Adrian salió hecho una furia de la casa, veía todo rojo, cegado por la ira por esa mujer que le había mentido todo este tiempo, no tenía idea de donde estaba Valentina, pero tenía un lugar donde quizás podría encontrarla.En casa de sus padres adoptivos.Nunca se había presentado con quienes habían sido sus suegros, pero recordaba perfectamente en donde estaba ubicada la casa.Tocó la puerta de la casa golpeando varias veces con fuerza. Luego esperó, respirando profundamente, tratando de mantener la calma, no quería asustar a los padres de Valentina, sino, no le darían ninguna información de su hija.Un hombre mayor que imaginó que era el padre de su ex, le abrió la puerta.-¿Si?- exclamó el hombre.-Buenas tardes señor, soy el ex novio de Valentina ¿Se encontraría ella?- exclamó amablemente.El hombre la miró de arriba hacia abajo.-Lo siento, pero no hay ninguna Valentina aquí- exclamó sonando notablemente molesto- ¿Es acaso una broma de mal gusto?-¿Quizás Alicia entonces?- exclamó
Adrian corrió hacia su coche y se abalanzó hacia adelante, liberando desde su boca todo su estómago en el asfalto. Se sentía enfermo y no solo físicamente, sino mentalmente. Su cabeza le daba vueltas y sus piernas temblaban peligrando caer con fuerza contra el asfalto.Adrian simplemente no podía entender qué estaba pasando, si algo había sabido siempre era todo su pasado, por más horrible que fuera recordaba a la perfección todos los sucesos de su juventud.Pero ahora ya no sabía que era real o no, como si le hubiesen hecho una lobotomía y le hubiesen hecho creer algo que no era durante años.Ya no sabía quién era.“Todo este tiempo fue Emilia, la niña quien me hizo feliz en ese orfanato siempre fue ella” Su mente daba vueltas en esa idea una y otra vez.Luego, un recuerdo pesado lo golpeó como si lo noqueara, recordó a su versión joven, de 18 años, desesperado por encontrar entre tanta gente en la ciudad a esa niña ahora adulta, y que, por cosas del destino, o por lo menos así lo ha
Emilia no supo cuánto tiempo estuvo tirada en el suelo sollozando y observando la fotografía arrugada en el suelo.No podía dejar de ver esa imagen vieja, en la que claramente estaba ella junto con un pequeño Adrian.¿Quién había tomado esa foto?¿Se conocían desde antes con Adrian?¿Por qué no podía recordarlo?Se tironeó sus largos cabellos, haciendo doler y arder su cuero cabelludo, quizás de esa forma podría recordar algo, pero nada.Como si su mente estuviera vacía.El rostro de decepción de Adrian le había golpeado duro, realmente quería darle respuestas a ese hombre, pero ella también las quería y nadie se las estaba facilitando.Su pasado siempre había sido una asignatura pendiente en su vida y creyó que jamás la iba a poder recuperar.¿Ahora resultaba que Adrian era parte de ese pasado borroso?Con todo el cuerpo débil por la conmoción se levantó lentamente del suelo, y observó el desastre en el que se había convertido el despacho de su amado.Los papeles estaban esparcidos p
-A mi familia, la quiero de vuelta. – Sentenció el hombre, sosteniendo con firmeza a su hijo.Los ojos celestes de Emilia se movieron rápidamente hacia su hijo, vigilando cada movimiento de su ex esposo.Si Daniel intentaba hacerle algo, ella se tiraría encima de él y no dudaría en arriesgar su propia vida en el camino.-Daniel… no somos objetos que puedes mover de aquí hacia allá a tu encanto- exclamó la azabache tratando de mantener la calma y que su ex esposo entrara en razón- Así no funciona una familia.Daniel sonrió ampliamente.-¿Crees que yo quería llegar a todo esto? ¡Éramos una familia perfecta! Nos amábamos, nos casamos y tuvimos un hijo luego de tanto esfuerzo, pero…-¿Pero?- repitió Emilia con bronca- Vamos dilo… Di que todo esto se fue al carajo cuando no pudiste aceptar a tu niño tal cual es. Porque eres un cobarde.-Esto no tendría que haber pasado- exclamó con desprecio, observando desde arriba a su ex esposa- Ambos sabemos que si el niño salió así, es por tu culpa, e
Emilia intentó sentarse en el asiento trasero del coche de su ex esposo, de esa forma, podría estar junto a su niño, tenerlo cerca de ella y protegerlo con su propio cuerpo.-No, tu vienes adelante conmigo cariño- exclamó Daniel desde atrás suyo, sintiendo la ventisca del aliento del hombre en su nuca, causándole escalofríos en su columna vertebral.-Por lo menos déjame colocar al niño en su silla.- suplicó.El hombre negó con la cabeza.-De eso me encargo yo, tu ve entrando- ordenó.Emilia no quiso seguir discutiendo con ese monstruo y obedeció entrando a duras penas en el coche, mirando desde el espejo de su lado como Daniel metía a su niño dentro del auto.Luego giró su rostro hacia dentro, observando en silencio que su ex esposo colocara con cuidado el cinturón de su niño. Luego de colocarlo Daniel cerró la puerta y caminó hacia su asiento.En ese momento la idea de escaparse le pasó a la azabache por la cabeza.“Podría bajar rápidamente, tomar al niño y salir corriendo”¿Pero a d
Adrian tomó el cartel de “Se vende” y lo arrancó con fuerza de la reja, tirándolo contra el suelo y pisoteándolo hasta hacerlo pedazos.No podía desquitarse con Daniel en ese momento, pero necesitaba sacar esa bronca de alguna forma imaginando el rostro de ese monstruo debajo de su pie.Trepó la reja de la mansión como un animal hambriento y cayó hacia el otro lado, sin demorar un segundo más, corrió con los pulmones ardiendo el largo camino ondulado hasta la entrada de la casa, irrumpiendo de una fuerte patada que partió el cerrojo.Había tenido la esperanza de que el cartel fuera solo una distracción y que realmente su familia estuviera allí, pero se sintió un iluso al creer que Johnson fuera tan idiota, lo parecía, pero era mucho más listo que eso.Apenas atravesó el umbral de la puerta, un frío helado abrazó su cuerpo y el silencio lo abrumó, allí no había nadie, y aunque revisó todos y cada uno de los rincones de la casa, no encontró a otro ser humano más que él y su dolor.Agota
Emilia no tenía idea de cuántas horas habían pasado sobre el coche, ya había perdido el caso tratar de memorizar el recorrido, hace rato que solo veía campo y más campo, sin ninguna referencia de nada más que llano a los costados y la oscuridad del camino sin faroles.Emilia se giró hacia Daniel con una mirada llena de odio. El hombre la miró de reojo con sus esferas negras intimidantes al sentir la mirada cargada de ira de la joven en él.-Me odias, lo sé- respondió con tranquilidad el CEO, pudiendo leer a la perfección los ojos de su ex esposa- Pero tranquila, con el tiempo vas a volver a amarme.- dijo con seguridad. A esa altura del partido Emilia sabía que ya no tenía sentido gritar o llorar y solo se rió con ironía burlándose de su errada percepción de la realidad.-Ni muerta voy a amarte- exclamó cruzándose de brazos, haciendo reír al hombre.-Eso lo veremos, sabes lo persistente que puedo llegar a ser- exclamó sin titubear.-No soy un negocio o un contrato que quieres cerrar,
-Adrian te llamabas… ¿No es cierto?- exclamó el hombre, alcanzándole un vaso de whisky--Sí señor- respondió Adrian, tomando un sorbo largo del trago- Gracias, realmente lo necesitaba- exclamó inclinándose hacia atrás en el sillón.-No te ves bien muchacho, ¿Es por lo que te dije de Alicia?- exclamó preocupado.Adrian negó con la cabeza y luego miró al hombre.-Sí y no… pasaron muchas cosas en este poco tiempo- sonrió cansado. –Me encontré con Valentina, digo Alicia- exclamó agarrándose la cabeza.El hombre se levantó del asiento de golpe.-¿Dónde está? Dime que sabes dónde está y qué le dijiste que viniera a casa- exclamó desesperado.Adrian se sintió mal por el hombre, pero la ira que tenía hacia la pelirroja era más fuerte.-Le dije que la mataría si se volvía a acercar a mi familia- sentenció tomando otro sorbo del vaso.Pero inesperadamente el vaso fue sacudido de su mano, cayendo contra el suelo y derramando la bebida en su camisa que fue agarrada con fuerza por el hombre que lo