CAPÍTULO 40
Lo primero que hago es tomar la medicina correspondiente en estos casos, asearme e ir a dormir esperado que cuando despierte ya todo esté bajo control...

Despierto poco a poco y me humedezco los labios, siento la boca pastosa. Qué extraño, esta no es la habitación de la casa de playa, parece una de hospital. Apenas trato de reincorporarme, un fuerte mareo me hace acostar de nuevo. Observo con detenimiento y veo que tengo una bolsa de suero conectada al brazo, me llevo las manos a la boca al recordar lo que pasó a la medianoche. Tuve un parto muy sencillo, no pujé tanto, sin embargo, recuerdo que perdí mucha sangre y me sentía extremadamente débil. Toco mi vientre y me topo con la sorpresa de que ya esta casi plano, pero flácido, como un globo desinflado. Me pregunto, ¿dónde está mi hija? Quizá por ser prematura se encuentre en la incubadora, claro, eso debe ser.

Toco el botón para que venga alguna enfermera, pero después de mucho tiempo nadie viene.

No se siente bien este silencio y
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