Salgo de mi habitación aún con un poco de flojera pero mi estómago me pide a gritos alimento, se me antoja un café con mucha azúcar. Llego a la cocina y veo a Nana secando trastes y guardándolos en su lugar. — Buenos días nana— Me acerco a ella y beso su mejilla.— Buenos días mi niña Hannah ¿cómo amaneciste?— Muy bien nana— Si supiera lo que pasó ayer… no pienso preocuparla. El teléfono de la casa empieza a sonar, le digo a Nana un “yo voy", mientras corro a la sala y contesto.— ¿Diga?—Buenos días, ¿se encuentra el señor Jeon?— Si, pero en estos instantes él está dormido— Oh, está bien, sólo hablaba para confirmar la sesión fotográfica que tenemos para hoy— Ok, no se preocupe yo le digo, perdón, ¿quién habla?— ¡Pero qué grosera soy,! disculpa soy Carlos el fotógrafo— De acuerdo, yo le digo— GraciasCorto la llamada. Es extraño lo de la sesión pero igual es problema de Ranzes. Volteo para volver a la cocina pero verlo detrás de mi con expresión seria me asusta.— ¿Co -cómo
Toda la noche dormí incómodo por dos simples razones: uno, no quería acercarme a Hannah y que mi cuerpo reaccionara. Dos, tenerla cerca y recordar su cuerpo fue una tentación enorme. Estiro mi cuerpo haciendo crujir mis huesos y me doy cuenta de que estoy solo en la cama, no me importa realmente pero necesito un café. Salgo de la habitación y bajo por las escaleras, al acercarme escucho risas, abro la puerta y me encuentro con una escena linda, Hannah y Nayeon cocinando.Nunca había imaginado algo más hermoso que eso — Buenos días tío Ranzes — Dice mi pequeña sobrina entre risas mirándome — Buenos días preciosa ¿qué están haciendo ustedes? — pregunté con una sonrisa— La tía Hannah me está ayudando a preparar un desayuno sorpresa para mami y papi, ¿verdad tía? — Mi nena no despega la vista de mí esposa, el que se lleven tan bien es algo que realmente me gusta más de lo que debería — Así es linda — Voltea el hot cake sin prestarme atención.— Tio Ranzes — Frunce el ceño y pone sus
La luz que pega en mi rostro es cálida e incómoda, agudiza mi dolor de cabeza. Los recuerdos de la noche anterior llegan a mi mente de golpe y lo que más me hace sentir como basura es como trate a Hannah ella.no merecía nada de eso, solo lleve mi enojo con ella. Abro los ojos lentamente encontrándome con la foto que está en su mesita de noche. ¡Díos la he cagado!. Giro en la cama buscándolo a mi lado.— ¿Estás despierto? — Pregunta al pie de la cama con la mirada baja.— Eeh…yo…yo — Los nervios invaden mi cuerpo.— No digas nada — Toma una gran bocanada de aire. Ha llegado el momento de hablar. — Las cosas entre nosotros no pueden seguir así, todo tiene un límite y ayer los dos la cruzamos aunque tú tienes rato haciendo eso. Yo nunca planee casarme contigo, mucho menos arruinar tu vida y la mía. Dime algo, si no querías casarte... ¿porqué firmaste? — Sigue sin mirarme y de alguna forma eso me duele. Iba hablar pero ella lo hizo primero que yo — Quiero el divorcio — Aquellas palabras
Me dirijo hasta nuestra mesa pero lo que veo me hace pensar que hablé demasiado pronto en cuanto a mis emociones.— ¡Oh!, volviste, Ranzes te presento a Fernando es un viejo amigo — Le estrecho la mano al chico con incomodidad y molestia. — Así que tu eres el afortunado, te has ganado a una gran chica, Hannah es una persona increíblemente bella, si yo no hubiese sido tan tonto no la hubiese dejado ir de mí lado— Me dice¡¿Qué carajos?!¡¿Acaso quiere que lo golpee?— ¿A qué te refieres? — Pregunto y estoy tratando de no verme molesto y seguir fingiendo mi sonrisa de agrado falsa. Además no quiero hacer ningún espectaculo acabo de hacerlas pases con ella y no quiero mas problemas.— Hannah y yo fuimos novios en el Instituto — La sangre me hirvió a más no poder, sin embargo me mantuve serio, no voy a comenzar a actuar mal por una tontería.— Al contrario, que bueno que lo fuiste y te perdiste de esta belleza, gracias a ti esta maravillosa mujer es mi esposa — Tomé la mano de Hannah tr
Mi vida apesta, estaba durmiendo demasiado bien como para ser despertado por un relámpago. Camino hasta la ventana y abro la cortina. Está lloviendo demasiado fuerte, ni siquiera la calle se ve, el ruido de la lluvia aturde. Bajo hasta la cocina, no escucho ruido, seguramente siguen durmiendo, pero antes de llegar a mi destino me encuentro con Hannah en la sala con un libro en manos. Me acerco sigilosamente pues no se ha percatado de mi presencia al estar tan inmerso en su lectura. Me permito observarlo a distancia, su ceño está fruncido y abre los ojos lentamente hasta que parecen querer salir de sus cuencas, muerde su labio y relaja su expresión. Es tan adorable. — ¿Qué lees?— Hannah pegó un brinco dejando caer su libro y tocándose el pecho.— ¡Carajo!, me has pegado un susto, pensé que dormías— Se acomoda en el sillón.— Pues lo hacía, pero la lluvia me despertó.— A mi también, intenté volver a dormir pero ya no pude así que decidí leer un poco, además me gusta el sonido de la l
No pude dormir ni un solo momento. Después de besar a hannah y llevarlo a su habitación, nos quedamos en silencio recostados en su cama, esperé a que el durmiera y salí con una sonrisa tonta de su habitación. Justo ahora, mientras tomo una ducha para prepararme para el trabajo, mi sonrisa y el recuerdo de sus labios no se borran. Una vez listo, bajo al comedor para tomar mi desayuno antes de salir. Entro al comedor y encuentro a hannah desayunando.— Buenos días— Saludo a hannah sentándome a su lado.— Buenos días, Nana estaba a punto de ir a buscarte pero creo que ya no es necesario— El también parece estar de buen humor. Mientras hannah desayuna yo me permito observarla, cada centímetro de su delicada piel es como ver una obra de arte. —¡Buenos días Kookie!— Interrumpe Nana saludando efusivamente, también ella está de buen humor, pero escuchar ese apodo me hace fruncir el ceño.—Buen día Nana, sabes que no me gusta que me digan así.— ¿Y porqué no?, suena lindo— Comenta de repente
Por primera vez después de mucho tiempo dormí bien, no hubo pesadillas, ni sueños extraños. Llorar como lo hice sirvió mucho, no recuerdo haber llorado de esa manera anteriormente. Salgo de la ducha y me preparo para ir a desayunar. Llego a la cocina para pedirle a Nana que me sirva.— Buenos días Nana — Me acerco dándole un beso en la mejilla de buenos días.— Buenos días Hannah, ve a sentarte, ya te sirvo — Me da un empujoncito para apresurarme.— ¿ranzes ya despertó? — Interrumpo los empujones de Nana— No lo sé, primero te sirvo y después voy a buscarlo — Salgo de la cocina y me siento en mi lugar, mi lugar, es extraño sentir emoción por tener un lugar a lado de Ranzes— Espero te guste Jimin, ¿te traigo jugo o café? — Deja el plato y los cubiertos frente a mi.— Jugo está bien Nana, gracias— Entró de nuevo a la cocina.— Buenos días— La voz de Ranzes me hizo sonreír inconscientemente, giro y lo veo con esa sonrisa linda suya, tan guapo.— Buenos días, Nana estaba a punto de ir a
“Ranzes el desayuno está listo". Nana como siempre tan linda se encargó de venir a despertarme, esto pasa siempre que me quedo dormido. Abro los ojos perezosamente y veo el reloj, son las nueve de la mañana. Muy temprano para mi pero tarde para el trabajo. Me levanto de la cama y comienzo a prepararme.Ya listo y guapo como siempre, me dirijo al comedor para tomar mi preciado desayuno, al entrar lo veo totalmente vacío, ¿Hannah seguirá dormido? Nana sale de la cocina apurada.— Nana, ¿y hannah? — Le pregunto antes de que me deje solo en el comedor.— En la cocina, está terminando de decorar el pastel que hizo esta mañana— Hago un asentimiento y me dirijo a la cocina.La escena que me encuentro es digna de fotografía. Hannah está decorando el pastel con mucha concentración, tanta que para hacer más precisas las líneas de chocolate saca la lengua y frunce el ceño. Es tan adorable y lindo. Pone unas fresas sobre el pastel como último detalle y al fin se percata de mí presencia. Me mira