo para mirarme molesta. —¿Una cita? — pregunta enojada para señalarme con su bolígrafo de forma amenazante. —Le dije que no la llamará, no puede verse desesperado jefe. Le permití que la trajera la semana pasada para que viera sus productos, pero hasta ahí. Todos apuesto vieron como la observa, las mujeres de aquí no han subido a verlo. Es como si hubiese dicho a los cuatro vientos de que tienes una chica y que no necesitas a nadie más. — se calla al ver mi cara de pocos amigos. —Solo me preocupo por usted. — susurra para mirar el suelo. —Espero que de verdad funcione este método y que no sea para acercarla a Adrián. — respondo a lo que le sube un escalofrío. —Yo nunca prometí eso, solo que dejaré que April experimente y se de cuenta de verdad a quien quiere en su vida. — contesta, noto com
April González: —April pasa por favor. — manda la psicóloga mientras sale Doménech algo tenso. Me levanto con la mano de Noah unida a la mía. Nathan se acerca para sonreírme donde extiende su mano para que deposite la mano de su hijo en la suya. Miro a Noah para sonreírle y dejar su mano junto a la de su padre. Camino hacia la psicóloga para dar una ultima mirada a los chicos. —Siéntate donde desees. — comenta con amabilidad donde me siento donde estaba hace media hora atrás. —Bueno soy toda oídos. —¿Qué te dijo? — cuestiono directo al grano esta suspira para negar. —Tu mejor que nadie tienes que saber que no podemos divulgar información de nuestros pacientes. — responde a lo que achico mis ojos juzgándola. —¿No te tienes nada que decirme? Inhalo y exhalo para decirle todo de mi apartamento y del trabajo. Mis piernas se mueven con ansiedad cuando hablo de Nathan, aunque le menciono que he tenido sexo con él.
April González: —¿De verdad es un buen chico? — pregunta mi madre por quinta vez por el teléfono mientras pruebo varios outfits para la primera cita que tendré con Adrián. Ya llevo dos semanas en el apartamento, Adrián me lleva y me recoge del colegio cuando puede. Es muy amable y caballeroso, aunque tiene ese aire juvenil. A veces me siento fuera de su mundo, pero logra que entre mientras me explica las cosas. He tratado mucho de estar en su mundo de bomberos. De igual forma cuando llega en la madrugada hago desayuno para los dos y hablamos un poco. —Si madre. — respondo alargando las palabras, cansada de la misma pregunta. —April si se trata de pasar de listo métele un buen puñetazo, como me dabas a mi cuando peleabamos. — aconseja mi hermano a lo que giro mis ojos. —Todo estará bien, cuando llegue a casa los llamo, adiós. — cuelgo, aunque siguen hablando. Me visto para salir de mi cuarto y modelar ante la
April González: Me levanto con dolor de cabeza por el sonido de la alarma. Espera ¿la alarma? Me pongo de pie como loca para bañarme y sacarme el maquillaje de la cita fallida de ayer. Salgo del cuarto como loca y choco con algo que se encuentra en el suelo para luego escuchar como ese algo se queja. Grito al ver a Adrián y este tampoco se queda atrás. —¿Qué haces aquí? — pregunto mirando la hora. —No lo sé, solo me levante aquí. — responde aun quejándose por la jaqueca, gruño. —Pues vete a tu apartamento. — le digo con molestia para hacerme unas tostadas rápido. —April… por favor perdóname. — dice Adrián a lo que giro mis ojos. —April… — lo interrumpo. —Adrián si quieres una relación seria debes de cambiar, si de verdad quieres a esa persona cambias por ella. Ayer pude ver que más importante es compartir con tus compañeros que nuestra cita. Y no me hables, no estoy de humor. — fijo mi mirada en el chico qu