—Y ella es la horrorosa de Noely. –dice Jared sonriente.
—Mucho gusto, supe que vas a ser abuela.
—Sí, ¿no es emocionante eso?
–cuestiona con una enorme sonrisa.
—Lo es.
—Siéntete como en casa nena, eres bienvenida.
Noely besa mi mejilla y me da un breve abrazo y se despide de nosotros.
—Creí que sería familiar.
—¿Bromeas? ¡Es pura familia! –asegura Jared.
—¡Mientes, es imposible!
—No miento, esas dos de allá son las trillizas, bueno falta una claramente, cada una con sus respectivos hijos, que en total son dos de Amber, dos de Kathy, cuatro de Valery y dos de Noely, Paula mi hermana tiene uno, y Anabell tres. Entonces si sacas cuentas son dieciséis sin contar a mis padres, los de Noely, las abuelas y claro, los novios de mis sobrinas.
—Es una fa
¿Eso es pollo? Abro los ojos y me estiro en la cama, mis huesos hacen ruido, Jared no esta en la cama, supongo que él cocina pollo, salgo de la cama y noto que no llevo el vestido de anoche sino un camisón que el mismo Jared eligió para mi ayer, es bonito y transparente. Me miro en el espejo y bien podría romperlo, pero como no se rompe supongo que no estoy tan mal.Jared cocina sólo en boxers, eso me resulta más apetecible de que el pollo.—Buen día bella durmiente.—Buen día Jared.—¿Qué tal dormiste?—Muy bien, pero muero de hambre.—Sólo faltan los fideos y estará listo.—Dejame ayudarte.Tomo la olla y le pongo un poco de agua, enciendo la estufa y la pongo a hervir, espero paciente mientras Jared termina de picar verdura.—Eres un buen cocinero.
—¿De modo que es una perra?–cuestiona Nelly.—Lo es, además se ve tan amargada, como si nada la hiciera feliz.—¿La pusiste en su lugar verdad?—Obviamente, pero algo me dice que no debí hacerlo.—No podías sólo dejarte, además él comprenderá.—Pues no pero caí en su juego en lugar de ignorarla.—¿Le dirás a Jared?—No quiero hacerlo, no tiene importancia.—Yo digo que es mejor que se lo digas.—Esta bien, se lo diré pero después de la cena.—Nunca te vi ser tan estúpida Dafne.–confiesa riendo.—¿A qué te refieres?—Por un hombre, ni siquiera con Alexander que mira que es una delicia, aunque últimamente haya sido un puto desconsiderado.Me río por sus palabras, Nelly casi quiso matarlo cua
—¿Me estás queriendo decir que la amas? –cuestiona Galilea con visible sorpresa.—Sí, la amo.—¿Hace cuánto?—Eso no importa.—¡Es una niña Jared!—¿Cuándo diablos van a entender que Dafne no es una niña? Es mucho más mujer que muchas con mayor edad allá afuera.—¡Estas loco Jared! Esa chiquilla tiene la edad de Grecia.Galilea se da cuenta de que ha tocado una vieja herida.—Lo lamento no quise...—Olvídalo. Es mejor que te vayas.—Jared...—Vete Galilea, por favor.—¿Estas seguro que quieres que me vaya?Asiento sin ánimo de pronunciar palabra. Ella toma sus cosas y se va por la puerta por donde anteriormente se me fue Dafne quizás para ya no volver.—Llama si necesitas algo.—Claro.
—¡Muestrame! –grita Nelly apenas entra a casa.—¡Shh! Mi madre esta en su habitación.—Lo siento, pero muero por verlo.Extiendo mi mano y observa el anillo, abre y cierra la boca como pez fuera del agua.—¡Es hermoso! –susurra.—Lo sé, es hermoso.—Tu anoche sólo dijiste "es plateado y bonito" pero esto lo supera, es un buen anillo.—Además esta grabado.—¿Y qué dice?—The best of my life.—Aww, ¿no es eso tierno?—Sí, aunque por poco mamá nos descubre basándonos y haciendo la escena del anillo.—No pensé en eso.—Nunca piensas en nada.—Si Katty no me hubiese hablado tú y Jared no se hubiesen reconciliado.—¿Pudiste conocerlo por fin?—Sí, ¿y a qué no adivinas?
—Necesito hablar con Dafne primero sobre esto.—Sé que ella entenderá. No puedo seguir ocultando esto.—Por favor sólo hay que esperar un poco.—Cómo quieras pero no me gustan las mentiras, Alexander ya lo sabe.—¿Qué?—No le dirá nada a Dafne, lo prometió.—Si mi hija se entera por alguien que no soy yo esto va a acabar muy mal.—No se enterara, lo prometo.—Más vale.—¿Cuando será?—Pronto, lo prometo.இ═══════இMiro directamente a Jared, él espera una respuesta, no sé qué contestar, ¿yo quiero formalizar de esta manera? Es tan poco tiempo y no sabemos mucho el uno del otro, tengo veintidós años, ¿estoy lista para esto?—Me asusta tu silencio. ¿Fue mucho?—No, yo sólo estoy...pensando en lo que
—Creí que no vendrían. –dice Anabell al recibirnos.—Tuvimos algunos contratiempos pero ya esta. ¿Dónde esta mamá?—En la cocina, como siempre.—¿Podrías quedarte con Dafne, no esta muy bien.—Claro hermano, no te preocupes.Asiento a modo de agradecimiento y camino hasta la cocina en donde se supone esta mi madre, pero no es así.Puedo divisar a mi padre en la mesa junto a mamá quien le sonríe cariñosamente, camino hasta ellos y me aclaro la garganta para hacerme notar.—¿Ocurre algo hijo? –cuestiona mi padre.—La madre de Dafne ya sabe de nosotros.—¿Hubo problema?—No mamá, no todavía pero temo por lo que pueda pasar y las consecuencias que traiga la noticia.—No te preocupes, Eva sigue siendo nuestra abogada, Victoria también puede ayudar en caso de demanda.<
—Parece que no te da gusto verme.–dice mirando las fotos en la mesa.—Yo...lo lamento. Nunca creí volver a verte.—Si, tampoco creí que regresaría. Fue difícil pasar por eso. ¿Dónde esta mi niña? –cuestiona.—Ella...se fue con Nelly, tuvo una semana dura con la brigada y fueron al cine. –miento.—Muero de ganas por verla. ¿Tardará mucho?—Sí, de hecho dormirá con ella sólo por esta noche, no es algo que haga a menudo, pero se lo merecía.—Supongo que será mañana.Max me mira como esperando alguna reacción de mi, pero no sé como reaccionar. No lo esperaba y sinceramente me sorprende verlo aquí.—Amanda, sé que esto en extraño, fue mucho tiempo pero no actúes como si no me conocieras, estamos casados, tenemos una hija, y me da tristeza que te comportes como si no supieras quien soy.—Max yo...
—Señor Marín.—Señor Krause.—Jared.—Maximiliano.El nerviosismo por parte de Jared es notable, se ha secado las manos más de diez veces desde que papá está aquí, sé que no se opondrá pero lo hará sufrir, me lo dijo.—¿Quiere beber algo?—¿Tienes cerveza?—Sí, ya vuelvo.Jared camina a la cocina a traer la cerveza de mi padre.—Lo torturaras ¿verdad? –cuestiono.—Sólo un poco pequeña. Se va a llevar lo mejor que tengo en el mundo, déjame divertirme. –hace un puchero infantil.—No seas tan malo papi, es importante para mi.—¿En serio lo es?—Mucho papá.—Sabes que es mayor, y que a los hombres como él y yo no nos gustan las cosas que te gustan a ti. No nos gustan "los reventones" o dormir hasta tarde.<