“Está bien, supongo. Incluso si él no te traiciona, estará obligando a Thea a mentir para protegerse”. “¿Qué pasa si ella realmente tiene una familia humana allí afuera?”.“Entonces sigue siendo más información de la que tengo ahora mismo. Cualquier cosa es mejor que nada”. Perseguir a Thea estaba
“... ¿Qué acabas de decir?”, pregunté con la voz cargada de incredulidad. “Dije que han declarado la guerra”, repitió Alexander. “Ellos han dicho que si no liberamos a Caius antes de la puesta de sol de mañana, anunciarán oficialmente su intención de llevarlo a casa por la fuerza”. Menos de veinti
Yo no dejaría que pasara. No de nuevo. Ya había participado en demasiadas guerras y conocía demasiado bien la destrucción que dejaban atrás. Esta vez la causa no era ni siquiera por poder o territorio... era por liberar a un hombre inocente. Un hombre acusado de mis propios crímenes. Tomé un respir
Sin embargo, la verdad es que estaba segura de que ninguna de las dos opciones presentadas era la mejor decisión. Ambos caminos tenían sus propios obstáculos, sus propios pros y contras. Y aunque me parecía que la opinión de Aleric en ese momento estaba equivocada, tenía que reconocerle el mérito qu
“Estoy bien, gracias”, respondió él. “Me alegro de verte”. Escuchar su voz casi me hizo perder la compostura. Pude ver en sus ojos lo que realmente me estaba diciendo y eso solo hizo que las cosas fueran mucho más difíciles. Me aclaré la garganta y traté de volver a centrarme. “Lo mismo digo”.Ha
“¡Sí! Bueno, quiero decir, él no está realmente incumpliendo sus órdenes. Solo pasando el rato en el otro lado”. “Cai...”, dije con cautela. “¿Le... le ordenaste?”. “¿Qué? No. Por supuesto que no. No podría aunque quisiera”, respondió él. “Aria, confía en mí. Todo lo que hice fue preguntar si podí
Caminé con nervios alrededor del área comunal de espera, situada justo fuera del salón de reuniones. Cada paso era al unísono con los segundos que pasaban en el reloj de la pared, mi respiración y mi corazón se aceleraban tan fuerte que solo aumentaba mi ansiedad. La reunión estaba planeada, todo e
Y entonces lo vi. Esa mirada mostrando que ya no le importaba en sus ojos, los cuales se oscurecían mientras su lobo se mostraba. Él de verdad iba a atacar. Él dio dos pasos hacia adelante, su cuerpo se preparó y entonces... “¡Suficiente!”, le grité, cargando mi voz con la autoridad del heredero B