Iliana. La cena pasó sin ningún incidente y estaba comenzando a relajarme en lo que iba de noche, bebí solo una copa de vino porque mañana trabajaba y llegué al restaurante manejando, mi hija quiso ir de nuevo con Jazziel en el auto, así que manejé siguiéndoles en un estado de estupor. Aun me parecía increíble ver a Jazziel con Dalilah en una relación cordial. Llegamos a casa sin ninguna alteración en la vía y saqué mis llaves para entrar y por fin tratar de pensar en que vendría a partir de ahora. Los vi a los dos sonrientes y mi corazón se saltó un latido al ver esas sonrisas tan iguales. Definitivamente lo que se hereda no se hurta. —Gracias por aceptar mi invitación a cenar —dijo Jazziel a Dalilah, llegando al porche donde me encontraba ya con las llaves en la mano— ¿la pasaste bien? —pregunta algo dudoso viendo a Dalilah a los ojos. Lo veo rascarse la nuca nervioso y me causó algo de gracia ese hecho, quiero que trabaje por el cariño de mi hija, mi hija merece lo mejor y él
JazzielEstaba decidido a retomar el tiempo con mi hija, era tarde para verla caminar por primera vez, su primera sonrisa o sus primeras palabras, pero estaba a tiempo para empezar a formar parte de su vida.No sé de dónde sacó Iliana que yo sabía sobre su embarazo, de ser así jamás me hubiera ido de viaje con Elliot a hacer ese máster.—¿Estás bien? —pregunta Nicolás viéndome pensativo en la cocina.—La verdad es que no lo sé —admití, suspiré y me giré para verlo— compraré una casa aquí.—Wao… eso es… —se queda callado pensativo— ¿bueno?—Tengo una hija de diez años —confesé.Era la tercera persona a la que le contaba esto, la primera fue Elliot, la segunda mi hermana y la tercera un extraño.Sabía que Nicolas es un amigo para Balthazar, pero no para mí. No es propio de mí, andar contando mis cosas a todo mundo.—¡Vaya! —silbó impresionado de mis palabras— eso si que es inesperado, pensé que solo venías de vacaciones.—Nunca había tomado vacaciones desde que comencé a trabajar para B
16 Jazziel—Sí, Ana ¿de qué hablo? —le pregunté a Iliana.La reté con la mirada a que contestara mientras veía a Alex enojado cada vez más y más.—Jazziel, por favor —dijo entre dientes enojada— era lo que intentaba decirte, Alex —está vez habló dirigiéndose al tal Alexander— Dalilah y yo pasaremos un temporada viviendo con Jazziel.—¡¿Qué?! —grita el pobre de alexander poniéndose rojo— no puedes estar hablando en serio, Iliana.—Estoy hablando muy en serio, Alexander sucedieron cosas en el pasado que alejaron a Dalilah de su padre, le comenté a la niña sobre vivir con su padre un tiempo para recuperar el tiempo perdido y le pareció una maravillosa idea —me miró al decir eso— no voy a quitarle eso a la niña.Sentí alivio de que Dalilah no se negara a ir conmigo a vivir y así mi plan de recuperar a madre e hija no sería tan difícil para mí.—Bueno, deja que la niña se vaya sola —refuta Alexander perdiendo los modales— no tienes porqué irte con este —me mira de manera despectiva.Mi son
17 IlianaNo sabía bien a lo que estaba accediendo, pero Dalilah estaba tan contenta de vivir las dos con Jazziel que no quise romper su ilusión.Pensé en la solución de Alexander, pero no quería estar demasiado tiempo lejos de Dalilah.Luego de que Alexander se fuera de mi casa, Jazz y yo nos quedamos viendo un tiempo y para romper el incomodo silencio tomé las llaves de mi auto.—La niña sale en media hora, vamos —le insté— me gusta llegar antes de que terminé para ver lo último de su entrenamiento.—Es una chica muy fuerte y lista —acotó Jazziel.—Lo es, me alegra que lo notes —admití.—La has criado muy bien —su rostro solemne y sus palabras calentaron algo dentro de mi pecho.Algo que pensé que había muerto hace ya mucho tiempo y, aunque no quiero sentirme así no puedo evitarlo.—Gracias —respondí sencillamente.Salimos de mi casa y subí a mí auto y me quedé viéndolo de manera extraña cuando lo vi hacer exactamente lo mismo.—¿Qué? No me veas así, es mejor ir contigo a buscar a l
IlianaLa mirada de Jazziel se apagó un poco, pero segundos después recuperó su sonrisa de siempre.—Menta y chocolate —me dijo despacio.Hice cara de asco al escucharlo hablar y él río bajito.—Bien… —dejé en el aire el resto de lo que quería decir.—Yo quiero menta y fresa —dijo mi pequeña, aunque ya lo sabía asentí y fui a buscar los helados mientras ellos buscaban una mesa.Luego de esperar por una corta fila para ser atendida, pedí y pagué mis helados, sentí una mano en mi cadera cuando esperaba que me despacharán el pedido y me giré para ver a Jazziel.—Te vengo ayudar con los conos —me comenta muy serio.—No es necesario —le dije en un murmullo sorprendida, que estoy segura que escuchó, pero que él decidió ignorar.—Insisto —dijo simplemente.Me quedé callada viendo como servían nuestra orden y Jazziel efectivamente me ayudó, nos volvimos para ir a la mesa con Dalilah que no dejaba sonreír de esa manera tan grande y brillante.—¡Que rico! —habla tomando el helado que su padre l
19 Jazziel Una vez tenerlas bajo el mismo techo era algo que me calmaba, quería hacer las cosas bien esta vez. —Me gusta mi nuevo cuarto temporal —dijo mi pequeña. Me alegraba y aliviaba que le gustará, así fuera temporal, quería que se sintiera lo más cómoda posible. —Eso me alegra, antes era el cuarto de Balthazar, mi mejor amigo —le conté como si fuera un secreto. Estaba nervioso, no quería que Iliana tomará la decisión de irse sin darme el tiempo que me dijo que nos daría. Sé que ella piensa que solo es para que yo pase tiempo con Dalilah, y no es del todo mentira. También quiero recuperarlas y tenerlas en mi vida. —¿En serio? ¡Que way! —exclama mi nena, sorprendida. Siempre he amado a Iliana, pero me alejé porque estaba dolido cuando me abandonó y solo casi 11 años después me entero de que no me dejó plantado… la alejaron de mí. Los autores intelectuales de esto tienen suerte de que me importe más recuperarlas que encontrarlos… por ahora. Solo quiero que Dalilah vea que l
20 Nessie Me interrumpen en uno de mis pocos momentos de paz mi desagradable hermano. —¿Ya me tienes la información que te pedí? —pregunta mi hermano entrando a mi consulta sin mi permiso.Menos mal que estaba sola y no con un paciente.—No y retírate, debo atender a un paciente en menos de diez minutos —le dije sin verlo, revisando unos exámenes del paciente que debo atender.Allí va la poca paz que tenía, resople internamente.—Soy tu jefe y debes hacer lo que te ordeno —me recrimina de malas maneras.—Eres mi jefe, no mi dueño —repliqué enojada— además eres mi hermano y baja la voz, no estas en un bar de mala muerte, estas en mi consultorio y por ende pido respeto, Craig.Al parecer él olvidaba que era mi hermano, y menor que yo para empeorar el asunto.—Eso aquí, dentro de este hospital —y señala al suelo para hacer énfasis en su punto— no somos familia, eres mi empleada y te mandé a averiguar que trama ese imbécil de Elliot McNeill —señala fuera de la puerta, como si El
21 JazzielLas semanas habían pasado como se había previsto y nosotros caímos en una cómoda rutina. Ayudaba a Ana a llevar y buscar a Dali y en sus cosas, sentía que me acercaba a ella, sin embargo, ella siempre ponía un alto cuando hacía un avance físico con ella.Retrocedía y no le daba importancia, una vez en casa las cosas pueden ser mejor.—¿Es Iliana la madre de tu hija? —pregunta Elliot sin rodeos al día siguiente de encontrarnos todos juntos y riéndonos.Veníamos de cenar en la calle cuando vimos a Elliot y él no dijo nada, pero sabía que estaba confundido, pero al presentarle a mi hija se le pasó el estupor y entabló conversación con ella.—Lo es, lo descubrí cuando hackeé el centro información de la clínica —confirmé con voz serena.—No se te ocurrió… no sé, ¿decirnos? —reclamó un poco dolido.—No, solo quise venir aquí y ver qué diablos pasaba por la cabeza de esa mujer, para ocultarme una hija. Nuestra hija —corregí rápidamente— ¿sabes lo que eso significa?—Que te