Holis, ¿Qué tal todo el mundo? El día de ayer, me tomé el día libre, pues en mi país era el día de las madres y pues tenía compromisos familiares, pero ya estoy de regreso. ¿Les está gustando el avance de la novela? Dejámelo saber en los comentarios, te prometo que te leo.
~POV NARRADOR~Cuando todo el enfrentamiento de Enzo con su madre estaba sucediendo, Marie apenas salía para ir a comprobar el estado de Esperanza; sin embargo, la curiosidad le gano y se desvió para ver lo que sucedía. Ahora, una vez que el acto había terminado, la rubia subía de manera enérgica para cumplir con la tarea encomendada. Solo para encontrarse, con la enfermera caminando hacia las escaleras, al caminar por el pasillo se dio cuenta de que la puerta estaba semiabierta y Roberto se encontraba en la habitación, aparentemente hablando, con su esposa. Si bien, su primera intención era alejarse y darles su espacio, hubo una frase que llamo su atención; consiguiendo que se toda su intención de irse, se esfumara. ─── Realmente no quiero saber nada de eso. No me interesa nada que tenga que ver con esa mujer, más allá de su hijo, que es el hijo también de tu difunto amigo. ── Decía Esperanza con tono frío. Un tono, que Marie desconocía completamente, a pesar de todos los años co
~POV IRENE~ Finalmente, el día había llegado, todo se sentía tan irreal; pero realmente, estaba sucediendo; todo lo que había comenzado como un simple acuerdo, se había convertido en algo real. Intentando no pensar en la tristeza, en las cosas negativas, me centre en intentar ser feliz, al menos este día. Cuando levante la mirada me fije en todo lo que pasaba a mi alrededor, casi todas estaban listas, mi hermana menor se veía hermosa al igual que mi tía y Marie que acababa de volver. Candela conversaba cerca de la puerta con Sámara de manera relajada. Dentro de mí esperaba que todo estuviera, igual de bien con los hombres. En el momento que el maquillador termino conmigo, no podía reconocerme en mi reflejo, consiguiendo que me sintiera abrumada por todas las emociones que me recorrían de manera aleatoria. Ya solo faltaba ponerme el vestido. Viendo la hora me di cuenta de que aún faltaba un poco menos de una hora, cosa que logro que mis nervios se alborotaran, dejándome incapaz de
~POV IRENE~ Cuando vi a mi padre entrar en la habitación supe que el momento había llegado y una nueva oleada de nervios me recorrió sin compasión alguna. Mi padre se acercó a mí y me abrazo, fue un abrazo largo y silencioso, donde lo único que podía sentir aparte de mis nervios eran los ligeros temblores en el pecho de mi papá, mientras intentaba controlar las ganas de llorar, ahogando uno que otro sollozo traicionero que salía de sus labios. ── Estás preciosa mi niña… ── murmuro finalmente, al soltarme con lentos movimientos. Suspirando de manera ligera, acaricio una de mis mejillas antes de acercarse y plantar un beso en mi frente; previo a mirarme a los ojos. ── Vamos. ── Dijo ofreciéndome el brazo. Asintiendo en silencio, posterior a asegurar el ramo de flores en mis manos, tome el brazo que me era ofrecido y me deje guiar. ~…~El camino hacia el jardín fue desde mi perspectiva lento y tortuoso a causa de mis nervios, pero sinceramente había sido rápido, al momento de lle
~POV NARRADOR~ El banquete, llego sin complicaciones, entre risas y bromas, siguió transcurriendo la velada, bajo los atentos, pero cansados ojos de Esperanza, quien aplaudía, suavemente, viendo a su hija mayor bailando una canción con su padre acompañados por Nicolás y Samantha, Lucas y Andrea que bailaban bromeando. Más atrás de ellos, Sámara y Candela hablaban de manera cordial. ── Que ambiente tan bonito… ── Comento Candela, con sus ojos fijos en Irene. Sámara, soltó un suspiro lento antes de hacer una mueca; si bien había muchas cosas que se habían aclarado con la morena, no podía negar que sentía que aún no había tenido la oportunidad de cobrarse por todo lo que hizo en su momento; sin embargo, eso podía esperar hasta después de la fiesta. Por ahora seguiría con la tregua silenciosa que se impusieron. ── Realmente… ── Secundo antes de negar suavemente. ── Vamos por una copa, mi novio no va a dejar a sus hermanas aún. ── Comento tomando a Candela del brazo para jalarla consigo
~POV NARRADOR~── Creo que es momento que le digamos, claro, no inmediatamente, más si ha llegado el momento de decirle a Irene. ── Dijo Roberto mirando fijamente a Enzo quien suspiraba pensativo. ── Andrea me hizo ver, que es injusto que ella no sepa eso. Andrea, sentada a un lado de ellos, se mantenía en silencio, observando como un vigía a Irene. Lo cierto es que había notado que su sobrina había estado recibiendo mensajes que cambiaban su humor de manera extrema, aunque en ningún momento se atrevió a revisar su teléfono. ── Es una cosa, no solo de que ella merece saber la realidad; lo cierto es que alguien está mandándole mensajes, y no estoy segura de que sea así, pero, considero que sería bueno adelantarnos a por si acaso. ── Intervino Andrea sin dejar de mirar a Irene.Si lo ponía en perspectiva, Enzo, sabía que esa era la realidad que los apremiaba, siguiendo la mirada de la tía de su esposa. Noto, por primera vez, como Irene se alejaba para verificar su teléfono un segundo,
~ POV IRENE~Después de un merecido descanso, estuvimos tonteando todo el día en la habitación del hotel, habían sido momentos realmente maravillosos donde conseguí desconectarme del mundo entero; aunque eso me hizo sentir egoísta. Enzo, no perdía la oportunidad para tomar fotos, aunque realmente no habíamos hecho más que estar juntos y ver películas comiendo aperitivos como un par de niños. Quizás no era la forma de comenzar la vida de casados que muchos esperarían, pero, era la manera exacta que se ajustaba a nosotros, más con el ritmo de vida acelerada de mi ahora esposo. Aún no me acostumbraba a decirle así, era extraño, por momentos olvidaba la sencilla alianza que llevaba en mi dedo, y sentía que nada había cambiado. Tampoco es que deseara que algo cambiara de manera abrupta. Salía de la ducha cuando me encontré con que Enzo no se encontraba en la habitación, sino en el balcón, enfrascado en lo que parecía ser una discusión telefónica, bastante agresiva, por cómo apretaba el
~POV NARRADOR~El silencio reinaba en toda la extensión que abarcaba, la residencia de los Ramírez, pues su única habitante se encontraba durmiendo placidamente, ajena a que su madre, dominada por la ira, llegaba a la casa solo para enfrentarla. Candela, luego de la boda, se había quedado un par de horas en un motel, solo para descansar y llegar a la mañana siguiente a casa y de esa manera mantener su fachada en caso tal que el ama de llaves, le informara a su madre. Lo cual fue justamente lo que paso, aunque desconocía que en el momento que la estaba llamando, su madre se encontraba con su antigua compañera de clases, la cual en un estado de embriaguez hablo de más. Desatando una tormenta. Helena, subía lentamente las escaleras, intentando controlar la ira que la dominaba; sin embargo, poco lo estaba consiguiendo. Aunque, tampoco podía pasarse de la mano, aún necesitaba a Candela, pero en el momento que ella ya no fuera útil, la sacaría de la ecuación también. Al final, invirtió t
~POV NARRADOR~La muerte, siempre llega como una vieja amiga a recogerte; aunque no siempre te sentirás feliz de verla, ella pacientemente te acompañara hasta el final del camino. La familia Páez se encontraba de luto, la casa siempre alegre llena con carcajadas; se encontraba completamente en silencio, como si estuviera vacía, a pesar de que todos los miembros de la familia se encontraban en la sala sentados, en silencio. No hubo velorio para Esperanza, pues así lo había deseado ella, tampoco hubo un entierro, ya que también había exigido que se le cremara. Todo el proceso había sido rápido, aunque también podía ser como todos lo habían percibido, ahora solo esperaban la llamada para ir a recoger las cenizas. ¿Qué harían con ellas? Era la pregunta que se hacían en general. Samantha, las más joven de la familia, permanecía acurrucada contra su hermana mayor, aún tenía puesta la ropa de playa que llevaba en el momento que se enteró de lo que estaba pasando. Sin cambiarse, recogió