Samira lucha por cerrar la puerta de la habitación, pero no lo consigue porque la fuerza de Anthony no se compara a la de ella.—¡Lárgate, idiota! —le dice ella poniéndose en posición de combate.—Esta vez no me vas a tomar desprevenido, mocosa —le dice él cerrando la puerta y preparándose para pelear con ella. Samira hace el intento de lanzarle un puñetazo, Anthony trata de bloquearla, pero en lugar de eso, la chica se agacha y barre con su pie derecho, tirándolo al suelo.Se lanza sobre él para golpearlo, logrando darle un puñetazo en la cara, hasta que Anthony toma el control, se gira y queda sobre ella.—Puedes conseguir que te deje inconsciente o te vas conmigo y mi hija —ella abre los ojos y niega.—¡Ella no es tu hija…!—No tiene caso que lo niegues, es idéntica a su madre y tiene la edad justa para que sea mía… ya sé que ella no ha perdido la memoria y también que no le hicieron el aborto que ordené que le practicaran.—¡¿Y me lo dices así tan calmado, cabrón?! —dice Samira tr
Debería empujarlo.Eso no está bien, no debería sentirse así…Samira le da acceso a su boca sólo para ella explorar de Anthony, sus manos se enredan en su cabello y Anthony la pega más a él, como si eso fuese posible, sus manos se posan en las caderas de Samira con delicadeza, hasta que a ella se le sale un gemido involuntario y el hombre pierde la razón.La levanta, obligándola a que lo rodee con sus piernas, la sienta en un mueble al que le quita todo lo que tiene encima y allí es donde rompe la magia, porque Emily se despierta.—¿Samira? — dice Emily somnolienta, sentándose en el sofá, la chica empuja a Anthony y se acerca a ella aún agitada—. ¿Dónde estamos?—En la casa de un amigo, cariño.—Estás en la casa de tu… —intenta decir Anthony, pero Samira lo interrumpe.—Sí, de mi amigo —le dice ella y Emily sonríe.—Me alegra que al fin tengas un amigo, siempre estás sola… ¿Qué fue ese ruido que me despertó?—Oh, lo siento nena, pero mi amigo es un poco idiota y tiró unas cosas al sue
En la habitación de aquella mansión solitaria, Emily no deja de hablar y preguntarle cosas a Samira, quien trata de responderle lo mejor que puede, porque su mente se va una y otra vez a las palabras de Anthony.«¡Es mi rehén, Smith!»«Ella no tiene ni un poder aquí»«Esa mocosa no es nada»Lo peor que pudo hacer, después de dejarse llevar por ese beso, fue quedarse oyendo una conversación que a ella no le interesaba.—Samira, ¿te sientes bien? —Samira reacciona y le sonríe a la pequeña.—Sí… espera aquí, no salgas del cuarto, porque hace mucho frío fuera. Iré a ver si llegó la comida.—Aquí me quedo —dice enterrándose en la cama y Samira sale de allí rápidamente cubierta con la cobija con la que cubrió a Emily.Baja la escalera con decisión, en el camino se le cruza uno de los hombres quien no duda en apuntarla con un arma, pero en lugar de asustarse, ella se ríe.—Hazlo de una vez… —aparece Anthony con Smith y ella entorna los ojos en el hombre—. ¡Ah, es cierto! No soy nada, sólo so
Samira está dormida abrazada del cuerpo de Anthony mientras él se memoriza cada una de sus facciones, sonríe feliz al tenerla así y es que la mocosa, como le decía para ocultar lo que le provoca, le ha robado el corazón de una manera en que ni siquiera Kate logró.Y si para estar con ella tiene que dejar la vida que lleva ahora, está dispuesto a hacerlo, porque con lo poco que ha visto de ella, es una mujer que vale la pena para ser mejor.Afuera la lluvia cae implacable, hasta que de pronto lo que él mismo se esperaba, llega. Un fuerte trueno retumba en la casa y Samira se despierta sobresaltada.—Tranquila —le dice Anthony con dulzura—. Sólo fue un trueno.—¡Emily! —la chica salta de la cama, se viste con prisa y sale del cuarto hacia la habitación de Emily, donde se la encuentra asustada y sentada en la cama—. ¡Estoy aquí! Ya estoy aquí, mariposita… estoy aquí.La abraza con fuerza, mientras le cubre los oídos con sus manos para que no escuche el concierto que aquella tormenta tien
Cuando la puerta blindada se abre, Samira salta de la cama algo asustada, pero cuando ve a Ethan, corre hacia él para abrazarlo fuerte, a pesar de los quejidos que este emite.—Yo también estoy feliz de verlas, pero ahora mismo me duele todo.—¿Qué te pasó? ¿Quién te hizo eso?—Anthony —ella abre la boca, pero él la calma—. Él quedó peor, ni siquiera se podía poner de pie —se coloca una sudadera que el Perro le pasa y se acerca a Emily—. ¿Cómo ha estado?—Tranquila, ni siquiera se enteró de lo que pasó, estaba dormida cuando Anthony llegó y cuando se despertó un momento le dije que era un amigo.—¿Y DeMarco no lo negó? —ella niega y Ethan frunce el ceño—. No entiendo, se supone que quería a Emily a toda costa… ¿qué lo
En la sala se encuentran todos reunidos, poniéndose de acuerdo con lo que piensan hacer con los matrimonios, pero sobre todo en la fecha.—Yo digo que, como no estamos de acuerdo en eso, lo echemos a suerte —dice Mike y todos asienten.—Me parece justo —dice Ethan y mira a Kate, quien asiente—. Lo haremos con una moneda, elijo sello.—Bien —acepta Katerina y Owen es quien saca la moneda, para que nadie haga trampa.Emily se ríe, mientras pinta una mariposa en un cuaderno y Samira sonríe con nostalgia, porque ya hace una semana que Anthony se las llevó y no sabe nada de él.Owen lanza la moneda al aire, la atrapa y la oculta con su mano, para luego dejarla en la mesa. Todos se detienen en el instante en que quita la mano y cuando lo hace, sonríe.—Cara. Mike y Katerina se casan primero.—¡En diez días! —dice Mike y todos s
La calidez del día los envuelve mágicamente, casi como si fuera verano, el jardín de la majestuosa mansión en Washington está adornado con delicadas flores y velas, creando un ambiente íntimo y romántico para la boda de Mike Murphy y Katerina Jackson, dos corazones que después de veintinueve años sin verse, nunca dejaron de latir el uno por el otro… y finalmente van a unir sus vidas en una ceremonia sencilla y emotiva, rodeados sólo de sus más cercanos.El sol comienza a ponerse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y naranjas, mientras los invitados se acomodan en pequeñas filas de sillas blancas dispuestas en el césped del jardín. Una suave brisa lleva consigo el aroma de las flores y acaricia los rostros de los presentes, augurando un futuro prometedor para la pareja.En el altar improvisado, bajo una pérgola decorada con enredaderas y
Los días se han pasado, rápidos para algunos y lentos para otros… y para Samira simplemente han sido eternos.Tras el matrimonio de Katerina con Mike, Kate y Ethan dejaron la casa de Mike, le ofrecieron irse con ellos, pero la muchacha no quiso, por lo que Ethan le dijo que se quedara en su departamento, el cual está más cerca de la universidad en donde iniciará sus estudios de enfermería.Si en algún momento pensó estudiar finanzas para trabajar con Kate, lo cierto es que siempre su vocación ha ido por ese lado.El problemas es que ahora mismo se siente pésimo y no sabe qué hacer.Está tirada en la cama, sin querer moverse y con mucho sueño, pero el teléfono la obliga a hacerlo.—¿Aló? —responde desganada.—¿Samira? ¿Estás bien? —le pregunta Kate preocupada por su amiga.&