Recuerdo

Estoy aturdida viendo al hombre en la cama frente a mí y siento por primera vez en mi vida que estoy totalmente en blanco.

Tengo que cerrar los ojos y respirar como me enseñaron en las clases de yoga que tome hace tiempo para controlarme.

Pienso en segundos porque acepte hacer esto en primer lugar, desde que desperté solo me he arrepentido en cada momento.

La imagen de mis padres amorosos se abre paso en mi cabeza, es por ellos, solo por ellos…

Necesito darles justicia se lo merecen.

El recuerdo de Arthur Armengaud en mi sala de estar llego a mi mente

“Debes ser sumisa, no debe notar que algo ha cambiado, recuerda él te odia a muerte”

Erick Devons me odia, es decir odia a mi hermana y a todos los efectos me odia a mí, soy una gemela usurpadora.

Es absolutamente un chiste pensarlo, el día que me entere que tenía una hermana gemela al otro lado del mundo  mi vida dio un giro de principio a fin.

No me confundo, hago esto por mis padres  ni siquiera es por mi gemela, no la conocí, no siento ningún lazo hacia ella.

Tampoco soy una santa, hablo feo me expreso mal y literal soy como un fuego artificial la mayor parte del tiempo, no soporto la m****a de nadie así que pasar por sumisa con un imbécil será todo un maldito reto para mí.

–Estoy hablando contigo, te has vuelto sorda– Erick gruñe enojado, sé que está furioso  sin necesidad de abrir los ojos y mirarlo. Lo siento por las vibras negativas que salen en oleadas de él.

Es un gran Imbécil, ¡Voy a disfrutar haciéndote pedazos!

Cuando descubra toda la verdad de mis padres adoptivos, los biológicos y que paso con mi hermana, juro que si tienes las manos manchadas vas a pagarlo con sangre.

Me armo de valor y me dejo llevar por esta farsa

–No soy sorda, simplemente no recuerdo quien eres, tampoco sé que hago o como llegue aquí– respondo con los ojos aun cerrados.

Siento que me acomodan la almohada y recuesto mi cabeza, debe ser joane, porque quien más.

–¡Esto es un maldito chiste!. Elisa no creas que por esta estupidez voy  a dejar de divorciarme de ti– espeto Erick

Abro los ojos y volteo a verlo, su mirada es tan penetrante y fría que estoy segura que mi hermana estuviera haciéndose pis solo con ver su expresión, por mala suerte para el no soy mi hermana y no aguanto mierdas, lo he decidido esto se hará a mi manera.

–Déjame decirte algo y espero que te quede bastante claro Sr. Devons correcto?– lo miro y veo como arquea su perfecta ceja negra y me mira, no puedo distinguir el color de sus ojos pero sé que son claros por la foto que me mostro Arthur.

–No recuerdo estar casada contigo, así que si quieres divorciarte de mí adelante no me interesa, por tu actitud tan beligerante ya imagino que esta no es una historia de amor, así que has lo que quieras– muevo mi mano libre haciendo un ademan que vi en una película para que prosiga – no me interesa nada solo saber mi condición para poder volver a la villa de mi familia– termino con esto y la cara de sorpresa del hombre da tanta risa, que debo morderme el cachete por dentro para no reírme, tan predecible pueden ser los hombres.

Seguimos mirándonos por unos minutos más hasta que estalla en una carcajada sonora

–No puedo creer que esta m****a está pasando– sigue riendo tan fuerte que joane lo mira con un poco de sorpresa y se acerca con cautela a su cama.

–Sr. Devons por favor cálmese recuerde que apenas esta mañana salió de un coma inducido no puede exaltarse tanto, la risa se incluye, los punto de la última operación pueden salirse– joane le indica con voz calmada, pero Erick continua riéndose y se agarra la barriga con la mano izquierda en el dedo índice tiene el aparatico para el dedo que  va conectado a la máquina de signos vitales, así que joane lo toca para que la baje, pero Erick se la arrebata y poco a poco deja de reír.

Cuando iba a decir algo más la puerta de la habitación suena y se escuchan voces de mujeres

De repente una mujer joven entra como un vendaval y se arroja sobre Erick, lo abraza y él se queda tieso, después de eso todo pasa súper rápido, una mujer mayor se dirigía a mi cama pero por estar prestando atención a la otra escena no divise a la mujer hasta que estaba sobre mí y el ardor en mi mejilla fue atroz.

¡Me había golpeado!

El sonido de la cachetada reverbera en la habitación y todos quedamos congelados en el sitio, veo a Joane gesticular y señalar la puerta, me bloquee porque no me esperaba que ninguna persona me golpeara de repente, los sonidos se esfumaron y solo quedo la rabia ciega de matar a esa mujer.

Por instinto llevo mi mano a mi cachete adolorido pero siento humedad veo mi mano y esta roja, que diablos hizo esta vieja m*****a? Me corto, pero con qué?

–BASTA– Escucho el grito de Erick, mis sentidos volviendo a mí

–Me corto– le hablo a nadie en particular, la ira haciéndome ver rojo

Miro a Erick y él me está mirando, su mirada se agudiza y se quita a la mujer joven de encima

–¿Qué están haciendo aquí las dos– pregunta a ambas en tono mordaz

–Vinimos apenas nos enteramos que despertaste querido– responde la mujer joven con ojos de cordero

–Fuera– dice de repente Erick en tono bajo – Joane atiende a Elisa– manda a la enfermera como quien tiene al mundo girando en su mano.

Mi genio iba a salir a flote lo sentía, esto era demasiado

– ¿Quien es esta mujer?– le pregunto a  Erick, quien me mira sin decir nada.

Joane se acerca a tratarme, el dolor de mi cara es fuerte y me arde en la madre

La vieja arpía se acerca a la cama de Erick y le dice

–Eres mi futuro yerno, tenía que darle su merecido si no fuera por ella no estuvieras tan herido, espero que la marca te recuerde este día por siempre Elisa Armengaud– 

Me rio sin querer hacerlo, Joane me esta tratando la cara y se tensa de repente por mi acción

– ¡Esto cada  vez se pone mejor!– me sigo riendo viendo a Erick quien se tensa visiblemente

–Debo llamar al cirujano necesita unos puntos Sra. Devons– indica Joane y se abre paso a la puerta

–señoras salgan de la habitación ahora, no se permite estas situaciones para los pacientes, arreglaran sus problemas después– Joane les señala la salida pero no se mueven

–FUERA– grita Erick y dan un respingo y salen casi que corriendo una detrás de la otra como alma que lleva el diablo

–ya vuelvo señora– se dirige a mí y se va

Ahora quedo sola con este imbécil que me mira furioso y con curiosidad al mismo tiempo, un idiota debo decirlo aunque  no me engaño, es  un maldito hombre guapo.

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