La expresión de asombro de todos los presentes, al ver lo ocurrido, sin duda era increíble. Se quedaron atónitos. Pero Gerald no podía creerlo, ver a su hija correr tras lo que, a los ojos de todos, y a los suyos, era tan solo una desconocida, parecía estar muy lejos de la realidad. Connie estaba renuente a separarse de Samantha, le había llamado “mamá” y nadie podía explicárselo, ni siquiera la misma Samantha, que también mostraba en su rostro una mueca de sorpresa.A Gerald lo invadió un sentimiento que lo hizo dudar por un momento, veía en los ojos de su niña un brillo jamás visto antes. Connie no había mostrado tanto afecto por una mujer, pues ya su padre le había presentado a una serie de chicas con las que tal vez sentiría cierta conexión, pero ninguna llegó a dar la talla. Al final quien decidía era la pequeña.Conmovido por lo sucedido, detuvo a Samantha antes de irse, retractándose de la decisión previamente tomada.—Detente… Te espero mañana a primera hora. — expresó con ton
Samantha después de firmar el contrato, salió de la oficina de Gerald. Luego de cerrar la puerta, se detuvo por un momento preguntándose a sí misma.«¿Qué fue lo que hice? ¿Acaso fue buena idea haber firmado ese contrato?»Tenía dudas al respecto a pesar de haberlo leído, pero era algo muy extraño que un CEO estuviera buscando una madre para su pequeña hija. Sostuvo la idea por un momento que sería como un trabajo de niñera, pero luego de respirar un poco más a fondo y analizar mejor la situación se dio cuenta que era un trabajo de tiempo completo y más que eso, debía actuar como una madre y casi una esposa. Imaginó que era algo estúpido y loco al mismo tiempo de haber aceptado ese tipo de trabajo, pues ella nunca había sido madre y no sabía cómo actuar ante situaciones adversas con los niños. Mucho menos una esposa, ni siquiera había tenido una relación, o al menos eso era lo que ella pensaba, luego del accidente, ella no recordaba a Michael Popper, su antiguo ex novio tóxico y margi
Samantha despertó al día siguiente, percatándose que su amiga se había levantado primero, aun con algo de resaca producto de la bebida, seguramente. Isabell se tomó la molestia de prepararle el desayuno, pues sabía que tenía que irse pronto, y el solo hecho de pensar que pasaría días sin verla, la motivó a tener ese gesto con ella, aunque no podía ocultar su tristeza.—¡El desayuno está servido! — expresa Isabell empujando la puerta con su cuerpo para entrar a la habitación.Llevaba una mesita de cama en sus brazos, Samantha terminó de despabilarse por el agradable aroma que emitía. Bostezó y tocó sus ojos, estirándose.—Lo que sea que traigas allí, huele delicioso — dijo con los ojos entrecerrados.—Siéntate, te va a gustar. — ordenó su amiga esperando que tomara la posición indicada para colocar la mesita en su regazo.Después de unos minutos, Samantha al fin decidió dejar la pereza a un lado. Le agradó mucho ver que su mejor amiga le había preparado sus tostadas favoritas, con m
Al día siguiente, ya los primeros rayos de sol entraban por la ventana, rozando sutilmente el rostro de Samantha. La alarma de su teléfono se encendió, y ella, entre dormida y despierta, buscó a tientas el dispositivo para apagarlo, pero al parecer no recordaba que ya no estaba en casa con Isabell, sino que ahora la cama era otra y aparte, acompañada de alguien muy distinto.Por equivocación, extendió su mano sin percatarse que Gerald seguía acostado junto a ella, tocando su pecho. El sonido cesó, y ambos siguieron dormidos, al cabo de unos minutos, Samantha volvió a despertar, dándose cuenta que estaba entre los brazos de aquel hombre que se encontraba a su lado.Se percató que él siguiera dormido para levantarse, cuidadosamente, sin despertarlo, pues no sabía cuánto tiempo había estado en esa posición, si tan solo unos minutos antes o de pronto, gran parte de la noche. Antes de salir, se quedó unos segundos observándolos a ambos tendidos en ese gran colchón, pensando que tal vez ya
Luego de caminar por largo rato y la carretera calurosa, finalmente llegó a la casa, exhausta por el trayecto, no se imaginaba que Gerald la recibiría de manera amarga y furiosa, le reprochó porque había llegado tan tarde, la estaba esperando hace horas y que, por su culpa, Connie había enfermado y no había tenido cuidado previo de parte de ella, la tildó de irresponsable y que no estaba cumpliendo con el contrato.Samantha le explicó lo que había sucedido y que su forma de tratarla no era la más adecuada, pidió respeto hacia ella y que la entendiera que no fue a propósito que ella tardo más de lo que había previsto.Rápidamente luego que Samantha se enterara del estado de la niña, se dirigió a la habitación de Connie para ver cómo se encontraba, la niña al ver a su madre de mentira sonrió sutilmente y extendió los brazos para que fuera abrazada por ella. Tocó su frente y sintió lo caliente que estaba, bajó apresurada a la cocina para prepararle sopa de pollo con verduras, enseguida
Capítulo 9: La fiestaLuego de que las aguas se calmaron en la casa y la tensión bajó, Samantha recibió una llamada de su amiga Isabell, tenía rato que no conversaba con ella y sintió al instante extrañarla.— Hola mi querida Sam, ¿cómo estás?— ¡Isa! Muy bien ¿Tú cómo andas?— Estoy bien, amiga, triste porque te fuiste tan repentino, pero entusiasmada porque quiero invitarte a un sitio que sé que te encantará – Le mencionó con alegría.— ¿A dónde me quieres llevar? — Preguntó Samantha.— Te llevaré a una fiesta, nos divertiremos, ya verás.— No lo sé, Isabell, mi jefe últimamente ha estado de mal humor y no sé si me dé el permiso – Le contesta en tono de duda y persuasión.— Por favor amiga, tenemos que vernos, quiero que vayamos juntas, no me dejes sola – Exclamó en tono de súplica.— ¡Ok! Está bien, tú ganas, no te diré que no, pero solo por esta vez.— ¡Sí! Nos vemos entonces – Le respondió con entusiasmo.Samantha se dirigió a la sala a conversar con Gerald sobre la invitación de
Capítulo 10: Malos recuerdosEl bailarín era un presentador también, así que propuso la condición del juego, debía cumplir un reto, tres hombres fuertes y vestidos con tangas únicamente le bailarían sin que ella supiera quien seria, le vendarían los ojos y ella tendría que adivinar quién sería el danzante. Se habían colocado frente a ella para que los visualizara antes de ser vendada, acto seguido, sonó una música de buen ritmo y empezaron a moverse al ritmo de la música con pasos eróticos y sensuales. Se acercaron a ella y le tomaron las manos pasándoselas por el cuerpo para que Samantha sintiera sus músculos. Las mujeres gritaban eufóricas y les decían piropos y bromas a los hombres.Casi al finalizar el show uno de los caballeros se acercó a Samantha y le besó sus manos y luego le dio un beso minúsculo en los labios. Giró su cabeza como si no le gustara y arrugó la cara, era algo que ella no podía explicar, sí le gustaba los hombres, pero no de esa manera tan incómoda y forzada.Ge
Apenas amaneció, se levantó cuidadosamente para no despertar tan temprano a Connie, caminó directo al baño a lavarse la boca y ducharse, tenía los ojos un poco hinchados producto de llorar el día anterior. Se aplicó crema y algo de maquillaje en su cara para verse más fresca y disimular las ojeras, se vistió con ropa deportiva, se le había ocurrido salir a caminar luego, quizás después de atender a la pequeña, no quería estar en la casa, aún estaba molesta y no soportaría ver a la cara a Gerald.Agotada y cansada se dirigió a la cocina para preparar algunos wafles dulces y jugo de naranja. Mientras estaba cocinando, Gerald se acercó y se sirvió un vaso de agua.— Buenos días Samantha ¿Cómo amaneces? — Preguntó Gerald cordialmente.— Buen día, estoy bien, gracias – Contestó de manera seca y se marchó.A Gerald no le había gustado la manera de contestar de Samantha, se sintió ofendido al no recibir una buena respuesta de parte de ella, así que fue detrás, apurado para interrogarla y acl