Dieciocho días.Eso es lo que falta para la presentación de Alessia y, a medida que se va acercando el evento, Amaro la nota tensa, es que ni siquiera hacer el amor ha logrado cansarla o relajarla lo suficiente para que pueda dormir por las noches.Por esa razón, la noche anterior le tocó meterle media pastilla para dormir en una taza de leche caliente, porque las ojeras y la ansiedad están haciendo mella en ella, lo último que quiere es que se enferme.Se despierta temprano, porque debe salir de Roma ese día, sin molestarla se mete a la ducha, se viste en el baño y cuando sale la ve moverse antes de abrir los ojos. Se acerca a ella para darle un beso suave y Alessia sonríe mientras se despereza.—Buenos días, mi esposa bella.—Oye, no me cambies el estado civil, tramposo —se sienta en la cama y su rostro hace un gesto de dolor.—¡¿Qu&e
Tras dos semanas de ensayos intensos, donde Amaro se aseguró de estar frente a Alessia en cada uno, el día ha llegado. Se pasó aquellas dos semanas sin siquiera mirar su teléfono, el que muchas veces vibraba insistente, pero sencillamente lo ignoró, no hubo nada más importante que su niña.Amaro le ofreció a Alessia comprar un hermoso vestido para la presentación, pero no quiso. En su lugar, decidió ir con aquel vestido que se compró con su dinero, el que la llevó a conocerlo y a que su vida cambiara.No había nada que decir, solo sonreír y besarla más.—Quiero que respires mucho, solo no mires directamente al público —le dice por la mañana—. Tengo que ir a la oficina, pero en cuanto termine lo que debo arreglar, iré contigo al teatro.—¿Crees que vaya mucha gente?—No lo sé, nena,
En aquella inconsciencia, Alessia sabe que tiene que despertar porque hay unas cuantas cosas que debe enfrentar.Pero hacerlo es admitir que sus mayores miedos se hicieron realidad. El quedar en ridículo frente a cientos de personas, es algo que le costaría pasar, pero la traición de Amaro…Eso era de otro nivel.Por eso nunca quiso nada sentimental con nadie, incluso Roger quiso algo cuando recién lo conoció, pero ella le dejó claro que no quería nada amoroso con nadie. En cierta manera, siempre fue por tener que depender emocionalmente de alguien, abrirse y que le hicieran daño, pero también por miedo a perder a aquella persona y que le pasara lo mismo que a su padre.Fueron cientos las veces que lo vio llorar por su madre, aquella mujer que fue la única a la que amó y que perdió cuando la ganó a ella.Sin embargo, hay otra verdad sobre ella, que no
Al llegar a la fundación, Alessia se baja con el corazón hecho pedazos, en la mano y sangrante, mientras que todo aquello por lo que luchó, lo que soñó, se volvía añicos una y otra vez.No tenía cómo describir la vergüenza que sentía en ese momento, era terrible, no quería ver a nadie para que no le preguntaran cómo se sentía. La conversación con Amaro se repetía una y otra vez, tal vez lo juzgó demasiado rápido, pero no iba a ceder, no hasta que él le demostrara que algo como eso jamás pasaría.Schwartz se ofrece a llevarle la maleta a su cuarto, pero ella niega y le dice que puede hacerlo sola. Le agradece el gesto y se mete dentro, pensando en que solo quiere terminar aquel día tan desastroso y comenzar a dejarlo atrás.Cuando entra, no hay nadie por allí, lo cual agradece bastante, porque no se
Abrir los ojos sin ella al lado era demasiado duro. Por un momento pensó que lavar la ropa de cama y terminar de sacar la ropa que había dejado olvidada era una buena opción, pero desistió porque la presencia de una persona no la hacen sus pertenencias, sino lo que dejan dentro de uno.Y Alessia había dejado demasiado.Al sentarse en la cama, no puede evitar emitir un quejido y la respectiva mueca de dolor, Daryl le había dado una buena paliza. Se la merecía, sabía que sí, pero el dolor en el alma es mucho más fuerte que el físico, así que de todas maneras era un poco en vano.Sale de la cama, recorre la habitación y sale al cuarto contiguo, en donde ella solía practicar. Allí han quedado sus dos violines, el de toda la vida y ese que él le regaló. Cada cosa que era de ella la dejaría intacta, ese sería una especie de santuario par
La llegada a Los Ángeles a Alessia la dejó con la boca abierta.Era muy diferente a Italia, desde la manera en que la gente se acercaba a ella hasta el ambiente. Cuando bajó del avión la trataron casi como una celebridad o alguien importante, un auto esperaba por ella, al igual que un hombre joven de traje impecable de color azul oscuro, corte sofisticado y una sonrisa cordial.Se presentó como su abogado y todo lo que necesitara de él, la ayudó a subir al auto y allí le explicó algunas cosas.«—Si necesita alguien que se haga cargo de la limpieza, la comida u otras cosas, solo debe decírmelo y pondré a su disposición a personal calificado.—Señor Johnson, ¿cómo conoce a Daryl?—No nos conocemos personalmente, pero llegó a mí a través de un amigo. Si no confía en mí, puede decírme
Para Alessia llegar a la casa de su madre es otro mundo, sus hermanas están en casa esperando ansiosas, en cuanto entra a la sala corren para abrazarla y darle ese amor que nunca esperó tener, ni en sus mejores sueños.—Es hermosa —dice Aileen, la más pequeña de trece años.—Pues claro, enana, es hija de madre, todas salimos así de hermosas —le dice Elaine y Alessia se ríe, porque al parecer su hermana tiene el carácter muy similar a ella.—Por favor, no agobien a Alessia —las reprende Jonathan—. Linda, ¿quieres algo de comer, de beber? Por favor, haz de cuenta que has llegado de un viaje muy largo.—Gracias, creo que algo para beber sería bueno —Eloísa, que no se despega de ella, la lleva al sofá y se sienta con ella.—Ahora cuéntanos, ¿estudias, trabajas? ¿Cómo fue que l
La vida a veces puede parecer pasar muy rápido, pero en realidad solo pasa a un ritmo constante, lo que puede acelerarlo es la capacidad de vivir que cada uno pueda tener. En el caso de Alessia, no se quedó allí, siguió avanzando y nada de lo que le ocurrió en el pasado la hizo desistir. Si en algún momento quiso detenerse, su madre y sus hermanas no se lo permitieron, mucho menos Jonathan quien se tomó muy en serio eso de ser su padre. Aunque al inicio le costó aceptarlo, no pudo desechar tanto amor del marido de su madre. «—En esa casa el amor es igual para todas las hijas que salieron del vientre de mi mujer, así que pude que no me llames padre, pero seré uno en toda regla aunque no quieras.» Una declaración como esa dejaba claro que el hombre era sincero en su trato y así lo demuestra cada día. Así es como dos años han pasado desde que se fue de Italia con el corazón roto, dejando atrás la vergüenza y ese gran amor. Ni por asomo volvió a su país d