Vidar miró a su mujer, él solo podía seguirla con la mirada porque de acercarse ella saltaba como una gata salvaje. Sabía que ocultarle las cosas a su luna tendrían su consecuencia, pero no tenía ni idea de cuan tan grandes serían. Lo intenta, él se esfuerza por hablar con su mujer y pedirle perdón por mantenerla en la ignorancia, pero ella simplemente pasa de todo él. Ahora no solo debe estar preocupado por las cosas que están pasando, sino que tiene la mente ocupada y a su lobo a punto de perder el control por el rechazo de su luna, eso lo dificulta todo. La muerte del doctor fue exactamente como las demás, un solo orificio en su corazón y su sangre envenenada. Lo único que han podido descifrar es que el veneno alcanza la sangre y les da una muerte realmente dolorosa y efectiva. ―Mimada, por favor. ―Vidar resopló. ―No podemos estar peleando, no cuando hay una amenaza ahí afuera, ¿Podemos hablar, por favor? ―Le suplicó con la mirada. ―Me ocultaste lo que estaba pasando, Vidar. ―L
―Él solo cuida de mí. ―Dijo con voz seca, disimulando lo mucho que le afecta verlo de esa manera. ―Por favor, suéltame, debo hacer cosas. ―Intentó soltarse, pero Philips no se dio por vencido. ―¿Por qué estás así conmigo? ―Se llevó la mano libre a la cabeza y peinó su cabello. ―¿Por qué es que me castigas de esta manera? ¡¿Qué caraj0s he hecho para que huyas de mí?! ―¡Todo empezó cuando llegaste tú! ―Gritó confesando lo que pasaba. ―Todas esas muertes de las personas que nos rodean, todos esos misterios y la manera en la que saben como llegar a nosotros sin que nadie se dé cuenta. ―Limpió sus lágrimas. ―¡Yo te confié nuestro secreto! ―Lo miró con desconfianza. ―Y siento que te has aprovechado de todo, Philips, eres un cazador y te has acercado a mí solo para dañar a Vidar y su familia, pero no permitiré que lo hagas. ―Se negó a ser la culpable de más sufrimientos para ellos. ―Hoy mismo le digo mis sospechas a Vidar. ―Philips solo la miraba atónito, con el corazón furioso y sus pulmon
Los niños llenos de pánico miraron a su madre quedar atrás, pero ellos no se detuvieron, obedecieron a la petición de su madre y corrieron tan rápido como pudieron. Eir intentó ponerse en pie un par de veces, pero su tobillo se había roto y el dolor es realmente insoportable. ―¡Mami! ―El chillido de sus hijos la hizo olvidar todo dolor y sin pensárselo más se puso en pie y corrió, no importaba lo lento que iba, ella corrió para salvarlos. ―¡Mami, son muchos! ―No se detengan. ―Gritó Eir yendo tras de ellos. ―Sigan corriendo, niños… Aaahhh. ―El grito de Eir se escuchó en cada rincón del bosque, el tirón de pelo la hizo caer con fuerza en el suelo. ―No, por favor, no les hagan daño a mis bebés. ―Suplicó. ―Son solo unos niños, ellos están asustados, por favor. ―El hombre la miró con asco. ―Son unos monstruos al igual que los de tu especie. ―Eir miró a su alrededor, más de cinco hombres armados hasta los dientes la miran como si fuera un apetitoso filete. ―Todos van a morir, nosotros co
Desesperados intentos hicieron los humanos para sofocar los incesantes ataques de la loba enfurecida, pero nada parecía resultar, por mucho veneno que le inyectaran, por muchas cortadas que le hicieron y flechas que le disparaban ella seguía siendo invencible a sus ojos. No solo atacaba, ella también defendía a los niños sin darles las posibilidades de capturar a uno para detenerla, lo hacía demasiado bien, la bestia frente a ellos solo le estaba demostrando el poder de esa raza tan intimidante y monstruosa para ellos. ―¡Ahora! ―Vidar y Apolo llegaron justo a tiempo, ambos se convirtieron en lobos una vez estuvieron bastante cerca y se hicieron cargo del resto. La emboscada fue realmente inmensa, el plan de los humanos era perfecto y lo único que frustró sus planes fue que la loba de Eir resurgiera de manera inesperada, pero tanto poder y el veneno que penetró con rapidez su sangre la debilitó tanto que su forma humana apareció. {Hay que sacarla de aquí} Apolo se acercó a los niños
El corazón de Jessi marchaba con rapidez, un auto la iba persiguiendo desde varias cuadras y no se despegaba de ella, aceleraba y quien va detrás de ella la imita. El pánico se estaba apoderando de de todo su ser y no sabía qué hacer, ¿Cómo protegería ella a los niños si la atacan? Esa pregunta la mataba, pues no podría defenderlos ni, aunque quisiera. ―¿Por qué mamá no vino con nosotros? ―Vidar Jr. la miró con ojitos cristalizados. ―Ella no estaba bien, debía venir para también ponerse a salvo. ―Jessi los miró por el retrovisor, una vez dio una curva bastante peligrosa, ella debe perderlos de vista. ―No podía moverse, cielo. ―Le habló con ternura, disimulando la preocupación. ―Ella debía quedarse en un lugar estable, prometo que se recuperará pronto. ―¿Los malos nos matarán a todos? ―Esta vez fue Radiv quien hizo la pregunta difícil. ―¿Acaso merecemos morir como dijeron esos hombres? ―Jessi dio un volantazo que sacudió a los pequeños con brusquedad. ―Cielo, nadie en este plano te
Eir suspiró antes de abrir los ojos, su pecho se siente más pesado y ella misma nota mucha diferencia. Frunciendo el ceño abrió los ojos al escuchar a su loba, ¿Acaso ella está soñando? ―¡Niños! ―Gritó sentándose al recordar lo que pasó. ―¿Dónde están mis hijos? ―Miró a su alrededor, ¿Qué había pasado? ¿Acaso lograron capturarla con sus bebés? ―No, no puede ser. ―Corrió a la puerta, pero esta se abrió antes de que pudiera llegar. ―Mimada. ―Vidar respiró finalmente al ver a su mujer en pie. ―No sabía si ibas a despertar, oh, nena… ―La abrazó con fuerza, Eir se sintió a salvo, ella soltó las lágrimas al estar entre los brazos de su esposo. ―Los niños… ellos… ―Están con Jessi. ―La calmó. ―Ella huyó con nuestros hijos para ponerlos a salvo. ―Le sonrió tras besarle la frente. -Recuperaste a tu loba, ¿Cómo lo hiciste? ―Quiso saber. ―No lo sé. ―Eir soltó el aire por la boca, el saber que sus bebés y su mejor amiga están bien la calmó por completo. ―Y ahora lo único que deseo es acabar co
Jessi respiró con un poco de dificultad, ¿Cómo es que ellos se jactan de que los monstruos sin los lycan? ¿Por qué se creen con derecho de lastimarla? Ellos son las aberraciones. ¿Cómo pueden tratar a una persona de esa manera sin remordimientos?—¿Qué tanto piensas, guapa? —El cazador que la atrapó y el mismo al que se le dio la tarea de cuidarla sonrió. —Vamos, puedes hablar conmigo. —Jessi le escupió en la cara y como siempre el hombre apretó su cuello ejerciendo la suficiente presión como para lastimarla y dejarla sin aire en el proceso. —Cuando llegue el momento te arrancaré la cabeza y la tiraré a los pies de quienes dicen amarte. —La miró a los ojos. —Ustedes son los monstruos. —Susurró por falta de aire una vez la soltaron. —Son ustedes los que merecen la extinción. —El hombre enfureció el gesto. —Por cazadores como ustedes es que humanos inocentes mueren, ¡Ustedes lo sentencian a muerte! —Gritó llamando la atención de los demás. —Los Lycan y cualquier otra criatura vive sin
—Y no lo olviden. —Cosmos las miró. —Eviten sus armas, tenemos el antídoto ya en la sangre, pero es mejor evitar. —¡Cuidado! —Ariana empujó con fuerza a Eir para que la flecha no la alcanzara. —¡Tenemos que actuar ya! —Los seis se convirtieron en lobo y corrieron a lo que sería su capo de batalla. Los cazadores los recibieron con una ráfaga de flechas, ellos dispararon sin cansancio, pero el nerviosismo de los tiradores no los hizo efectivos. Siempre se han enfrentado a lobos, pero no a seis de una sola vez y ellos no son cualquiera, son los más poderosos. —¡No sean cobardes! —Gritó el líder. —¡No se dejen intimidar, nosotros somos más! —Empujó a uno. —¡Ataquen! —El hombre no tuvo más opción que obedecer y ese fue su error, Apolo de un zarpazo le despegó la cabeza del cuerpo horrorizando a los que iban atrás, pero aun así los cazadores se llenaron de valor y corrieron a ellos. Pronto el lugar era más humanos que lobos, la escena se veían como un montón de hormigas luchando contra s