Damian Lennox

Estaba soñando, lo sabía, lo sabía porque a ella solo la veía en sueños, la veía cuando estaba pasando del mundo de la inconsciencia al mundo de los sueños.

Su cabello estaba muchísimo más largo que antes, rozándole las cintura mientras algunos mechones cubrían sus ojos. Ella no me miraba a mí, más bien veía el lago en el que en algún momento pasamos tiempo juntos y en el que la había conocido.

Y luego de un momento a otro todo el escenario cambió totalmente llevándome a un bosque seco, maltrecho y entre los árboles vi llamas ardiendo fuertemente.

Caminando lentamente me acerqué a las llamas y lo que vi me hizo despertar apresurado.

Era una mujer ardiendo en ellas, pero realmente no ardía, ella solo estaba ahí, conviviendo con ellas como si la repelieran, como si no le hicieran daño. Y esa mujer era Eva, Eva North.

Mi respiración era rápida y descontrolada y aunque intenté calmarla no estaba siendo fácil.

—Oh, cariño, donde estás.

Cuestioné al aire sabiendo que nadie me