◢ Sunmi ◤La Navidad transcurrió en un remanso cálido de familiaridad. La casa de mis tíos, Hayun y Yongsu, se llenó de risas, aromas familiares y el abrazo reconfortante de mis seres queridos. La mesa estaba decorada con exquisiteces tradicionales coreanas, y el bullicio alegre de conversaciones animadas llenaba la atmósfera. Recordamos a mis padres y nuestros años en Corea con nostalgia, compartiendo anécdotas de la infancia y riéndonos con la complicidad que solo la familia podía proporcionar.El árbol de Navidad destellaba con luces brillantes, y los regalos debajo de él prometían momentos de alegría. Mis tíos, conscientes de mi amor por el arte, me sorprendieron con un juego completo de materiales de pintura. La emoción que sentí al abrir ese regalo era palpable, y agradecí en silencio la bendición de tener una familia que entendía mi pasatiempo favorito. La paz y la calidez de la celebración se convirtieron en un bálsamo para mi corazón, acunándolo en la certeza de que, aunque e
◢ Sunmi ◤Los días transcurrían, marcando un conteo regresivo implacable hacia el evento que cambiaría la dinámica de mi vida de manera irrevocable. Con menos de una semana por delante, la urgencia de prepararme para ese encuentro se volvía ineludible.Cuando faltaban solo cinco días para la boda, y aprovechando el fin de semana, decidí abordar una tarea que, aunque parecía sencilla, estaba envuelta en capas de significado y emotividad: elegir un vestido. Opté por pedir ayuda a Madison, pues su sentido de la moda y su aguda percepción siempre habían sido un faro de orientación en momentos cruciales.Por supuesto, aceptó encantada de ayudarme; así que ahora nos dirigíamos a una boutique selecta, donde los vestidos de novia y de invitadas se exhibían como obras de arte. El suave tintineo de las campanillas al entrar resonó en el aire, y el aroma a flores frescas nos envolvió mientras explorábamos las opciones. Cada vestido contaba una historia, y mi elección sería parte de la narrativa
◢ Sunmi ◤El impacto de ver a mis padres, quienes supuestamente habían fallecido en un trágico accidente en un yate cinco años atrás, fue tan abrumador que mi cuerpo no pudo soportarlo. La realidad se desvaneció, y todo se tornó en una oscuridad impenetrable. Caí en la inconsciencia como si el suelo se hubiera desplomado bajo mis pies.Cuando recobré la conciencia, sentía los ojos borrosos e intenté abrirlos poco a poco, encontrándome en un lugar desconocido. Una sensación de confusión y desorientación se apoderó de mí. Parpadeé varias veces, tratando de ajustar mis ojos a la luz. La habitación estaba impregnada de un aroma familiar, el de la comida reconfortante de tía Hayun. Pude reconocer que estaba en su dormitorio, pero la pregunta que resonaba en mi mente era: «¿Qué había sucedido?».Me incorporé lentamente, sintiendo una extraña pesadez en mi cabeza. Mi mente era un caos intenso y agitado. Tenía demasiadas preguntas sin respuestas. «¿Había sido real lo que vi en la tienda de mi
◢ Justin ◤ El encuentro con Max dejó una huella profunda en mi conciencia. Sus palabras resonaban en mi mente, y no podía evitar cuestionar la validez de mis elecciones. A pesar de la aparente estabilidad que mi compromiso con Maya podría ofrecer, la tormenta emocional en mi interior persistía. La semana transcurrió entre la rutina laboral y los preparativos para la presentación ante la familia de Maya. Cada día se volvía una lucha interna para mantenerme enfocado en las responsabilidades que mi posición demandaba. La aceptación aparente de Sunmi no calmó la tormenta en mi interior. Cada día que pasaba, la distancia que deliberadamente había creado entre nosotros, se convertía en un abismo que amenazaba con absorber cualquier rastro de conexión genuina. En mi intento de proteger la relación con Maya, me perdía a mí mismo en el proceso. Cada sonrisa forzada y cada gesto cuidadosamente calculado creaban una fachada que se volvía más difícil de sostener. Sunmi, con sus ojos perceptiv
◢ Justin ◤La Nochebuena fue un remanso en la tormenta emocional que había caracterizado mis días recientes. En casa de Max y Chloe, la risa resonó en el cálido ambiente, las conversaciones sobre los preparativos de la boda y las anécdotas, se tornaron en un bálsamo para mi alma inquieta. Max, siempre bromista, no dejó pasar la oportunidad de mencionar la anticipada despedida de soltero, arrancándonos risas a todos, incluso a Maya, quien parecía divertirse en compañía de mis amistades.La velada no solo fue una pausa en mi propia lucha interna, sino también una oportunidad para observar la conexión entre Maya y yo. Sus risas compartidas con mis amigos y el intercambio de historias, revelaban una amistad emergente. Aunque me alegraba verla tan cómoda, no podía evitar que una sombra de melancolía se asentara en mi corazón, al pensar en la distancia que había construido con Sunmi.La Navidad trajo consigo un viaje a los recuerdos de mi infancia. Al visitar a mi tío Michael y llevarle un
◢ Justin ◤El día de la boda amaneció gris, como si el universo mismo compartiera mi inquietud. La visita de Max la noche anterior había dejado un eco de dudas que resonaban en mis pensamientos. En la penumbra de mi habitación, me preguntaba si lo que estaba a punto de suceder era lo correcto. La conexión con Sunmi, las palabras de Max, las presiones de mi tío y la coacción de Mitchell; todo se entretejía en una telaraña complicada que amenazaba con enredar mis emociones.Para acallar un poco mis pensamientos, antes del alba, decidí salir a correr por Central Park. Las calles cubiertas de blanco, y el frío cortante de la mañana, contrastaban con la intensidad de mis pensamientos. Cada paso que daba era como un intento desesperado por escapar de las sombras que me perseguían. Me esforzaba por despejar mi mente, pero las preguntas sin respuesta se agolpaban, creando una tormenta interna que amenazaba con arrastrarme.De regreso en casa, después de una ducha rápida, enfrenté la rutina de
◢ Sunmi ◤Parpadeé en reiteradas ocasiones para cerciorarme si lo que mis ojos acababan de ver era cierto, y me encontré con una visión que desafió toda lógica. Justin estaba allí, con su traje de novio de pie frente a mí, como una visión surrealista que desafiaba la realidad. El asombro y la confusión se reflejaron en mis ojos mientras lo observaba, tratando de comprender por qué estaba en mi puerta en esta noche que, en teoría, debería ser su noche de bodas.Mis ojos se encontraron con los suyos. Un resplandor desconocido realzaba la profundidad de sus ojos azules, volviéndolos más intensos. «¿Qué hacía aquí? ¿Por qué no estaba en su noche de bodas? ¿Ocurrió algo en la ceremonia cuando me fui?». Una ráfaga de preguntas me asaltó mientras una corriente de aire frío se coló en el pasillo, como si la noche misma quisiera enfriar el desconcierto que se gestaba entre nosotros.—Justin, ¿qué...? —musité, sin poder terminar la pregunta antes de que él, con ojos preocupados, se apresurara a
◢ Sunmi ◤El vapor caliente del té envolvía la cocina mientras preparaba las tazas con una mezcla reconfortante. Mi mente estaba en ebullición con preguntas sin respuestas, pero la presencia de Justin en mi apartamento, aunque desconcertante, traía una extraña sensación de calma. El sonido de la cucharita chocando suavemente contra la porcelana llenaba el silencio tenso que flotaba en el aire.Con las tazas listas, caminé de regreso a la sala, donde la luz tenue de las lámparas daba un tono acogedor a la habitación. Justin, estaba de pie en mi improvisado taller de pintura, sin apartar la mirada del lienzo que había dejado a medio pintar. Parecía inmerso en sus propios pensamientos. Al acercarme, sus ojos azules se encontraron con los míos, y una expresión de admiración, y algo más que no supe descifrar, se reflejó en su rostro.—Eres increíble, Sunmi. Me sorprende lo talentosa que eres —afirmó—. Al principio, creí que sólo pintabas por números, pero cuando me obsequiaste el cuadro en