Isaak.
- “No te quejes Arcel sabes que esto es un mal necesario, como tú, me encantaría pasar este día recorriendo nuestros territorios, con las nuevas camadas, esos estúpidos jovenzuelos necesitan más entrenamiento, se están volviendo muy cómodos últimamente, una lección de su Alfa y de su beta le vendría muy bien. Pero tenemos que cumplir también con la empresa, por ahora va muy bien, y necesitamos hacer estos actos benéficos, para llevarnos bien con la comunidad. Tenemos un papel que representar ante el mundo.”- le dije mediante nuestra conexión, sabía que por la posición de cómo se sentaba en el coche Arcel, sólo podía significar una cosa, no estaba contento.
Había usado la conexión, porque el chofer y los escoltas que nos acompañaban, eran todos lobos, y aunque habláramos bajo, esos malditos tenían un oído muy fino, así que, para estos tratos de amistad, tanto Arcel como yo, siempre usábamos la conexión de Alfa y Beta, una conexión que sólo escuchábamos nosotros. Donde normalmente mi Alfa me transmitía las ordenes que la manada tenía que acatar, o si tenía que decirme algo especifico, normalmente, era para tratarnos como lo que éramos, amigos y hermanos.
Esa relación sólo la llevamos en privado, para el resto de la manada, Arcel era Alfa, recto, incuestionable, fuerte, y justo. Gracias a esto, en los últimos tiempos nuestra manada era la que más había crecido, la más fuerte que se había hecho. La visión del Alfa nos había salvado, habíamos dejado a muchos atrás, para poder sobrevivir, y algunos, como mi padre los tuvimos que arrastrar para que nos siguiera, pero estos sacrificios habían dado sus frutos, W.W. L. Ecologists era el refugio de hechiceras y licántropos, que trabajaban mutuamente para que esto funcionara, y así proteger aquello que nos daba vida.
Miré a Arcel, su expresión, no había cambiado pese a mis palabras, aunque sabía que desde que llegáramos al evento benéfico, Arcel representaría el papel del perfecto CEO. Mirándolo así comprendía la atracción que ejercía en las lobas jóvenes y viejas de nuestra manada, en la mayoría de las hechiceras jóvenes, e increíblemente en muchas humanas. Aunque esto último era normal, ya que tanto el físico como la personalidad de Arcel era un imán para las hembras de cualquier especie.
No pude evitar sonreír, al mirar a esa máquina de matar, enfundado en ese traje de Dior, que no hacía más que ocultar ese cuerpo musculado, duro y fuerte como una estatua de mármol esculpida por Miguel Ángel, la gente que conocía por primera vez al CEO de W.W.L Ecologists, se sorprendían al principio por su altura, Arcel media, en su forma humana, casi los dos metros. Dos metros de puro musculo, todo ello coordinado, con unos ojos azul oscuro que contrastaba con su pelo rubio oscuro, de mentón recto, y expresión seria e inexpresiva, el Alfa de Roter Mord daba tanto miedo en su forma de lobo, como en su forma humana. Pero al mismo tiempo te hacía sentirte atraído por el aura de poder que despedía por todos sus poros.
- “¿Has acabado ya?, o sigo mirando por la ventana para que me sigas analizando cada expresión o movimiento que hago, ¿sabes qué no voy a huir? ¿verdad? Incordio.”- me respondió usando también la conexión.
Tanto mi lobo como yo nos sentimos felices, que tu Alfa te tratara como un amigo, para un lobo era más que un reconocimiento.
- “Si es así ¿por qué no sueltas la manilla de la puerta?, parece que quieras saltar en cualquier momento, Alfa.”- sentí como tanto su lobo como el mío se reía.
- “¡Pillado!”- oí que decía el lobo de Arcel.
Un rápido resoplido, acabo, con mis ganas de reír, hasta los escoltas y el chofer se encogieron, eso era algo normal entre lobos, desde que el Alfa, ejercía su liderazgo, el resto nos sometíamos, agachando la cabeza, incluido yo.
- “Eres muy pesado, Isaak, estoy seguro de que la diosa luna te puso en este mundo, para mortificarme.”- esa frase solía soltarla cuando quería rebajar el nivel de tensión entre nosotros, pero yo sabía que no debía sobrepasar esa línea, él era el Alfa y yo su segundo, y por muy amigos que fuéramos, conocía mi lugar, esto siempre había funcionado así, durante siglos y siglos, y era como debía ser.
Arcel y yo no éramos tan diferentes, ambos vivíamos para lo mismo, el bienestar y la supervivencia de la manada. Me había hecho su beta, cuando mi padre tras el dolor de la pérdida de su Alfa y mi madre quiso convertirse en un lobo solitario, y morir. Ambos tuvimos que arrebatarle el poder, para obligarlo a seguirnos. Fue difícil al principio, para mí era mi padre, y sentía su dolor, y mi lobo seguía considerando, al de mi padre, como familia, a nadie le gusta reconocer que su progenitor ya no es lo que era, el ser fuerte y capaz que te dio la vida.
Desde hacía años, mi lobo era mucho más grande que el de mi padre, un enorme lobo de pelaje cobre y ojos dorados como el fuego, con una fuerza que rivalizaba con el resto de la manada, excepto uno, Arcel, el Alfa, su lobo negro era algo descomunal, con ojos azul claro te paralizaban de miedo, por no hablar de su fuerza y agilidad, nadie era más rápido que él, incluso imponía entre los propios Alfas.
En cambio, nuestra forma humana, era muy similar, en altura, yo sólo era unos centímetros, más bajo que él, también yo escondía una musculatura letal, obra de las horas de trabajo que nos obligamos ejercer toda la manada, para ayudar a nuestro lobo a ser más fuerte, más hábil. Finalmente, mi pelo castaño oscuro, y mis ojos castaños claro casi amarillos, completaban el cuadro, de la apariencia de un ser humanos que, bajo su cuerpo, tenía en su interior una fiera, dispuesta a todo por su manda, y su Alfa, incluso morir por ellos.
- “Alfa, Beta, ya hemos llegado.”- nos dijo uno de los escoltas mediante la conexión de la manada.
Arcel volvió a suspirar, antes de colocarse bien los botones de la chaqueta.
Una hora, hacemos el ingreso beneficio y nos vamos. Dentro de una hora y media estamos en nuestro territorio, entrenado a los jóvenes, ni un minuto más.”- eso fue una orden, y nadie dudó que, en una hora y media, estaríamos medio desnudos en la esplanadas de Laurier Wood, dándole una paliza a esos jovenzuelos imberbes que aspiraban a hacerse con un puesto en la jerarquía de la manada.
Nada más salir del coche, sentí que algo pasaba, algo no iba bien, miré a mi Alfa, y vi que a él le ocurría lo mismo.
- “Mate”- dijimos la dos a la vez.
El resto de los escoltas y los lobos, sonrieron, esos era un gran acontecimiento para la manada, su Alfa y su Beta, había encontrado a sus parejas predestinadas por la Diosa Luna.
El olor me llegó tenue, pero inconfundible era un olor que se entremezclaba entre rosas floreciendo, y calor del verano. Mi lobo, quería salir de mí para buscarla, mi corazón latía desbocado, notaba como la sangre corría por mis venas.
Comencé a caminar por la gran explanada, entre las mesas, llevado por ese aroma, que anulaba mi juicio, me sudaban las manos, y mi lobo estaba excitado, no paraba quieto dentro de mí, necesitaba llegar hasta ella. A duras penas controlaba que no saliera. Nunca había sentido esto, me habían hablado de cómo era, en realidad hace años que muchos no estaban con su Mate, por la reducción de las manadas, pocos lobos se unían a sus parejas de por vida, solían emparejarse por amor, o por necesidad, encontrar a tu Mate era algo normal, y que ayudaba al fortalecimiento de la manada.
La sentí moverse cerca del gran árbol que había al final de la gran explanada. Intenté que mi lobo se comunicara con su loba, pero incomprensiblemente no pudo. Pronto la localicé, mucho antes que ella me viera llegar, caminaba alrededor del árbol, sabía que me había detectado, la expresión de ansia de su bella cara lo decía todo, mi lobo la amo mucho antes de verla, pero cuando la vio aulló de alegría, era preciosa, mi cuerpo tembló de anticipación.
- “Reclámala, es mía, es nuestra”- me dijo mi lobo.
No pude más que obedecer, mi cuerpo se movía sólo, la atrapé rápidamente contra el árbol, y nada más tocarla, mi lobo rugió de deseo dentro de mí, olía tan bien.
- “¡Mía, eres mía!”-, la sentí gemir, y quise gruñir, mientras ella temblaba en mis brazos.
Sus ojos eran como bosques profundos, y ahora estaban totalmente abiertos hipnotizados, mientras su pelo de fuego me atraía como un imán, quería hacerla mía en ese momento, me acerqué a su hombro descubierto, fue en ese momento cuando noté otro aroma que despedía bajo ese olor que me anulaba el juicio.
- “¡Eres humana! Joder eres una m*****a humana. No puede ser que mi mate sea una débil humana”- mi mundo se abrió en ese momento, no creía que la Diosa Luna me hubiera hecho esto, yo necesitan a mi lado una loba fuerte, para ayudar a mi manada, y a mi Alfa.
Mi madre fue una loba fuerte y, aun así, murió, ¿Qué podía hacer una simple humana por nosotros?
Justo en ese momento ocurrieron dos cosas, una sentí su dolor en el corazón, como si fuera en el mío, ante mis palabras, pero su expresión exterior era la de una auténtica guerra, es mujer quería sangre, y mi cuerpo y mi lobo la deseo más.
La segunda fue que mi lobo también lo sintió y me gruñía furioso desde dentro, no le gustó que hubiera hecho sufrir nuestro mate, nadie podía dañarle a su pareja predestinada, ya la amaba y por ella mataría a quien fuera, cometiendo un error, que ninguno me perdonaría. Pero, yo aun no estaba dispuesto a aceptar a una humana como mi mate, la manada lo era todo, y esto podía debilitarla.
- “¡Suéltame, o te golpeo!.”- la frase de esa pelirroja, me hizo volviera en mí, y controlando a mi lobo con toda mi voluntad, la miré irónico, sus palabras por estúpido que pareciera me causaron risa.
- “Eso me encantaría verlo sirena de fuego.”- le dije burlón, sin soltarla, la verdad es que no podía hacerlo, aun mi mente se debatía entre soltarla, y hacerla mía allí mismo., mi lobo estaba realmente enfadado conmigo.
Una sonrisa, que me paró el corazón se asomó en sus labios, y las ganas de besarla me agobiaron, sabía que no debía hacerlo, si la besaba estaría perdido, las feromonas que esa mujer generaba, ya me tenía totalmente excitado, tocarla, me hacía casi aullar de placer, si la besaba todo estaba acabado.
Su reacción me lo puso más difícil, rodeo mi cuello con las manos, y pegó su cuerpo al mío, si no me agachado hacia delante, para acorralarla contra el árbol, apenas me hubiera llegado al pecho, así que me percataba que, esa sirena de fuego, sabia aprovecharía las oportunidades.
Y las aprovecho, cuando yo me encontraba totalmente hipnotizado con esos ojos y esos labios que se acercaban a los míos, mientas mi lobo me paralizaba para besar sus labios, no me di cuenta de lo que verdaderamente pretendía esa bruja de pelo rojo, pero en un segundo lo descubrí, cuando sentí en mi entrepierna un golpe muy fuerte, para ser una humana esa m*****a sabia golpear. Milésimas de segundo un dolor me atravesó entero, mientras mi lobo se reía en mi interior de placer, admirando la personalidad de su mate.
Yo caí doblado al suelo, mi mate había sido la primera mujer, loba o hechicera en golpearme y hacerme arrodillar ante ella, y por un segundo, una milésima de segundo, supe porque la diosa luna me la concedió, era un castigo por ser tan soberbio, pero ese pensamiento fue anulado por el dolor, y la vergüenza al ver llegar a una mujer de pelo color plata con una importante expresión de odio dirigida hacia mí, seguida por un colérico Alfa. Al parecer me había metido en problemas, el Alfa no estaba contento, una voz llego a mi cerebro.
- “Estas muerto Isaak”- esa era la sentencia de un Alfa, y yo comencé a contar mis minutos de vida.
Arcel. - “¡Mate!”- la había encontrado, ese olor a roció, y hierba humedad, tan increíblemente delicioso, me lo decía. Mi lobo gruñía fuertemente excitado, mientras saltaba dentro de mí, lo sabía, sabía que la habíamos encontrado, mi corazón bombeaba sangre tan fuerte, que hasta podía oírlo. Los ruidos de mi alrededor se atenuaron, mientas mis oídos y mi olfato se agudizaban buscándola. - “Encuéntrala, nos pertenece. Es nuestra.”- gruño mi lobo en mi interior. No pensaba desobedecer su orden, o era muy capaz de intentar tomar el control, buscándola el mismo, nunca lo había visto tan excitado, tan feliz. Su olor se hacía cada vez más fuerte a medida que me acercaba al interior de la gran mansión, donde estaba el Orfanato. Sin dudarlo, me colé por una de las puertas y caminé por un pasillo, llegando a una gran sala. En ese momento, sentí que el olor se acercaba a mí, y la vi desde la oscuridad como bajaba por la escalera, mi cuerpo se paralizó, al ver a esa belleza, su pelo plat
Arcel. - “Estas muerto Isaak”- vi cómo tras mi gruñido, mi Beta se contraía, en señal de arrepentimiento. -” ¿Quién te crees tú que eres para despreciar a tu mate?”- le dije mentalmente hirviendo de ira. Sabía que mi ira iba dirigida a Isaak, no sólo porque fuera tan estúpido como para rechazar a la pareja que la diosa luna le había entregado, cuando en estos días eso era más que un regalo, sino porque según me había contado mi lobo, la loba de mi luna, asumía que esa humana era su manada, por lo cual, la protegería inconscientemente de cualquier daño. Eso es lo que había paso, cuando en medio de nuestro acalorado y pecaminoso beso, ella sintió el dolor de su manda, su instinto de licántropo la obligó a protegerlo, aun así, me sorprendió que su pequeño cuerpo pudiera desplazarme como lo hizo, con esa fuerza y rapidez, eso quería decir que su loba, que se encontraba señada en ella, era más especial de lo que yo suponía. -” ¡No sabes cuanto!, Es lo que esperábamos.”- me dijo mi lob
Faith.-" ¡Maldita sea, Faith! deja de sentirte excitada cuando estas al lado de este patán, ¿Qué coño te pasa?, ¡contrólate joder!"- no dejaba de repetirme esto mientras circulábamos con el coche, sin saber a dónde este maldito, y sus hombres, me llevaban.Lo único que sabía era que, pese a mi actitud exterior, que mostraba que estaba totalmente desconforme, por decirlo suave, con ser llevada en contra de mi voluntad, donde fuera que me llevaran, en mi interior estaba más que encantada, mi cuerpo, mi corazón, y una parte no racional de mi mente, habían decidido que la que molestaba era me parte racional, que donde estábamos era donde debíamos estar, junto a ese hombre, y a ser posible, bajo él mientras el maldito arrancaba miles de gemidos de placer de mi cuerpo, para finalmente adueñarse de mí.Decididamente, mi cuerpo, mi corazón, y esa parte de mi cerebro que ahora me estaba incordiando, eran todos, y de manera definitiva, unos traidores. Si pudiera al menos dejar de sentir este c
Elizabet.- “Creo que aquí hay un error, ¿o esto es una broma?, comprendo que nuestra actitud hacia los dos responsables más importantes de W.W. L. Ecologists no ha sido lo más…”- intente explicarle, pero la dama que nos había saludado sólo sonrió, y se adelantó a mi siguiente palabras.- “¿Desde cuándo lees la mente?”- su pregunta me dejó descolocada y sentí como Faith a mi lado daba un salto, mientras en su cabeza la sorpresa estallaba.- “¡Mierda, Eli! ¿dónde nos hemos metido?”- me con su mente, pero la sorpresas continuaban.- “En cuanto a ti, mi diosa, ¿cuántas veces te has acercado a un árbol, o a una planta moribunda, y al día siguiente, la planta ha resucitado?”- esta vez la palabrota ya no sonó en mi cabeza había salido de los asombrados labios de mis amiga.- “¡No me jodas!”- ella estaba tan asombrada como yo.Era cierto que Faith tenía unas manos geniales para los niños, las mujeres embarazadas y la naturaleza, de hecho, gracias a su creatividad, queríamos trabajar de diseñ
Faith.- “¡Hermoso!”- la palabra me salió, sin apenas controlarla.Pero después del día de locos que llevábamos las dos, ver como el hombre más tentador, atractivo y enloquecedor, se transformara en un ser aún más perturbador y magnético como era ese lobo de pelo rojo como el ocaso, había conseguido que por primera vez en mi vida mi cerebro dejara de funcionar totalmente, para convertirme en un ser de instintos, un ser básico.Mi instinto me decía que ese enorme lobo era todo y exclusivamente mío, era mi pasado, mi presente y mi futuro, no me había sentido tan unida a nadie en toda mi vida, como a ese enorme animal, que se me acercaba lentamente, con percusión, como si temiera asustarme, mientras yo, lejos de sentir miedo, sin poder evitarlo, alargaba mi manos para acariciarlo.Estaba como en un trance, mientras sentía esos ojos casi naranjas, en los míos, leyéndome el alma. Cuando mis manos tocaron su pelaje, una sensación de placer, me anuló toda sensación que no fuera esa recorrién
Elizabet.- “¿Qué haces, Eli?”- sabía que Faith me estaba preguntando mentalmente porque reaccionaba así, pero ni yo lo sabía que me pasaba. Desde que vi el enorme lobo en que se había convertido Arcel, algo dentro de mí se había apoderado de mi cuerpo, era como si no deseara que nadie se acercara a él, era mío, solo mío. Una parte de mí, en mi interior, quería que nadie lo tocara, y esa parte estaba conectada con el lobo de Arcel, aunque por mucho que quería retenerla no podía. - “No lo sé algo dentro de mí, ha tomado el control, no quiere que nadie lo toque, o se acerque a Arcel, necesito que preguntes como controlarlo”- le dije a Faith ya que era con la única me podía comunicar, ese ser que me habitaba, que suponía que era la famosa guerrera blanca, de la que ellos hablaban, no se comunicaba conmigo directamente, sino mediante sensaciones, yo sentía lo que ella sentía, y no sabía cómo llegar a ella. Tampoco era que estuviera muy versada en este mundo, acaba de descubrir que, seg
Arcel. Mientras me llevaba a mi luna, en mis brazos, a nuestra habitación, me di cuenta de que ella estaba totalmente entregada, si no controlo mis hormonas, mi instinto de poseerla tomaría el control, para colmo esta mujer no ayudaba, sus feromonas de hembra excitada estaban anulando mi juicio. Tras besarla me di cuenta de que su cuerpo había claudicado, y según mi lobo interior su loba estaba más que dispuesta para ser liberada, pero la advertencia en mi cabeza de Mémé, me lo dejó claro. - “No puedes aparearte con ella, no puedes marcarla aún, sé que vuestro vinculo es muy fuerte, y no sabes cuanto, pero primero debe prepararse y saber quién es verdaderamente, aprender a vivir como loba, va con años de retrasó del resto de lobas que tiene su misma edad. Se lo tendrás que explicar, y ayudarle en sus transformación, así como en cómo vivir con su lobo. Ella es la Guerrera Blanca, la que los tuyos, todas las manadas, llevan esperando, en el momento que despierte todos los licántropos
Isaak. - “Beta es la quinta vez que machaca al pobre Dylan Murray, y eso que es uno de los más fuertes de los jóvenes de la manada”- me dijo el Delta, Derek Müller, el mejor guerrero de la manada tras Arcel y yo. La verdad que haber dejado a la diosa en el agua para que se calmara, mientras mi lobo estaba totalmente enfadado por ello, no había sido una buena idea, pero es que eran dos contra uno. Desde la advertencia de Alisha, había paso por un auténtico infierno, si no había perdido siglos de vida, poco había faltado, ¡Maldita profecía! También la diosa luna se había lucido, mandando a su hija y a su hermana pequeña como mate del alfa y del beta, en una misma manada, esto iba a traer más de un problema con el resto de las manadas, que pedirán que la identidades de la luna y de la mate del beta sean comprobadas. Y para colmo, Colt, mi lobo, está más que furioso conmigo, dominado por sus instintos, no desea sino volver al lado de la diosa que dejamos totalmente colérica sumergida e