Arcel. Mientras me llevaba a mi luna, en mis brazos, a nuestra habitación, me di cuenta de que ella estaba totalmente entregada, si no controlo mis hormonas, mi instinto de poseerla tomaría el control, para colmo esta mujer no ayudaba, sus feromonas de hembra excitada estaban anulando mi juicio. Tras besarla me di cuenta de que su cuerpo había claudicado, y según mi lobo interior su loba estaba más que dispuesta para ser liberada, pero la advertencia en mi cabeza de Mémé, me lo dejó claro. - “No puedes aparearte con ella, no puedes marcarla aún, sé que vuestro vinculo es muy fuerte, y no sabes cuanto, pero primero debe prepararse y saber quién es verdaderamente, aprender a vivir como loba, va con años de retrasó del resto de lobas que tiene su misma edad. Se lo tendrás que explicar, y ayudarle en sus transformación, así como en cómo vivir con su lobo. Ella es la Guerrera Blanca, la que los tuyos, todas las manadas, llevan esperando, en el momento que despierte todos los licántropos
Isaak. - “Beta es la quinta vez que machaca al pobre Dylan Murray, y eso que es uno de los más fuertes de los jóvenes de la manada”- me dijo el Delta, Derek Müller, el mejor guerrero de la manada tras Arcel y yo. La verdad que haber dejado a la diosa en el agua para que se calmara, mientras mi lobo estaba totalmente enfadado por ello, no había sido una buena idea, pero es que eran dos contra uno. Desde la advertencia de Alisha, había paso por un auténtico infierno, si no había perdido siglos de vida, poco había faltado, ¡Maldita profecía! También la diosa luna se había lucido, mandando a su hija y a su hermana pequeña como mate del alfa y del beta, en una misma manada, esto iba a traer más de un problema con el resto de las manadas, que pedirán que la identidades de la luna y de la mate del beta sean comprobadas. Y para colmo, Colt, mi lobo, está más que furioso conmigo, dominado por sus instintos, no desea sino volver al lado de la diosa que dejamos totalmente colérica sumergida e
Faith. - “¡Esto es alucinante!”- le dije mentalmente a Eli, mientras caminábamos por los bosques después de traspasar una gran puerta con una luz muy brillante que estaba en unos de los laterales de la mansión, era como si hubiéramos pasado la puerta astral de Doraemon. - “Si, me siento más en mi casa, que nunca, verdaderamente este es nuestro hogar, esto es relajante, los olores que desprende este bosque me emocionan, quiero correr, investigarlo todo, revolcarme por la hierba, nadar en el lago, y dormís bajo ese sol mientras el frescor de la hierba me envuelve.”- me respondió realmente emociona, mentalmente. Sabía a lo que se refería Eli, yo también me sentía así. -“Lo que sentís es muy normal, diosa y guerrera, ya que, gracias a la manda, y a el esfuerzo de conservación de la hechiceras de Mesdames de Lefebvre, este bosque se ha mantenido como en sus inicios, la pureza de la naturaleza y su fuerza, esta intactas, sin que la mano del hombre la haya tocado, sólo hay un medio para en
Elizabet. Ha pasado una semana desde que Faith y yo hemos descubierto quienes somos, y a quien pertenecemos. El mundo que nosotras conocíamos no era lo que siempre creíamos en un principio, hay más, mucho más. Para poder continuar con nuestra preparación, se había establecido algunas reglas para que, preferiblemente en breve, ocurría, que nuestras parejas no marcasen, y así, todo nuestra potencial de diosa y guerrera, saliera al luz. Bueno las reglas se había establecido entre Alisha y el Alfa, en una autentica confrontación de poderes, siempre a espaldas de la manada, claro está, el liderazgo del Alfa nunca se ponía en duda. Al parecer Arcel, a cambio de ceder a no verme, ni que el beta viera a Faith, pero sólo durante una semana completa, para que la hechicera pudiera prepararnos, para que pudiéramos recibir nuestros poderes, tras ser marcadas y reclamadas. Debíamos estar listas en ese tiempo, ni un día más. Es por eso por lo que nos hemos tenido que mudar a una de las propiedades
Narrador. Gran Chaco, Selva Amazónica, en la actualidad, Tierras bajas de Bolivia. Mientras volaba de regreso a su cabaña, Pirichuchio diosa alada, reina del bosque y de la ciénagas en la selva amazónica de Bolivia, había estado controlado la incursión de ciertos humanos, hace tiempo que la desforestación de su reino, como la de sus hermanas, las quintillizas, cada una en un país de la gran Selva Amazónica, les afectaban. Y todo por culpa de la acción de lo que ella consideraba una plaga que debía ser exterminada, los seres humanos. Su mundo, su reino, cada día se reducía más. Justo cuando descendía sintió su presencia, había llegado la hora de enfrentase a ella. Todas las grandes deidades sabían que pronto, ella, las encontraría, por eso muchas habían abandonado sus obligaciones, para esconderse, y así evitar ser encontrada por ese ser de oscuridad, esto tuvo sus repercusiones, ya que las protectoras dejaron de cuidar las zonas que protegían, provocando así que el humano las destru
Arcel. Ontario, en el mismo instante, Canadá. - “¿Es tan grave?”- me pregunto Isaak, cuando terminé de hablar con Aisha mediante la conexión. - “Más de lo que suponemos sólo faltan tres días, hoy lo hablaremos con ellas, lo mejor es que lo hagamos por individual, cada uno con su mate.”- cogí el teléfono y avisé a uno de mis ayudantes- “Resérvame una mesa en el restaurante Alo, para dos personas, en un privado, para esta noche. “- cuando acabé vi que Isaak, hablaba con su secretaría para hacer lo mismo en otro restaurante de lujo de Ontario. - “Señor hay un problema, varios de los pedidos realizados a varios países, han tenido retraso, y en breve el CEO Econokm, la empresa alemana, está urgiendo hablar por videollamada con usted.”- me dijo mi segundo secretario mentalmente, miré a Isaak, y él me devolvió la mirada, a él le pasaba lo mismo, había problemas urgentes en la empresa. - “Qué alguien recoja a la luna y a la mate del beta para llevarla al trabajo. Comuníquenles lo que ha p
Isaak.-“¡Haber repítemelo!.”- volví a preguntarle a Arcel, muerto de risa.Llevábamos toda la tarde ejercitándonos en la gran esplanada, después del día que llevamos en las oficinas de W.W.L. Ecologists, cuando casi dimití de mi cargo de vicepresidente, si no fuera porque la orden de un Alfa no se discute, se cumple. Ahora yo sólo quería ir a prepararme, tenía la cena con mi mate en dos horas, y tenía muchas cosas que preparar para sorprender a la Caperucita.Pero, al parecer algo le había pasado a el Alfa. Arcel estaba que se lo llevaban los diablos. Cuando esto ocurría, el único que lo calmaba era yo, claro está, tras presentarme como su contrincante y recibir un par de golpes para desestresarle, pero tras recibir más de cuatro puñetazos seguidos, en una lucha cuerpo a cuerpo, ya que porque alguna razón, se negaba a transformarse, finalmente lo convencí para que hablara conmigo.Al principio no le entendí, pero cuando me lo repitió, no pude sino caer de rodillas, sin poder contener
Faith.-“Decididamente, el beta de la manada, el gran lobo malo, era el hombre más atractivo y peligroso para mi paz mental, que había conocido en mi vida. ¡Maldita sea! Ese hombre debía de llevar un cartel de advertencia al peligro, para que así, toda mujer que lo enfrentara supiera a lo que se exponía, y las reacciones que ese hombre tanto visualmente, como físicamente podía hacer a tu autocontrol. ”- fue lo primero que pensé cuando lo vi en el salón de la casa cuando bajaba las escaleras.Justo fue ese pensamiento, el que me hizo, controlarme al verlo, ya que me di cuenta de que, si yo sentía esas sensaciones, cualquier mujer en edad sexualmente activa le pasaría lo mismo. Y no sé si es por esta sensación de pareja, de posesión de otro ser, que te da ser mate de alguien, y que él sea tuyo, pero no me gustó para nada darme cuenta de que, lo que me hacía sentir mi endiablado lobo malo, al verlo, podría sentirlo otra hembra de cualquier especie.Lo único que me calmó, fue darme cuent