Furioso, siguió su camino, él aceleró a fondo y se alejó del lugar, él no siente celos, eso se lo negó por completo, él solo está reaccionando a la verdad, esos dos han de tener una relación desde ya hace un tiempo y él de imbécil ahí. ―Madre. ―La saludó al escuchar su voz. ―¿Está Ariana en la manada? ―La mujer descolocada, pero feliz por la pregunta de su hijo, asintió una y otra vez, aunque no fuera cierto. ―Ella jamás ha dejado de venir cariño, está aquí conmigo. ―Bien, dile que me espere, voy para allá. ―Cerró la llamada y aceleró el auto, él debe hacer su vida, debe marcar a su nueva luna y olvidarse de esa maldit4 mujer que lo único que ha traído a su vida son problemas y miserias. Ariana quien llegó en tiempo récord después de la llamada de Kora, la madre de Vidar, sonrió al verlo entrar tan apuesto por la puerta de la sala. Vidar es todo lo que una mujer desea, alto, guapo, inteligente e imponente y eso es todo lo que ella desea. ―Cariño mío. ―Kora saludó a su hijo. ―Pensé
―Buenos días… ―Esa voz, ese tono mimoso y más el olor de la mujer que se sentó en su cama lo hizo sonreír. ―Vamos, debes desayunar. ―Ariana dejó la bandeja a un lado. ―Después de una noche como la que pasamos hay que alimentarnos bien. ―Ambos rieron al recordar lo bien que se lo pasaron. ―Vaya, mi futura esposa sí que sabe cómo atender a su alfa. ―Ariana se sonrojó como siempre, llevan ya una semana relacionándose y ella se siente en un sueño. ―Hoy llegaré tarde, así que es mejor que te vayas a casa. ―Ariana se desanimó, ella deseaba ya quedarse ahí a vivir con él. ―No olvides que pronto será la ceremonia y desde entonces viviremos juntos, hay bebés que hacer. ―No digas esas cosas. ―Desvió la mirada avergonzada. ―Me pone muy nerviosa toda esta situación. ―Respiró hondo para tratar de calmar su corazón y a su loba. ―¿De verdad me elegiste a mí entre tantas mujeres y entre ellas guerreras? ―Vidar dejó la comida de lado y tiró de ella para colocársele encima. ―Así fue. ―Susurró miránd
―¿Por qué hablaría yo con una mujer que no me interesa? ―Dolor, eso sintió Eir con sus palabras. ―Vuelve a largarte de mi vida como lo hiciste antes, me harías un gran favor. ―Vidar… ―Lo llamó conteniendo sus lágrimas. ―Tengo algo que decirte, yo… ―No me interesa. ―La cortó siguiendo su camino. ―Lárgate de mi piso o te sacaré con policías. ―Las lágrimas rodaron las mejillas de Eir, ¿Por qué no le permite decirle nada? ¿Por qué no puede él por lo menos darle una última mirada? ―Señorita. ―Ángela se acercó a ella. ―Es mejor que vaya, su amiga ha de estar muy preocupada. ―Eir sollozó, ¿De qué vale saber toda la verdad si no puede hablar con él? ¿De qué vale desear pedirle perdón si él no le da la oportunidad? Apolo llegó al despacho de Vidar, su amigo no le ha respondido las llamadas ni los mensajes y está bastante preocupado. Si Eir le dijo que él le había dicho la verdad, quizás lo haya perdido para siempre, pero no se irá sin antes decirle que está feliz de haberlo hecho porque de
Apolo miró con preocupación a Eir, ella no se veía nada bien, pero tampoco quería tocarla, se sentía como que se desplomaría si llegara a rozarla tan siquiera.―Eir, ¿Estás bien? ―Preguntó lo obvio, ella no está nada bien. ―Por favor, dime algo, estás pálida y… ―No pudo decirle nada más, Eir salió corriendo al baño a vomitar, ella no soportó la noticia.¿Por qué él se casará con otra si es ella quien lleva a su hijo en el vientre? ¿Por qué la dejaría de lado si su cachorro correrá peligro al estar lejos de él? ¿Acaso esa es la venganza que él tenía preparado para ella? Ella debe saber la verdad, debe hablar con él cuanto antes.―Debo irme. ―Apolo fue tras de ella. ―Debo hablar con Vidar, yo… ―Se detuvo y lo miró. ―Todo esto es mi culpa y tengo que buscar la manera de solucionarlo.―Pero él está en una junta, no es buena idea que lo interrumpas, sabes que odi4 eso. ―Eir lo sabía a la perfección, pero ella no podía dejar las cosas para después.―Tranquilo, ya no hay nada que él me pueda
Eir cayó de rodillas y se llevó las manos a la cara, él se aprovechó de ella y la embarazó para después abandonarla, ¿Es así como él se vengaría de ella? Fue demasiado cruel, él le dio donde más le duele y ella no tiene el derecho de enojarse o reclamarle, ella fue la primera en destruirlo.Apolo supo que todo había salido mal, Eir ni siquiera quiso hablarlo con él, solo le agradeció una vez más y se marchó con la cabeza baja y un olor a tristeza que le quemó la garganta. Sabedor de que había discutido con Vidar y que no deseaba verlo por idiot4, decidió ir a verlo.―No sé lo que está pasando contigo. ―Apolo irrumpió en el despacho de su amigo y lo obligó a salir de sus pensamientos. ―Pero estás lastimando a Eir, ¿Por qué dejarla ir cuando sabes a la perfección que eso la matará?―Fuiste tú. ―Vidar se puso en pie. ―¡Tú le dijiste que el bebé era mío! ―Apolo alzó las cejas, ¿Es lo único que le reclamará? ¿Acaso Eir no le dijo también lo otro? ―Pensé que eras mi mejor amigo, pero no eres
Eir abrió los ojos, las palabras de Vidar le destrozaron la vida y pensó en volverse a ir a América, pero no pudo apartarse de él ahora que sabe toda la verdad, ella debe quedarse y estar ahí para él sin importar cuanto la 0die. ―¿De verdad piensas ir a trabajar con ese animal? ―Jessi la miró con preocupación. ―Eir, él te llevó por muchos días, ¿Cómo puedes arriesgarte a tanto? ―Eir sonrió, a pesar de estar encerrada él no la trató mal hasta el último día que le dio su libertad. ―Es mi trabajo, Jessi, además necesito el dinero para ayudarte. ―Dejó salir el aire por la boca. ―Ahora que viviremos juntas nuevamente, quiero ayudarte lo más que pueda. ―Le sonrió, todavía no le dice que sigue embarazada. ―Ahora déjame ir a ducharme, debo estar lo más temprano ahí. ―Jessi la siguió al baño, ambas se tienen suma confianza y no les avergüenza desnudarse frente a la otra. ―¿Me contarás la historia? ―Eir entró a la ducha. ―Digo, para que ese tipo loco te secuestrara algo debe haber. ―Frunció
Vidar llegó a su despacho, estaba contra el tiempo y todavía debía revisar la agenda, de verdad estar sin una asistente era una total pesadilla para él, ¿Desde cuándo un Dios como él debía estar haciendo ese trabajo tan denigrante? Pero no tiene opción, las mujeres que van por el puesto son unas incapaces. ―Oh, está aquí. ―Vidar alzó la mirada tan rápido que por poco se desnuca. ―Fui por un café. ―Caminó hacia él sin importar su mirada descolocada. ―Tiene una junta a las trece horas, por ahora está libre. ―Le sonrió. ―¿Qué haces tú aquí? ―Preguntó al poder formular las palabras. ―Usted no recibió mi renuncia, así que el puesto aún es mío. ―Se encogió de hombros. ―No, te quiero lejos de mí, márchate ahora. ―Exigió poniéndose en pie. ―Sal de aquí. ―Eir pensó en irse a su oficina y trabajar, pero no podía hacer las cosas así, ella estaba ahí porque él realmente le importa. ―Estoy embarazada y necesito mi trabajo. ―Lo amenazó, pensó en no hacerlo, pero conoce esa mirada. ―La ley me pr
Eir se limitó a obedecer cada orden que Ariana le daba y soportar toda la humillación que esta le hacía vivir, Vidar parecía no tener voz, él no decía nada, estaba completamente indiferente a lo que estaba pasando y eso para Ariana solo significaba una cosa, él odiab4 a esa mujer y jamás la defendería. ―Amor. ―Llamó su atención. ―Debo irme, mi suegra me está llamando y no quiero hacerla esperar. ―Acercándose a él le dio un beso en los labios, beso que destrozó un poco más a Eir. ―Nos vemos después, ¿Vale? ―Ve con cuidado. ―Le pidió al despedirse. ―Chica, ven conmigo, quiero que le traigas algo a mi prometido. ―Eir miró a Vidar para saber si tenía permiso, pero él ni siquiera la miró así que decidió ir con la mujer. Ambas salieron del edificio, Ariana la invitó a un restaurante y Eir sin cuestionar la siguió, no sabe lo que la mujer quiere con ella, pero es mejor saberlo de una vez por todas. Ariana tomó asiento y la miró a los ojos con su gesto de desagrado de siempre. ―¿Qué nece