—¿Brenda? ¿Adivida quién está en la ciudad y ha venido para hacerte pasar la mejor noche de tu vida? —digo en cuanto me responde el teléfono y solo puedo escuchar gritos.
De igual manera yo me emociono y termino gritando también, Arthur me mira como si estuviera loca y se tapa los oídos al escuchar el grito de ambas ya que tengo a mi amiga en altavoz.
—Eres una maldita perra, ¿por qué no me dijiste que habías llegado? —reclama mi amiga en cuanto deja de gritar y yo me río—. Hubiese ido a buscarte al aeropuerto —agrega.
—Claro... y el montón de paparazzis, junto a los fanáticos locos nos hubiesen dejado pasar por la salida como si nada —digo de manera sarcástica—. No es que yo sea la gran súper star ni nada por el estilo, ¿cierto? —agregó y ella
Observo al chico con piel de ébano que baila sobre una de las mesas que fueron dispuestas para eso, mientras como un trozo de pizza hawaiana, noto lo tensa que mi amiga se encuentra cuando uno de los chicos la comienza a manosear y coloco mis ojos en blanco al ver lo mojigata que se ha vuelto.—Déjala en paz, es más probable que te lleves una parada en las bolas antes que puedas seducirla —le ordeno al tipo que le baila y el chico se retira.Miro a mi amiga con mala cara y ella niega con su cabeza.—Ya no sirvo para esta clase de cosas —se disculpa y yo vuelvo a colocar mala cara.—Ya no sirves o ya no quieres —afirmo y ella suspira mientras alcanza el ultimo pedazo de pizza que hay en la caja.—Ya no soy tan perra como antes —se encoje de hombros—. Creo que la vida después de la escuel
—Lluvia... habre la maldita puerta, ya mismo —escucho del lado de afuera de la habitación y la cabeza me taladra con cada golpe que le dan a la puerta—. Lluvia, en dos horas tienes la maldita entrevista, te dije que no hicieras algo estupido —grita Arthur y yo me coloco una almohada en la cara.Todo se vuelve a quedar en silencio y cuando creo que me dejará en paz, escucho el sonido de unas llaves y más atrás el de la puerta siendo abierta.—¡Ca-ra-jo! —que diga las cosas en sílabas, solo me hace pensar que esta vez la cagué bien feo—. No solo te bastó con desarmar casi medio pent-house, sino que ahora tu también quedaste vuelta nada —agrega y yo lo sigo ignorando.Las cortinas son abiertas de manera brusca, dejando que la luz del sol me pegue directamente en la cara. El fastidio se hace presente de inmediato y un leve lloriqueo por el dolor que me talad
—Creo que hiciste lo correcto al colocar a esa maldita vieja en su lugar —gruñe Brenda mientras una de mis maquinistas le da los últimos retoques a su maquillaje de novia.Está quedando como toda una princesa africana y la estatura de su cuerpo la hace lucir como una modelo de Victoria secret.—Ojalá todos pensaran como tú —digo mientras la miro por el reflejo del espejo y sigo en mi tarea de acomodar bien mi vestido de madrina de bodas, que ella misma se tomo el trabajo de escoger para mi.El color morado me hace ver pálida, pero debo reconocer que la apertura que posee del lado de la pierna izquierda junto a lo perfecto que se ajusta a mi silueta, me hace lucir sexy.—Solo debes dejarlo pasar, esa maldita vieja solo está haciendo hasta lo imposible por hundirte, no soporta que alguien le haya hec
—Si, acepto —dice mi amiga cuando el cura le pregunta si acepta ser esposa de Collins.Tanto carameleo me da náuseas, pero de cierta manera adoro las emociones que desencadenan este tipo de eventos y tengo que parpadear varias veces para no dejarme llevar por la nostalgia.—Collins J. Pierce, aceptas a Brenda como tu legítima esposa —lo mira fijamente—. Para amarla y respetarla sobre todas las cosas. En la salud y en la enfermedad, ¿hasta que la muerte los separe? —agrega finalizando la pregunta y Collins se queda callado.—Yo... yo... —balbucea mirando a mi amiga con dudas y en la iglesia se comienza a escuchar un murmullo.Miro a las personas que se encuentran sentadas en primera fila y noto como una mujer de mediana edad sonríe ampliamente ante la duda del chico, a su lado noto la presencia del padre de
—Lluvia, ¿estás segura de esto? —inquiere Arthur mientras me observa hacer mi maleta.—Jamás en mi vida había estado tan decidida —respondo sin mirarlo, mientras sigo colocando ropa en los espacios que aún siguen vacías.—¿No se suponía que nos iríamos hasta pasado mañana? —inquiere tratando de averiguar la razón de mi cambio de opinión, pero no le digo nada en específico.—Cambie de opinión y solo me quiero largar lo más ante posible —contesto sin dar explicaciones.—Bueno, te tengo noticias y no sé como lo vayas a tomar —dice y yo dejo de organizar mi equipaje y me giro para mirarlo.—¿En que lío ahora me has metido? —indago y este sonríe de la misma manera cuando
DOS AÑOS DESPUÉS...—El gran día a llegado... —pronuncia mi mejor amiga orgullosa al verme portar mi vestido de novia y yo solo me quedo en silencio sin decir nada.Después de aceptar a Leiner de vuelta, las cosas no fueron todas color de rosas. Ambos sabíamos que esto sería un proceso que implicaría perdón y comprensión, pero sobre todo debíamos demostrar que el amor que aún sentíamos el uno por el otro, era capaz de curar cualquier grieta que en el pasado de habia hecho.Y ahora... después de tantas caídas y tantas levantadas, de tanto dolor en el proceso de sanar nuestras heridas, habíamos decidido que ya era el momento perfecto para unir nuestras vidas.—¿Nerviosa? —inquiere mi amiga y yo sigo sin despegar mis ojos del espej
Estaba cansada ya de tanta falsedad, de tantos romances por contrato que solo duraban seis meses y luego cada quien se iba por su lado. No había amor, no había comprensión y mucho menos apoyo.Nunca habia amado de verdad y de verdad me moría por vivir esa experiencia, estaba harta de no tener amigos sinceros y que los únicos que se acercaban a mi; solo eran por convenienca. Solo porque querían sacar beneficio de estar serca de una súper estrella y hasta puedo asegurar que muchos impulsaron sus carreras a costa de mi exito. Ese mismo existo por el cual me he esforzado tanto y muchas veces me cerraron las puertas en la cara cuando no era nadie.Abro las puestas corredizas que dan acceso al balcón y observo la vista desde mi penthouse. El edificio en donde vivo se encuentra en todo el frente de Central Park. Justo en el lugar en donde comenzó toda esta locura de ser una súper estrella.Mis padres
Estaba sumida en mis recuerdos, cuando llegó Arthur muy molesto y con sus gritos logró sacarme de ellos.—Estás loca, L-J. ¿Cómo me vas a decir que te largaras a la universidad? ¿Y tu carrera? —dice este mientras niega con su cabeza en señal de desacuerdo.—¿Y a ti quién te dijo que voy a dejar mi carrera? —inquiero mientras lo miro fijamente—. Seguiré cumpliendo el puto contrato al pie de la letra si eso es lo que te preocupa —digo entre dientes—, no puedo creer que se molesten porqué quiero ir a la universidad —agrego frunciendo mis cejas y lo mire con frialdad.—¿Para que quieres ir a una universidad, si tienes todo lo que una chica de tu edad quisiera tener? —replica—. Tienes dinero, fama, ropa, zapatos e infinidades de cosas que ninguna mujer a tu edad lograría tener ni en mil años —dice es