Anthony no es de los que se queda tranquilo, así que esos dos días que se tardan sus hombres en instalarse con él en la ciudad, no deja de buscar la oportunidad de llegar a ella, por lo que la sigue.
Y Kate, aburrida de estar encerrada en casa o en la oficina, decide salir sola, excepto por los guardaespaldas, a un centro comercial. De todas maneras, se siente segura porque a Anthony no le conviene hacerle algo con tanta gente a su alrededor.
Kate caminaba distraída por el centro comercial, pensando en que debe tener un propósito estar allí y totalmente ajena al hecho de que Anthony la sigue sigilosamente a una distancia prudente puesto que ha notado que va acompañada. Su mente está ocupada en mil pensamientos, tal vez por eso no se percata de que ha entrado en una tienda de bebés. Al notar la infinidad de artículos adorables, su atención se desvía momentáneamente de sus preocupa
En el círculo de Ethan, la gente cercana a él se mantiene alerta para bloquear cualquier intento de Anthony de seguir a Kate. Conscientes de la situación y de todo lo que está en riesgo, se aseguran de mantener a Anthony a distancia y protegerla de cualquier posible acercamiento no deseado.Kate se encuentra en su oficina revisando algunos documentos, cuando le informan que Samira ha llegado a la oficina. Ella les dice que la dejen pasar, porque va para algo que para las dos es muy importante y que Samira ha postergado por cuidar a Emily, una decisión que tomó desde de que la pequeña nació y no se ha arrepentido, porque vale totalmente la pena.—Samira, me alegra tanto que puedas cumplir tus metas ahora, cariño… lamento que postergaras tu vida por mí y mi hija —le dice con un abrazo.—Ha sido un placer, no me arrepiento de nada —le dice ella dándole un fue
Los días luego de lo ocurrido con Anthony se hicieron más ligeros gracias a que simplemente se perdió de vista. Tanto Ethan como Mike se encargaron de elevarle el autoestima a Samira, a quien dejaron como principal responsable de que el hombre decidiera dejarla en paz de una vez por todas.—Yo no cantaría victoria —dice Samira mientras se sienta con toda la familia a la mesa—. Hay personas que no aprenden.—Como mi amiga Sophie —dice Emily y todos la ven con interés—. Su madre siempre le dice que no salga sin zapatos al jardín porque se enferma, pero no le hace caso… y se enferma. Por eso yo siempre le hago caso a mi mami, ella es muy sabia y nunca se equivoca.—¿Verdad que así es? —le dice Ethan—. Mamá siempre tiene razón.Kate sonríe por las palabras de Ethan, su padre la mira con orgullo y para cuando terminan de comer, él le pide que lo acompañe al despacho con cierto misterio, y ya que es sábado, Kate por supuesto que no se niega.—Dime, padre, te ves nervioso…—Y debo estarlo, n
Al llegar a la mansión, Mike se encerró en su despacho para planear todo lo que Kate le ha dicho que puede hacer en menos de seis horas, porque no quiere dejar pasar más tiempo sin pedirle a Katerina que sea su esposa.Ethan se lleva a Kate al cuarto y allí le pide que le diga qué es lo que hicieron, pero además qué pasó con Anthony en la tienda.—Veo que para el chisme tus hombres son más rápidos que para cuidarme —le dice ella cruzándose de brazos.—No es mi culpa que me llamaran para informarme en cuanto lo vieron salir de la joyería, además esos que fueron contigo no eran mis hombres, sino los de Mike. Por alguna razón cree que salir con los míos es como andar con la mafia —se ríe Ethan.—¿Y acaso eso no es cierto? —la mira con intensidad sin responder y ella sonríe mientras pasa sus manos por su pecho de manera sugerente—. ¿Qué te parece pasar tiempo de calidad esta noche?—Tú sólo dime a dónde quieres que te lleve, si aun lugar lujoso o a la naturaleza, nena, porque en cinco min
Kate se deja llevar por Ethan a un lugar desconocido, aunque el misterio es aún más intenso porque luego de dejar a su hija en el hotel junto a Samira, le ha vendado los ojos según para no arruinar la sorpresa, por lo que no tiene idea de a dónde la llevará.Ante la incertidumbre y la expectativa, Kate no puede evitar preguntarle.—¿Falta mucho, amor? —pregunta ella con ganas de que le diga que ya está.—Más o menos diez minutos más… sólo aguanta un poquito —le dice acariciando sus manos y ella en respuesta hace un puchero que a Ethan le provoca morder, pero se aguanta porque van manejando.El resto del trayecto lo hacen en silencio, con el deseo en un nivel exorbitante, porque todos los momentos que pasaron juntos durante el día no dejaron de mirarse, sonreírse y provocarse esas ganas de estar solos y envueltos en la pasión.Cuando Ethan al fin de detiene, mira a Kate quien pasa saliva ante la expectativa de lo que está por ocurrir. Cuando Ethan abre la puerta para ayudarla a bajar,
Samira lucha por cerrar la puerta de la habitación, pero no lo consigue porque la fuerza de Anthony no se compara a la de ella.—¡Lárgate, idiota! —le dice ella poniéndose en posición de combate.—Esta vez no me vas a tomar desprevenido, mocosa —le dice él cerrando la puerta y preparándose para pelear con ella. Samira hace el intento de lanzarle un puñetazo, Anthony trata de bloquearla, pero en lugar de eso, la chica se agacha y barre con su pie derecho, tirándolo al suelo.Se lanza sobre él para golpearlo, logrando darle un puñetazo en la cara, hasta que Anthony toma el control, se gira y queda sobre ella.—Puedes conseguir que te deje inconsciente o te vas conmigo y mi hija —ella abre los ojos y niega.—¡Ella no es tu hija…!—No tiene caso que lo niegues, es idéntica a su madre y tiene la edad justa para que sea mía… ya sé que ella no ha perdido la memoria y también que no le hicieron el aborto que ordené que le practicaran.—¡¿Y me lo dices así tan calmado, cabrón?! —dice Samira tr
Debería empujarlo.Eso no está bien, no debería sentirse así…Samira le da acceso a su boca sólo para ella explorar de Anthony, sus manos se enredan en su cabello y Anthony la pega más a él, como si eso fuese posible, sus manos se posan en las caderas de Samira con delicadeza, hasta que a ella se le sale un gemido involuntario y el hombre pierde la razón.La levanta, obligándola a que lo rodee con sus piernas, la sienta en un mueble al que le quita todo lo que tiene encima y allí es donde rompe la magia, porque Emily se despierta.—¿Samira? — dice Emily somnolienta, sentándose en el sofá, la chica empuja a Anthony y se acerca a ella aún agitada—. ¿Dónde estamos?—En la casa de un amigo, cariño.—Estás en la casa de tu… —intenta decir Anthony, pero Samira lo interrumpe.—Sí, de mi amigo —le dice ella y Emily sonríe.—Me alegra que al fin tengas un amigo, siempre estás sola… ¿Qué fue ese ruido que me despertó?—Oh, lo siento nena, pero mi amigo es un poco idiota y tiró unas cosas al sue
En la habitación de aquella mansión solitaria, Emily no deja de hablar y preguntarle cosas a Samira, quien trata de responderle lo mejor que puede, porque su mente se va una y otra vez a las palabras de Anthony.«¡Es mi rehén, Smith!»«Ella no tiene ni un poder aquí»«Esa mocosa no es nada»Lo peor que pudo hacer, después de dejarse llevar por ese beso, fue quedarse oyendo una conversación que a ella no le interesaba.—Samira, ¿te sientes bien? —Samira reacciona y le sonríe a la pequeña.—Sí… espera aquí, no salgas del cuarto, porque hace mucho frío fuera. Iré a ver si llegó la comida.—Aquí me quedo —dice enterrándose en la cama y Samira sale de allí rápidamente cubierta con la cobija con la que cubrió a Emily.Baja la escalera con decisión, en el camino se le cruza uno de los hombres quien no duda en apuntarla con un arma, pero en lugar de asustarse, ella se ríe.—Hazlo de una vez… —aparece Anthony con Smith y ella entorna los ojos en el hombre—. ¡Ah, es cierto! No soy nada, sólo so
Samira está dormida abrazada del cuerpo de Anthony mientras él se memoriza cada una de sus facciones, sonríe feliz al tenerla así y es que la mocosa, como le decía para ocultar lo que le provoca, le ha robado el corazón de una manera en que ni siquiera Kate logró.Y si para estar con ella tiene que dejar la vida que lleva ahora, está dispuesto a hacerlo, porque con lo poco que ha visto de ella, es una mujer que vale la pena para ser mejor.Afuera la lluvia cae implacable, hasta que de pronto lo que él mismo se esperaba, llega. Un fuerte trueno retumba en la casa y Samira se despierta sobresaltada.—Tranquila —le dice Anthony con dulzura—. Sólo fue un trueno.—¡Emily! —la chica salta de la cama, se viste con prisa y sale del cuarto hacia la habitación de Emily, donde se la encuentra asustada y sentada en la cama—. ¡Estoy aquí! Ya estoy aquí, mariposita… estoy aquí.La abraza con fuerza, mientras le cubre los oídos con sus manos para que no escuche el concierto que aquella tormenta tien