Eir abrió los ojos y en lo primero que pensó fue en su bebé desaparecido, en ese que no tuvo la oportunidad ni siquiera de abrazar o darle un beso. Tras suspirar miró a su esposo y sonrió, ese hombre es un apoyo fundamental, jamás la ha dejado sola y a pesar del dolor que ambos tienen, él siempre ha sido más fuerte que ella y la ayuda a sobrellevar las cosas. ―¿Podrías quedarte un poco más en cama, mimada? ―La voz gruesa y ronca de su marido la tensó. ―Vamos, nena, el vuelo sale esta tarde. ―Eir besó sus labios. ―Quiero resolverlo todo antes de irnos, de esa manera no dejaremos nada. ―Vidar sonrió. ―Llevas arreglando las maletas y todo lo demás desde ya hace una semana. ―Lo sé, sabes como soy. ―Volvió a besarlo. ―Ahora déjeme salir de la cama, señor Granberg, su esposa debe ir a ver a su hijo. ―Vidar tiró de ella y la abrazó con muchísima fuerza, con ese amor que día a día se vuelve más intenso y enloquecedor. ―Eres la mejor madre del mundo, ¿Lo sabes, cierto? Y una esposa sexy y
Cinco años habían pasado, difíciles y muy largos, todos intentaban sobrellevar el dolor, pero que el niño viviera enfermo toda la vida los frustraba un poco más, se suponía que deberían protegerlo de absolutamente todo y no pueden porque eso se les sale de las manos. ―Amor. ―Eir miró los ojos de su hijo. ―¿Has tenido algún sueño? ¿Has escuchado voz en tu cabeza? ―Radiv negó, él sueña con él mismo frente a un espejo, es todo. ―Vale, no pasa nada, cielo. ―Besó su frente. ―Mami. ―Eir miró los ojos celestes de su hijo. ―¿Por qué siempre hay tristeza en tu mirada? ―El corazón de Eir se paralizó, es primera vez que le pregunta eso. ―¿Tristeza? ―Sonrió un poco más. ―Sí, cuando me miras hay algo más que amor, es mucha tristeza. ―Sin saber que responder negó. ―¿Cómo voy a estar triste si tengo un hermoso hijo? ―Besó sus mofletes hasta hacerlo reír. ―Jamás te miraría con tristeza, cielo. ―Se apartó. ―Cálzate los zapatos, yo iré a peinarme. ―Eir se metió al baño y soltó las lágrimas, es inso
Se quejaron ambos niños al chocar de frente. ―¡Fíjate por donde vas! ―Dijeron a la vez acariciando sus frentes. ―Fíjate tú. ―Volvieron a decir al compás y una vez se miraron irritados, ambos quedaron sorprendidos. ―¡Eres un clon! ―Chillaron a la vez señalándose. ―No, tú eres el clon. ―Radiv frunció el ceño. ―Tú eres el impostor. ―Aseguró. ―No, tú eres el impostor, yo soy el original. ―Ambos se miraron fijamente a los ojos, son como dos gotas de agua. ―¡Caracolas! ―Exclamó el niño. ―Eres el de mis sueños. ―Radiv pensó lo mismo, él siempre consideró que se veía a sí mismo y se escuchaba. ―¿Por qué te pareces a mí? ―Quiso saber. ―No lo sé. ―El niño se encogió de hombros. ―¿No es genial? ―Agrandó la sonrisa. ―No pareces tonto como los otros niños, has tenido suerte de parecerte a mí. ―Eso a Radiv no le gustó. ―Tú tienes suerte de parecerte a mí. ―El niño alzó las cejas, es muy amargado. ―No soy amargado. ―Gruñó al escuchar sus pensamientos. ―¿Has podido leer mi mente también? ―El c
Explicaciones y muchos consejos después, Eir y Vidar decidieron llevar a su hijo por un helado, después de todo fue bueno y se dejó examinar sin gruñir más de cinco veces. Muchas veces parece un viejito en el cuerpo de un niño. ―Este ha abierto. ―Radiv tiró de sus padres para subir al ascensor disponible. ―¡No corras, hijo! ―El niño bajó del ascensor y miró a su alrededor, pero no vio a su clon. ―Hoy has estado muy animado, amor. ―La mujer miró a su hijo impresionada, jamás lo había visto con tanta energía, por lo regular siempre está débil. ―¿Te parece si vamos por un helado después de ver al doctor? ―¿En serio, mami? ―La miró con ojos brillantes olvidándose totalmente del resto. ―¡Te amo! ―La abrazó con fuerza. ―Y yo te amo a ti, mi amor bonito. ―Besó su cabeza. ―Vamos, no podemos llegar tarde a la consulta. ―De la mano se alejaron de los ascensores. Eir se llevó la mano al pecho, esa sensación que había estado sintiendo desde que despertó la estaba agobiando, no sabía exactamen
Incontables exámenes y todos negativos. Han pasado una semana y para Vidar y Eir la situación es inexplicable. Su hijo se encuentra mucho mejor de salud y no lo entienden, él no se está medicando. La felicidad de ver a su hijo bien evita que se pregunten que se está ocasionando, es tan liberador para ellos que simplemente están agradecidos con el mundo porque su hijo no es el mismo de antes, ahora es una versión más vivida y traviesa. Radiv despertó con un solo pensamiento, ver a su clon y ahora nada se lo podrá evitar, él quiere conocer más a su nuevo amigo y descubrir porque tienen poderes y son tan iguales, tantas citas no les ha dado la oportunidad. Esta vez, fue él quien decidió visitar la habitación de sus padres. ―¿Por qué nalgueas a mamá? ―Vidar miró a su hijo en shock. ―¿A qué juegan? ―Lo miró extraño. ―Eh… al caballito. ―Eir deseaba carcajear, pero los fuertes azotes de su marido no eran para nada divertidos. ―Yo también quiero jugar. ―Pidió corriendo a la cama. ―¡Eh,
―Por supuesto que llegaré para la cena. ―Afirmó. ―Pero lo que más esperaré es el postre. ―Ella que no tarda mucho para encenderse, sintió una corriente en su bajo vientre. ―Sé un buen chico y tendrás todo lo que quieres. ―Le guiñó haciéndolo reír, para Radiv no era extraño ver a sus padres darse amor, en su familia es eso lo que se ve, todos se llevan bien y se aman. La hora de ir al parque había llegado, Vidar estaba emocionado por finalmente poder ver a su nuevo amigo, las tantas citas y la felicidad de su madre le evitaban salir de casa o tener la oportunidad de escaparse, su madre no lo deja ni un segundo a solas. ―Mami. ―La miró. ―Puedes relajarte, lee tu revista de moda y yo jugaré, ¿Vale? ―La mujer tiró de su peliblanco y lo besó hasta el cansancio. ―¿Cómo es que tengo a un hijo tan inteligente como tú? ―Lo miró a los ojos muerta de amor. ―¡Santo cielo! Eres una chulada, amor. ―Vidar carcajeó, ama como lo trata su madre. ―Ve con cuidado, no te alejes de mí, ¿De acuerdo? ―El
―No lo he visto, lo siento. ―El hombre la miró pesaroso, aquella mujer se está ahogando con su propio llanto y el temor que hay en sus ojos es doloroso hasta para quien la mira. ―¿Dónde estás, Vidar? ―Se llevó las manos a la cabeza, ¿Acaso ellos se lo llevaron? ¿Han secuestrado a su niño? Ese pensamiento la aterró mucho más, pero lo descartó, ellos jamás la hubieran dejado libre. ―¿Ha visto a este niño? ―Le pregunto ahora a otra mujer y la respuesta fue igual, nadie había visto a un niño tan llamativo como lo es su hijo. ―Nadie lo ha visto. ―Uno de los policías se acercó a Vidar. ―Es mejor que vuelvan a casa, nosotros nos haremos cargo. ―¡¿Eres estúpid0?! ―Eir le gritó al hombre. ―¡He perdido a mi hijo! ¿Cómo coño pides una idi0tez como esa? ¡No digas tonterías! ―Estaba histérica, ella no podía creer que había perdido a su otro hijo, ¿Qué clase de madre pierde a sus dos hijos? Ella misma se llamaba monstruo. ―Sigan con la búsqueda, que la extiendan a todo el país y fuera de él. ―O
―Ariana. ―La aludida quedó sin respiración, Eir volvió a ver a ambos niños y después a la mujer frente a ella y no se contuvo, la bofetada que le dio fue realmente fuerte. ―Tú… ―¡¿Por qué le pegas a mi mami?! ―Vidar saltó a defender a su madre. ―¡No le grites a mi mami! ―Radiv no se quedó atrás. ―Niños. ―Vidar puso orden, él estaba entre feliz, furioso e incrédulo ante la escena. ―Escaparon de sus madres. ―Eir miró a su esposo, ¿Cómo es que llama a esa zorr4 madre después de que le robara a su hijo y lo criara como suyo? ―Eso estuvo muy mal, ¿De acuerdo? ―Miró a Ariana, él pensó que no se volverían a ver, ¿Hasta ese extremo llegó esa insufrible mujer? ―Los invitamos a nuestra casa, ¿Les parece? ―Ariana abrazó a su hijo, ella sabe que esa no es una invitación, ella debe ir o de lo contrario le irá mal. ―¿Te parece ir, amor? ―Vidar negó de inmediato. ―Ella te lastimó, mami, ella no me gusta. ―Eir no pudo contener las lágrimas, ella no midió las consecuencias de sus actos y ahora su