Miré hacia abajo y vi que solo estaba vestida con la camiseta holgada que me había regalado Cai. Se me veían las piernas desnudas de medio muslo para abajo, y mis mejillas estaban sonrojadas. El Aleric del pasado me habría matado, no me cabía duda. No habría necesitado ninguna explicación, solo me h
“¡Mierda!”, grité con frustración mientras arrojaba otra carpeta de archivos al suelo. “Ya han pasado meses, Aleric, y todavía no estamos mejor que cuando empezamos”. Aleric estaba sentado junto al alféizar de la ventana de nuestro pequeño despacho, también con papeles en la mano que había estado r
Una guerra. Pero era algo que yo todavía estaba decidida a evitar a toda costa. Y, ¿en cuanto a Thea? Bueno, había casi un acuerdo de paz entre nosotras por el momento. Por la razón que fuera, ella no le había contado a nadie que yo había intentado asesinarla o que había sido yo quien poseía la da
Y, al final, se convirtió en una lista de cinco nombres... ‘Jonathan’, el guerrero que había encontrado las hierbas bajo mi cama y había testificado en contra mía en el juicio. Apenas sabía algo de él en esta vida y rara vez lo veía en la manada. Era muy posible que él fuera un antiguo salvaje o qu
Había unas cuantas personas alrededor, pero solo estábamos los tres al alcance del oído. No tenía que preocuparme de que alguien más nos escuchara. “... Se trata de Thea”, susurré. “Creo que he descubierto cómo ella... hizo esa cosa y también puedo probarlo”. Los ojos de Aleric se abrieron de par
“Está bien, supongo. Incluso si él no te traiciona, estará obligando a Thea a mentir para protegerse”. “¿Qué pasa si ella realmente tiene una familia humana allí afuera?”.“Entonces sigue siendo más información de la que tengo ahora mismo. Cualquier cosa es mejor que nada”. Perseguir a Thea estaba
“... ¿Qué acabas de decir?”, pregunté con la voz cargada de incredulidad. “Dije que han declarado la guerra”, repitió Alexander. “Ellos han dicho que si no liberamos a Caius antes de la puesta de sol de mañana, anunciarán oficialmente su intención de llevarlo a casa por la fuerza”. Menos de veinti
Yo no dejaría que pasara. No de nuevo. Ya había participado en demasiadas guerras y conocía demasiado bien la destrucción que dejaban atrás. Esta vez la causa no era ni siquiera por poder o territorio... era por liberar a un hombre inocente. Un hombre acusado de mis propios crímenes. Tomé un respir