Arcel. Oficinas de W.W.L. Ecologists, Ontario, el día M, Canadá. -“ O te calmas o no llegaras cuerdo a esta noche.”- dije con voz profunda e intimidante, con mi voz de Alfa, al estúpido de Isaak, después que me hubiera destrozado su cuarto ordenador en dos días, ya que si la maquina no le respondía rápido, se impacientaba, y lo destrozaba a puñetazos. Isaak me miró arrepentido, sabía lo que estaba pasando, lleva días caminado por el mundo como si fuera un lobo herido. Durante tres días, yo he intentado reponerme en mi habitación, ante el rechazo de Elizabet, por no estar estos tres días juntos, provocado por el enfado, por decirlo suave, que cogió por culpa de la estúpida de Hedwinag., o trabajando como si el día no tuviera horas. Aun no estaba tranquilo conmigo mismo y con esa estúpida loba omega, el castigo que recibió, la loba que usaba antes para calentar mi cama, por entrometerse entre mi luna y yo, por mi parte y por el resto de la manada, no calmaba nuestra ira. Hay una r
Faith.Laurier Wood, a dos horas, Ontario, Canadá.-“Es importante que cumpla con todos los requisitos que se exige, para una diosa de la naturaleza, principalmente cuando lo más seguro que esta noche, al entregarse al beta, se conviertan en su pareja, provocando que sus máximos poderes despierten, y deberá ejercer su control sobre ellos.”- me dijo Lianet , por tercera vez como si yo fuera estúpida.Decididamente esa hechicera no me gustaba, y no porque, como creía Eli, era porque su papel en la empresa era ser la asistente de mi hombre, buenos voy a ser sincera, no sólo por eso me caía mal, era porque en el fondo yo sabía que a ella tampoco le gustaba yo, además de porque descubrí su secreto. Sólo había una razón clara, esa maldita hechicera estaba enamorada de Isaak, y mi aparición sólo le había hecho enfurecer.Nadie lo notaba, su poder consistía en que no pudieras evitar expresar con palabras lo que pensabas, era como un detector de la verdad, pero humano, para eso ejercía un tot
Faith.-“¿Quién te ha dicho que te controles?, yo no te lo he pedido.”- le dije en un gruñido, un deseo animal me dominaba y mis cuerpo ya no podía soportar más esa tortura.A una velocidad que no podía ser posible, Arcel, llegó hasta mí , y abrazándome, me besó con toda la fuerza de su deseo, y mi cuerpo comenzó a temblar. Mientras me alzaba en sus brazos, no se lo que me pasa con este hombre, nunca me había considerado pequeña, la verdad es que era bastante alta para ser mujer, mido uno setenta y tres centímetros, pero al lado de este hombre soy como una muñeca en las manos de una gigante. Y aunque vaya en contra de mi naturaleza combativa, me encanta sentirme así, pero sólo con él.Al mismo tiempo que me besaba, dejándome totalmente extasiada y excitada, con deseos de más, sentí como caminaba por la habitación, hasta la gran cama a dosel que habían colocado la hembras de la manda, nadie pensaría que un alfa le gustaba una cama con dosel, pero al parecer la mujeres encargadas de dec
Arcel. -“Eres el ser más hermoso que la diosa Luna ha creado…”- dije mientras intentaba respirar, sin conseguirlo. Era totalmente blanca, con ojos de un azul tan pálido, que parecían perlas nacaradas, lo más que llamaba la atención era la mancha de su frente, de color negro en forma de media luna, era mucho más alta que cualquier otra loba de la manada, de cualquier manada, incluso que mucho lobos, perfectamente, podía dirigir la manada ella sola, mi luna era una loba Alfa, y que ella se sometiera a mí, como mi luna, me hacía sentir muy orgulloso y temeroso. El ser que se mostraba ante mí era algo más que un licántropo, era un ser espiritual, mágico, etéreo, con un poder inmenso, y por eso mi amor por ella, creció aún más, al igual que mi deseo, la deseaba más que a nadie en este mundo. -“Se llama Isis, ese es su nombre, debes dárselo cuando nos transformemos, y ella me dará el mío, así el circulo estará cerrado, para siempre.”- me dijo mi lobo -“Transfórmate tenemos que presenta
Narrador. Pehuén, en ese instante, Neuquén, Argentina.Nereida se movió entre la espesura bosque Andino, recargando su cuerpo de toda la energía que podía, el acabar de robar los poderes a otra de sus hermanas le hacía sentirse bien. Pronto recibió una la vibraciones que llevaba esperando desde hacía ya veintiún años, cuando aquella maldita pareja de lobos escapó de sus garras arrojándose por el acantilado. No entendía el amor que existía entre los padres y sus hijos, quizás era porque como sus padres la abandonaron a su suerte en aquel oscuro reino del fondo del mar, se sentía totalmente inalterables ante el amor que profesa una madre o un padre por sus hijos, que llegan hasta el punto de esconderlos de los suyos, y hasta suicidarse ellos.Eso también había pasado cuando un año antes, se había enfrentado en Irlanda a la primera diosa Flaithius, esta antes de morir transfirió sus poderes a una bebe, que fue el única superviviente del primer ataque, que la diosa oscura le hizo a su
Narrador.Mientras nuestra guerrera y la diosa disfrutaban su primer día como mate del Beta y el Alfa, dentro de la mansión de la manada, y en los territorios que la manada delimitaba como suyos, todos sus miembros, incluido las hechiceras, estaban más que felices, al fin su futuro estaba asegurado, los descendientes, tanto del beta, pero sobre todo del Alfa, contribuirían a hacer que esta fuera mas fuerte, y la supervivencia de la misma, estaba segura.Pero no todos se sentían así de felices, dos de las hechiceras y una de las licántropas estaban ensimismadas en sus pensamientos, que no eran para nada felices. Mientras Aisha, se preocupada por lo que estaba por llegar, y todo el trabajo que tenían por delante con la diosa y la guerrera blanca, gracias a las visiones que tenía casi cada noche, Lianet se encontraba contrariada luchando con esos sentimientos que iban desde la ira a los celos, pasando por estados de sensates, ante la idea de que ella nunca había tenido ninguna oportunid
Arcel.-“Decididamente esta mujer me quiere volver loco… ¿cómo se le ocurre?”- pensé tras la décima queja de mi delta, y de otros trabajadores, miembros de la manada. Hasta la jefa de Faith había amenazado con dimitir, si tenía que darle una orden a la diosa.Esto era algo que no habíamos contemplado cuando le dimos los puestos en la sede central a nuestras mates, sólo atendimos a sus conocimientos, sin darnos cuenta de que cuando ambas fueran marcadas, su jefes debían darle ordenes, algo que va en contra de la naturaleza de un hombre lobo, era como si un ser humanos le dijeras que no respire, a la larga terminara cediendo a su instinto de superveniencia, inconscientemente.-“Esa diosa pelirroja me va a matar, Hilda se ha desmayado tras darle una orden.”- me dijo Isaak entrando en mi despacho hecho un mar de nervios.Ambos habíamos notado la orden que habían dado a la manada, mi luna, y como esta había hecho que al principio, la manada se relajase, pero cuando intentaron cumplir la or
Faith.Mientras salía del despacho de maldito beta, mi furia podía igualar a la de un volcán a punto de explotar, sólo necesitaba un temblor más para que desataran los infiernos.-“¿Dónde estás Fénix?, necesito romper algo.”- oí la voz de Eli en mi cabeza.-“Estoy intentando que la tierra no se trague este edificio con todos dentro, no me desconcentres.”- le dije, aunque mi voz, hasta para mí, sonaba que no lo estaba logrando.-“Ósea que ¿así de mal fue la conversación con el beta?, yo por mi parte si puedo romperle un poco la cara al Alfa, creo que estaría más tranquila, además no sería algo definitivo, siendo un lobo, en poco tiempo volvería tener de nuevo esa cara tan deseable.”- oí como me decía la Guerrera en un gruñido, casi se me escapa una carcajada ante sus palabras.Pero el destino no quiso ser misericordioso conmigo, porque la primera persona que me tropecé mientras avanzaba por el pasillo, hacia el ascensor, fue la única que no huye de mí, al verme, a la única, que por raz