Andrew entró al auto, y el dolor de cabeza de más temprano se puso peor, pero lo tiró al fondo, sin tiempo para caer en eso. Necesitaba centrarse en encontrar a Hannah, en llevarla sana y salva a casa.Respiró hondo, se quitó la corbata, la tiró a un lado junto al saco y se sacó dos botones de la camisa.—¿Vamos al Centro? —preguntó Dominik.—Sí. —Se puso con la laptop, y casi enseguida su celular comenzó a sonar, pero no le prestó atención y solo dijo—: Ulrik, ¿puedes contestar por mí? Debe ser Tyler.El moreno, en la parte trasera junto a él, enseguida le sacó el celular del bolsillo. En efecto, era Tyler, así que contestó y lo puso en altavoz.—Señor, localizamos el grupo de furgonetas donde se llevaron a la señorita Roth, pero están vacías. No tenemos más pistas.Andrew frunció el ceño, pues justo al volver a entrar al mapa del rastreador se dio cuenta de que la señal de Hannah había desaparecido.—Están usando un jammer… perdí su señal —murmuró y apretó los labios. Un jammer era
Tras hablar con Andrew, Hannah le comunicó a Norman lo que este dijo, y ambos emprendieron camino a la escuela para buscar a Alisson.—La señorita Alisson de seguro se desinflará un poco al no ver a su padre —comentó el conductor, que también realizaba tareas secundarias en la empresa que complementaban su trabajo.—Es bueno que pase de vez en cuando. Está muy apegada a él, y eso no es malo, pero tiene que aprender que a veces también estará ocupado.—Tiene razón, señorita, aunque no deja de saberme un poco mal por ella.Hannah soltó una risita.—Eso es porque te dejaste hechizar por su encanto, Norman.Los dos volvieron a reír, y el camino a la escuela transcurrió sin problemas. Hannah nunca había visto a su hija ser realmente una niña «convencional». Ella no solía quejarse, ni siquiera cuando creía que Edward era su padre lo hacía. Era una niña muy sensata, demasiado para su edad, y que pensaba mucho las cosas antes de hablar. Por eso resultaban sorprendentes los instantes en los qu
—¡Aaaah!El cuerpo de Edward cayó al suelo y él se agarró de inmediato la pierna, de donde comenzó a rezumar sangre. Hannah, alarmada y sin entender qué pasaba, tiró como pudo la vista desde su posición y vio unas botas negras. Trató de acomodarse y el hombre avanzó, lo que de cierta forma le dio miedo; sin embargo, al ver quién era, de alguna manera su corazón se aligeró.No… no podía estar ligero.Apretó los labios, sorprendida por la expresión indiferente que Andrew tenía mientras apuntaba con el arma a un Edward que se revolvía gritando en el suelo; sin embargo, apenas verlo, sus ojos se afilaron.—¡Maldito, eres tú! ¡Maldito hijo de perra, desgraciado! ¡¿Por qué demonios me disparaste?! ¡Desgraciado, jódete!Pero Andrew hizo oídos sordos a sus palabras y miró a Hannah, suavizando su expresión apenas entonces.—Hannah, ¿estás bien?Ella asintió, incapaz de pronunciar palabra, y el castaño suspiró.—De acuerdo. —Al detallar su rostro, su mejilla hinchada, frunció el ceño.Se agachó
—¿Quién eres exactamente?La pregunta lo recibió apenas sentarse en el sillón junto a la cama, y los ojos cansados pero decididos de Hannah lo estudiaron.Él la miró, también visiblemente agotado, pero sabiendo que no tendría sentido darle largas.—Debes saber que fui a un programa de alto rendimiento cuando era niño. —Hannah asintió con la cabeza—. Fue alrededor de los siete años, un amigo de mi padre fue a casa a visitarlo y nos conoció a Tony y a mí, y le propuso la idea a mis padres de que fuéramos a Islandia al programa de alto rendimiento de su escuela.Al nombrar Islandia, Hannah pensó en que algunas veces Andrew hablaba en un idioma que ella no entendía, pero que luego identificó como islandés, y algunas cosas cuadraron en su mente.—Tony y yo le pedimos a nuestros padres que nos dejaran, y al final lo hicieron. El programa requería mucho estudio, pero era divertido, y tenía una parte física. Aprendíamos artes marciales y también inteligencia y muchas cosas que para unos niños
Sus labios eran como agua de Mayo. Suaves, tersos, cálidos, revitalizantes, y no quería separarse de ellos.Sin embargo, tenía y, aunque a regañadientes, Andrew se separó de ella y la miró a los ojos, esos que tanto amaba, y sonrió.—¿Quieres dormir conmigo? Solo estoy golpeada, no creo que sea un problema si nos acostamos juntos.La propuesta de Hannah no cayó en saco roto, y Andrew no dudó en quitarse los zapatos, apagar las luces y recostarse a su lado tras cerrar las persianas, y ella se abrazó a su pecho, deleitándose con el repiqueteo de su corazón.—Andy… eres como un soldado. Creo que si lo veo así puedo entenderlo mejor —murmuró quedo.Él empezó a jugar con sus cabellos y suspiró.—Es lo que soy, a fin de cuentas, solo que, en lugar de estar afiliado al ejército alemán, lo estoy a una organización privada que es utilizada por muchos gobiernos del mundo.—¿Has viajado mucho gracias a eso?—Bastante, he ido a lugares en guerra y visto muchos desastres, pero también estuve en lu
—Señora… un escuadrón especial vino y se los llevó a todos. Ellos bebían aquí en el bar, pero simplemente vinieron y los sacaron. Pensé en llamar a la policía, pero… al salir me di cuenta de que la policía los acompañaba, así que no tiene caso.Las quejas de aquel hombre no hicieron más que hacer crecer las frustraciones de una Lenna que chascó con la lengua y, sin perder el tiempo, colgó. Se levantó de la cama y tomó la maleta. Si la gente que lo organizó todo estaba bajo custodia, no tardarían mucho en soltar la sopa, y entonces ya no tendría escapatoria.Había comprado un boleto a Dinamarca y otro a Rusia, pero optaría por esta última, y luego desaparecería por un tiempo en algún país asiático que no tuviera tratado de extradición con Alemania. Guardó bastante dinero, el suficiente para tener una buena vida sin preocupaciones, por lo que tampoco importaba terminar en alguna isla paradisíaca tomando el sol por el resto de sus días con un guapo moreno.¿Marlon? ¿Emma? ¿Edward Jones?
Le dolía la cabeza, pues hacía días que no pegaba ojo como era debido, pero también tenía una cierta satisfacción recorriéndolo al saber que, de alguna manera, todo estaba por terminar.—Señor, la información ha sido filtrada a los principales miembros del país y la policía ya terminó de estudiar las escenas. Esté tranquilo, todo está bajo control.—De acuerdo… no tengo cabeza para ver las noticias ni nada de eso, pero mantenme al tanto de cualquier novedad —murmuró con voz queda al celular.—Claro, señor. Lo mantendré al tanto —contestó Tyler y se despidió.Norman seguía en el hospital con una conmoción cerebral moderada, así que Harold lo llevaba hoy. Iba camino a la casa de su madre, a quien llamó temprano para informarla de todo y decirle que no alistara a Justin para la escuela.Dominik y Ulrik se fueron a dormir a sus hoteles. Llevaban más tiempo en la ciudad de lo que planificaron en un principio, pero los notaba satisfechos. Después de todo, esta no era solo su lucha, y lo ten
A lo largo de su vida, Hannah tuvo diferentes amores hasta que pensó haber encontrado al hombre correcto y, haciendo sacrificios, decidió atar su vida a la de él. Eso no había salido del todo mal; es decir, aunque Edward no era el padre de su hija, el hecho de que su existencia a su lado era una de las razones del nacimiento de Alisson resultaba innegable.Sin embargo, Edward era el pasado, y hacía bastante que ya no surcaba los caminos del mundo de los vivos.Hoy se encontraba en el imponente y hermoso Castillo de Eltz, una obra arquitectónica que venía de las antiguas generaciones de la familia Kuir, que en Alemania por fallas de registro terminó acuñada como «Cook», y que fue legada de generación en generación hasta ser propiedad de Alana, quien lo administraba con mimo.Sería fantasioso aquello de decir que el cielo estaba sin una nube, que las flores se hallaban en su punto, y que los pájaros cantaban, que todo era hermoso, pero… así era.Al menos así era a ojos de Hannah, pues h