Aquí su relagolo de nacidad, recuerden que el mejor regalo es estar con sus seres queridos aprovechen cada segundos con ellos. Espero que la pasan super en este día que Jesucristo cumple años. Los amo, por favor recuerden seguirme, calificar la historia y compartila. Nos leemos en un par de días, ciao.
April González: Me levanto con dolor de cabeza por el sonido de la alarma. Espera ¿la alarma? Me pongo de pie como loca para bañarme y sacarme el maquillaje de la cita fallida de ayer. Salgo del cuarto como loca y choco con algo que se encuentra en el suelo para luego escuchar como ese algo se queja. Grito al ver a Adrián y este tampoco se queda atrás. —¿Qué haces aquí? — pregunto mirando la hora. —No lo sé, solo me levante aquí. — responde aun quejándose por la jaqueca, gruño. —Pues vete a tu apartamento. — le digo con molestia para hacerme unas tostadas rápido. —April… por favor perdóname. — dice Adrián a lo que giro mis ojos. —April… — lo interrumpo. —Adrián si quieres una relación seria debes de cambiar, si de verdad quieres a esa persona cambias por ella. Ayer pude ver que más importante es compartir con tus compañeros que nuestra cita. Y no me hables, no estoy de humor. — fijo mi mirada en el chico qu
April González: Los Doménech nos observan con enojo que no disimulan ni un poco. Adrián pasa su mano por mi cintura y me hace enfrentarme a Cabrera. Hablan algo, pero la verdad todo me esta dando vuelta. Siento muchas cosas y no se identificarlas, es como si me hubiesen dado un choque de hondas de sonido y me dejaran completamente desorientada. Despierto del transe cuando me encuentro en el auto del bombero. —¿Qué fue eso? — pregunto aun sin entender. —Fue un beso, para hacer entender al Sr. Doménech que tú también lo estas superando. — responde divertido Adrián. —Esto esta mal… muy mal. — comento preocupada por la ira que me espera de parte de los Doménech. —No hay nada malo, él estaba muy pegado a esa mujer. No puedes verte como otras de sus víctimas ¿no? Te vieron fuerte, que no lo necesitas. — explica a lo que niego. —Pero… — me detengo “si son importantes para mí” pienso. —Olvida todo, vamo
Nathan Doménech: Otra vez estoy mirando el lado de la cama de April, carajo esto duele. Estiro mis brazos para mirar el techo pensando una forma natural en la que pueda hablar con ella. Se que no puedo llamarla, me vere muy necesitado. Luego de que se fuera con Adrián yo me retiré, han pasados días de eso y todavía sigue la imagen del bombero besando a mí April. Noah parece que está echando hacia atrás en el aspecto académico. Me levanto de la cama, mejor trabajo para no pensar en estas cosas. —Buenos días. — saludo al llegar a la oficina junto a un bostezo. —¡Buenos días jefe! — exclama Deborah con una sonrisa algo… rara. No la he visto mucho ya que solo me he centrado en los proyectos fuera de la empresa. He hecho tantas entrevistas, trabajos, reuniones… eso me ha ayudado en no pensar en April, aunque los de los condominios para estudiantes y el barrio más pobre es por ella... Ninguna mujer ha logrado que termine en la
April González: Camino incomoda por tanta gente y lo peor… Nathan de verdad es famoso. Las personas no paran de sacar fotos, mientras yo trato de meterme más en mi suéter y en una bufanda que compré. Choco con Nathan que al girarse donde al verme gira sus ojos para bajar mi bufanda que me cubre hasta la nariz. —April por favor, van a creer que estoy con una famosa. — comenta mientras sonríe un poco a sus fanáticos que son felices con que solo los salude. —No quiero salir en las noticias. — le digo ocultándome más. —Si quieres ser parte de la vida de Noah tienes que acostumbrarte. ¿No has visto que hasta las niñeras de los hijos de un famoso salen en las noticias? Ahora quítate todo eso. —No quiero… — lloriqueo y forcejeo un poco para que no me quite la bufanda. —¿No tienes calor? — pregunta aguantando perder la paciencia a lo que yo niego rápidamente. —Vamos April… — usa más su fuerza y ahí sale mi cara ante
April González: —Bienvenidos desean están en el comedor o en un salón aparte. —Salón aparte. — responde rápido Nathan con un brillo especial. —Pasen por favor. — dice el muchacho donde lo seguimos. —Creí que era lo que yo quisiera Doménech. — la digo entre dientes. —No me pueden ver aquí, pensaran que vine para otras cosas. —Es claro que es un restaurante, pero con temática de underground. Subimos unas escaleras para cuando el mesero abre la puerta encontrar un lugar acogedor estilo japones que da vista a la cuidad y parte del restaurante de abajo donde se encuentra la barra. Le damos las gracias, Nathan es el primero en estudiar todo. Noto como está vestido como cuando le dije que se vistiera casual. Me siento en el piso junto a la mesa para seguir observando al empresario que a lo último asiente satisfecho logrando que yo sonría. Me siento tan cómoda con Nathan, puedo ser yo sin preocuparme d
April González: —Gracias. — agradece Nathan mientras subimos las escaleras para mi apartamento. —Por acompañarme y por todo. —Tranquilo, me gustó comprar los regalos y estar contigo otra… — me detengo al ver la estupidez que iba a decir, como siempre mi lengua se suelta demasiado cuando estoy a su lado, escucho come se ríe para halarme donde caigo entre sus brazos. —Tiene que verse lindo todo debajo del árbol de navidad. — trato de cambiar el tema escapándome de sus brazos. —¿Árbol? — me pregunta a lo que ni sé que pensar logrando que detenga mi paso. —Si… y las decoraciones. — digo más lento a lo que ni me mira. —No me digas que no has hecho nada de eso Nathan. —No se decora desde que murió la madre de Noah. — confiesa a lo que aguanto dar un gran suspiro. —Pues… ¿mañana están libre? — pregunto mientras trato de subir las escaleras bien, aún estoy sensible por la acción del restaurante. —Será una buena experiencia para Noah comprar luces, el árbol,
Nathan Doménech: —¿Cuánto tiempo lleva aquí? — pregunta un hombre que también está esperando a su familia, miro la hora a lo que suspiro. —Casi tres horas. — respondo. Fijo mi mirada en mi hijo y su tutora donde se ofrecen decoraciones para llegar a un acuerdo. A los minutos no puedo evitar sonreír al ver como discuten sobre los colores, nunca había hecho estas cosas con mis padres biológicos y pocas las veces con Jocelin. Los guardias hacen su trabajo, obviamente no pueden evitar todo. Hace un tiempo noto la presencia de paparazzi, cosa que ignoro. —Pero vale la pena esperar todo el tiempo, mire las caras de ellas. — comenta un hombre a lo que otro se ríe. —Luego nos joderan a nosotros para que montemos las cosas. — se queja el que se río. —Es raro ver a un gran empresario participando de estas cosas. — expresa logrando que yo fije mi mirada en el señor. —Tiene a la esposa indicada si es capas de venir a hacer estas cosa
April González: —¿Antes hacías esto con tu familia? — cuestiona Nathan rompiendo el silencio. —Si, mi madre me rogaba para poner el árbol y yo le decía a mi padre como poner las cosas afuera. — respondo mientras empiezo a darle vuelta al árbol observando que se no se haya queda un boquete inmenso hasta que choco con su cuerpo fuerte donde me pongo tensa. —No me gusta que te sientas incomoda. — expresa a lo que lo miro. —No estoy incomoda, vamos a poner las decoraciones, gracias a Dios este árbol tiene las luces incluidas. — miento dándole la espalda. Busco las inmensas bolsas llenas de decoraciones para el árbol, Nathan me ayuda. Saco los protagonistas de mi decoración, los reyes magos sonrío como una niña pequeña. Juego con todas las decoraciones, camellos, Reye Magos, las pascuas, entre otros, será el árbol de mis sueños. Escucho como Doménech no aguanta la risa logrando que lo mire molesta llenando mis cachetas las cuales