Ya es muy noche y de repente y sin avisar Edda llega al departamento de Freya, se ve muy mal, se nota que estaba llorando y que está muy borracha, lo primero que le pregunta a su amiga es que sí llegó manejando o si tomó un taxi, Edda le confirma que fue en un taxi para llegar hasta su departamento, dejando a Freya más tranquila.

— ¿Cuánto bebiste amiga? — está muy preocupada, le da mucha tristeza verla así, se nota que se encuentra muy mal.

— Me tomé toda una botella — le contesta está casi llorando, solamente abraza a su amiga necesita que alguien la consuele.

— ¿Por qué hiciste eso?, ¿porque tomaste tanto? — sabe que le hará daño y que al día siguiente se sentirá aún peor, aunque cada vez es más frecuente verla así.

— ¡No lo sé!, solamente tenía ganas de tomar, Freya ¿amar duele tanto?, sé que ya es muy tarde, pero de verdad que no quería estar sola, las paredes se me venían encima, me sentía tan mal y por eso es que vine a verte a tu casa — sigue llorando en los brazos de su amiga