Han pasado dos días de la visita de Virginia, Amaro ha estado muy atento a las necesidades de Alessia, pero sobre todo, estuvo siguiendo los consejos de su madre al pie de la letra para poder conquistar a la muchacha.
Lo cierto es que solo quiere escuchar esa palabra, tan simple, pero poderosa, aunque no se ha atrevido a preguntarle de nuevo, pero cuando termina de vestirse se decide que ese es el día definitivo.
Sale de su habitación con ese porte de dueño del mundo, pero se desinfla en cuanto ve salir a Alessia de su habitación, con un vestido celeste pálido, con mangas hasta el codo, un par de centímetro por debajo de la rodilla, de falda acampanada y canesú de corte princesa con un escote cuadrado, que deja a la vista sus senos.
—Buenos días —dice ella con suavidad, quien ha tratado de no tener tanta cercanía con Amaro, porque si lo hace ya no podrá apartarse más
Los días han pasado para ambos como una ligera brisa, donde el caminar de la mano por el jardín o sentarse a oír a la mujer de su vida tocar junto a la chimenea, es parte de la rutina que siempre termina de manera inesperada.Por la mañana Amaro simplemente no quería ir a trabajar, pero Alessia le dijo que ella no andaba con vagos, así que no le quedó más remedio que ir a dar la cara de siempre, porque puede ser un amor con su novia, pero con el resto del mundo sigue siendo el mismo desgraciado de siempre.Ahora que va de camino a casa, solo puede sonreír porque llegará directo a darle un beso a su novia, decirle que la ama y luego acurrucarse con ella en el sofá de la sala, mientras hablan de su día.Pero al entrar a la mansión y ver que hay un auto que le parece familiar allí le causa curiosidad, así que derrapa al estacionarse y se baja sin siquiera cerrar
Decir que Alessia no está nerviosa sería mentir, pero al menos sabe manejarse bastante bien. Cuando Amaro va a su cuarto a buscarla, después de haberse metido directo al suyo para prepararse, se queda como si fuera la primera vez que la ve.—Estás…—¿Quieres que me cambie? Es que tu cara…—¡Dios, estás preciosa! —le toma la mano y se queda allí babeando—. ¡Maldición, Alessia! Esta noche no iré a divertirme, solo a matar con la mirada a cualquiera que se te quede viendo más de dos segundos —se acerca a ella, la hace girar y no puede evitar el gesto que hace con el rostro.Cierra los ojos afligido y se muerde el labios inferior, aquel escote le llega justo a los malos pensamientos en el vestido rojo que se ajusta a su anatomía como si fuera un maldito guante. Alessia se lo queda viendo con expresión divertida, pos
Alessia no necesita ser adivina para saber que esa mujer le provoca de todo a Amaro, aunque nada bueno. —Bella, ¿qué haces aquí? —le pregunta Vittorio notablemente incómodo—. No recuerdo haberte enviado invitación. —No fue necesario, siempre hay alguien que sabe hacer favores —dice ella muy relajada, como si eso fuera normal—. Nos volvemos a encontrar, novia de Amaro. —Así veo, ahora entiendo el por qué de su sorpresa, después de todo ya lo conoce y no en los mejores términos. —¡En eso te equivocas! Amaro y yo nos conocemos muy íntimamente, ¿verdad, prometido? Alessia abre mucho los ojos y antes de que cualquiera pueda decir o hacer nada, ella ya ha dejado la servilleta en la mesa y camina a la salida sin mirar atrás. —Es mejor que de la misma manera que llegaste a la ciudad, te largues, porque si te quedas, no tendrás una vida bonita. Tras su advertencia, Amaro sale tras Alessia, mientras que Vanella la toma por el brazo
El primero en abrir los ojos es Amaro, con aquella fragancia que le fascina de su mujer, su pecho subiendo y bajando tranquilamente, con la piel libre de tela estorbosa y con la sonrisa en su rostro. Despertar con ella se le hacía casi inalcanzable, pero ahora que por fin había sucedido, estaba en realmente poseído por una felicidad incontrolable.Se queda quieto, observando las facciones delicadas de Alessia, sus labios desde donde los sonidos más sublimes e hipnotizantes salen en el momento de la intimidad. Su manos la recorren con delicadeza, no puede evitar que esa parte de cuerpo se despierte, porque aunque aquellos jugueteos con su chica han sido fantásticos, no son suficientes.Alessia se remueve un poco, abre los ojos y se encuentra el rostro feliz de Amaro. Así se ve tan joven, como si fuera un hombre de unos cinco o seis años menos, le acaricia el rostro y se acerca para besarlo con delicadeza.—Bu
Alessia lo mira sorprendida, se esperaba cualquier cosa menos de algo como eso, pero antes de que le diga algo a Amaro, este le responde con suavidad, tomando sus manos.—Resulta que, a pesar de no llevarnos bien al principio, siempre te presté atención a lo que me decías. Lo que tú me tengas que decir es lo más importante para mí.—Gracias… eres de los pocos que me escucha… pero quiero entender mejor por qué me investigaste, ¿creíste que era una psicópata y querías asegurarte? —le dice ella riendo.—No, más bien me llamó la atención la muerte de tu padre —Alessia no puede evitar sentirse más curiosa, pero no le dice nada—. En especial cuando me dijiste que era conductor en una de mis empresas.—¿Qué?—Transportes L es parte de mi imperio, por si no lo sabes, me dedico a
Aquel día, luego de que Amaro lograra calmar a Alessia después de esa brutalidad que le dijo, siguió el trayecto de regreso por completo en silencio. Al llegar, Alessia se metió a su cuarto a procesar todo a través del violín y le dio un beso sencillo a Amaro a modo de despedida, porque era obvio que tenía que irse a Viena.Dos días prometió quedarse y dos días se quedó, porque no soportaba estar lejos de ella, pero en especial porque las llamadas con Alessia estaban muy raras. Cruza la puerta y corre a la habitación de Alessia, en donde se encuentra las maletas de ella en la entrada y a ella sentada en la terraza, mirando al claro.Amaro siente que su mundo se está abriendo bajo sus pies, las manos comienzan a sudarle y la posibilidad de que de nuevo lo abandone la mujer que ama, lo tiene al borde del abismo. Camina con rapidez hacia ella, pero la actitud de Alessia lo desconcie
Alessia baja para desayunar y se siente extraña, en especial porque Daryl no está con ellos, ya que se encuentra en la casa de al lado con su familia. Tampoco está Roger, porque sigue en Suiza pintando para una mujer, la que al parecer no era tan mayor como creyeron. Eso le provocó mucha risa, porque bien podía pasarle lo mismo que a ella y enamorarse de su mecenas… Roger con una suggar mommy era gracioso de imaginar.Pero tampoco está él… su Amaro, su hombre grande, de ojos oscuros y sonrisa hermosa. En cambio, tiene a Jazmine, que la ve con evidente desagrado, aunque no le afecta la manera en que la muchacha la ve, sí le molesta tener que compartir el desayuno con alguien así.—Y dime, querida Alessia, ¿ya probaste que el sexo es delicioso?—Aunque no es algo que te importe, puedo decirte con tranquilidad que no, porque yo sí sé mantener las p
Las semanas se han ido pasando presurosas, el amor de ese par ha ida cada vez más en aumento, las demostraciones de amor se han vuelto mucho más sencillas, en especial de parte de Amaro, quien al parecer también tiene su lado artístico, porque los versos para Alessia no han dejado de salir de su corazón.La única rutina es que, cada domingo, Amaro va a dejarla a la mansión Marchetti, le da un beso de esos que la dejan temblando como gelatina y le pregunta si quiere regresar a la mansión. Pero Alessia le dice que no, que falta un poco más.De la bruja no supieron más, al parecer la amenaza de la señorita D’Angel sirvió bastante para espantarla, eso es lo que cree Alessia luego de que Amaro dejara de llegar a la segunda base y tres cuartos.Pero esas cosas no son importantes para Alessia ahora, le preocupan otras cosas. Como que debe comenzar a arreglarse muchas cosas ella so