Por primera vez en muchísimos años, la mansión de Mike se viste de fiesta y el motivo de tal celebración es nada más ni nada menos que el cumpleaños de las mariposita.
Kate y Ethan aparecen en su cuarto para despertarla con un desayuno en la cama bastante delicioso y también con un fuerte abrazo de tres.
—¡Feliz cumpleaños, mi hija hermosa! —le dice Kate con la voz cargada de emoción.
—¡Feliz cumpleaños, mi mariposita! —le dice Ethan dejando un tierno beso en su cabecita.
—Gracias mami y papi, este desayuno se ve delicioso.
Los tres se acomodan allí en la cama y se devoran el desayuno que han preparado para su pequeña. Luego Ethan se lleva la bandeja, mientras que Kate se queda con Emily para ayudarla a vestirse.
En cuanto salen de su habitación, Mike y Katerina la están esperando allí cada uno co
La celebración del cumpleaños se mantuvo hasta cierta hora porque Emily se sentía muy cansada y Kate la llevó a su cuarto a dormir.En la terraza sólo quedaron Ethan, Mike, Katerina y Owen, quien no se demoró mucho en preguntarle a Katerina si Kate es su hija.—No, ella es mi sobrina —responde con suavidad, sabiendo que esa respuesta a Mike le va a molestar.—Tiene cierto parecido contigo… El cabello y los ojos no son iguales, algunos rasgos de la cara, pero pasaría por tu hija totalmente.—Claro, porque es mi sobrina —Mike se aclara la garganta y Ethan nota de inmediato que hay cierta tensión entre los dos por ese tema.Los engranajes de su cabeza comienzan a funcionar y no pregunta nada, sólo se dedica a observarlos y a pensar que ellos tuvieron una historia pasada. Katerina se excusa y dice que se irá a su cuarto a descansar y sale de all&i
Antes de que Mike o Katerina puedan responder, es el doctor quien los interrumpe y comienza a darle todas las indicaciones del caso, dado que es un embarazo de riesgo por la edad.—Le sugiero que pueda contactar lo antes posible con un obstetra que será quien lleve su embarazo. En este momento lo más importante es que pueda monitorearse lo antes posible porque su embarazo es de alto riesgo por su edad. Pasado en los treinta y ocho años, los riesgos asociados al embarazo son mucho mayores.—Doctor, ¿no hay ninguna posibilidad de que se hayan equivocado los resultados? —pregunta Kate, quien todavía no puede salir de su asombro.—No, señora. Con permiso, iré a arreglar los papeles de su alta médica, puesto que no tiene ningún problema de salud.El médico se retira y en ese momento Kate no sabe qué pensar. Ethan, entendiendo la situación compleja en la
Los días siguen pasando y cada día que pasa para Kate es un verdadero alivio porque es un día menos que se supone Anthony se quedará en Estados Unidos.Pero, a pesar de que esos días le van dando un poco de tranquilidad, la verdad es que no ha logrado calmarse del todo. Por lo mismo, no se ha sentido muy bien y ha sacado algunos días libres, mientras que Ethan sigue trabajando normalmente y la mantiene al tanto de toda la situación, porque ha tomado su lugar en la oficina.Está sentada en la terraza revisando algunos informes que Ethan le ha enviado a su correo. Cuando una de las chicas del servicio le anuncia que Owen está de visita en la casa. Ella se pone de pie para recibirlo, puesto que sus padres no se encuentran en casa, y cuando lo ve a entrar, va con una enorme caja.—Buenos días, Kate, espero no interrumpirte en algo importante —le dice él con amabilidad.&m
A pesar de que pueda parecer increíble, Kate mantiene completamente la calma y sólo arruga el ceño, para decirle al hombre con confusión.—Disculpe, me temo que no lo conozco —Anthony frunce el ceño y se la queda viendo unos segundos. La recorre de pies a cabeza en el momento en que se separan y vuelve a sonreír.—No me digas que te olvidaste de mí —Kate le sonríe con amabilidad y niega con seriedad.—Me temo, señor, que no lo conozco, con permiso —ella intenta pasar por el lado de Anthony, pero él la retiene.—Te ves muy diferente a la última vez que te vi, pero sé que eres tú, Kate Jackson.—Insisto, no lo conozco, mi nombre es Kate Reynolds… Trabajo aquí desde hace cuatro años.—Entonces tú eres la jefa del departamento de producción, la que me dejó con s
Cuando Kate llega a la casa, se queda en el auto y sintiendo la seguridad de su hogar, deja escapar el llanto que ha acumulado desde que sus ojos vieron antes ni frente a ella. Su cuerpo se estremece por el miedo que le provocó sentir las manos del hombre sobre su cuerpo, las que alguna vez le produjeron placer, y múltiples sensaciones agradables. Ahora sólo habían conseguido remover todos aquellos miedos de su vida y lo peor es que es una sensación que no se puede quitar de encima. Mantiene sus brazos apoyados en el volante, y sobre estos su cabeza mientras llora y grita totalmente desconsolada. Sin darse cuenta, alguien abre la puerta de su auto y en cuanto siente un toque comienza a pelear. —¡No, suéltame! ¡Déjame tranquila, no me iré contigo…! —grita totalmente desesperada hasta que la voz de Ethan la trae a la realidad. —Shhh… ¡Tranquila amor soy yo! Cálmate, estás segura en nuestra casa estás conmigo. Shhh… Estás a salvo, estoy aquí… Estoy aquí.
Cuando Ethan salió de la consulta del obstetra, iba pálido y muy molesto. Pálido porque al oír los latidos de su hijo de nueve semanas se desmayó de la emoción y molesto porque fue un hombre quien atendió a Kate. Por supuesto que Kate lo regañó como si hubiesen estado en el trabajo y se controló en dos segundos, pero por supuesto era algo que se lo iba a cobrar luego cuando estuvieran solos. Cuando el fin salieron del hospital y les dieron la noticia a los padres de Kate, los dos se sintieron realmente emocionados. Katerina le hizo notar su duda de por qué había quedado embarazada si se suponía que ella estaba tomando previsiones para eso, sin embargo, dado a la fecha de gestación, se dieron cuenta de que esas cinco pruebas de embarazo les mintieron en su momento, porque Kate para entonces ya estaba embarazada. Una cosa rara y totalmente inusual, que los dos aceptaron y ahora no quieren pensar mucho. Tal vez ese no era el momento para enterarse de que estaba
Cuando las puertas del ascensor se abren, Ethan le da el pase a Anthony para que abandone primero el ascensor y luego los tres caminan hacia la oficina de Kate. Por supuesto, Ethan sin soltar ni un sólo momento a su mujer porque sabe que en cuanto lo haga, ese hombre no perderá la oportunidad para acercársele como si fuera una garrapata. —Muy bien, señor DeMarco, empieza a correr su tiempo —le dice ella una vez que han entrado a la oficina y que Ethan cierra la puerta. Ella continúa su camino hasta el escritorio y su hombre se para a su lado, ambos mirando fijamente a DeMarco. —¿Puedo tomar asiento? —Por supuesto, disculpe mis modales, es lo que no me siento muy a gusto de que venga un extraño a decirme cosas que yo no sé de mi propia vida. Pero adelante, dígame ¿qué es lo que sabe de mí? —La conocí en un bar de Londres, se presentó como Kate Jackson, una joven estudiante de finanzas. Para entonces yo era detective de la policía, tenía veinticinco años y me quedé prendado irremedi
Kate y Ethan ven a Anthony salir de la oficina, él camina rápidamente a la puerta para ver que efectivamente se va al ascensor y luego cierra la puerta con seguro. Para entonces Kate se ha puesto de pie para ir hasta él y los dos se funden en un abrazo.—Lo hiciste bien, mi amor —le dice Ethan a Kate acunando su rostro entre sus manos. La besa con desesperación, una que Kate también siente y se dejan llevar en un momento de pasión sobre el escritorio que no tiene nada de delicado.Cuando Kate termina con su cabeza en el pecho de Ethan recuperando la respiración, él la acuna y le acaricia la espalda con suavidad.—Estoy segura de que no me creyó ni una sola palabra —dice finalmente ella y Ethan se remueve para verla a los ojos.—Se fue muy tranquilo, ¿por qué piensas eso?—Precisamente por eso —Ethan la baja del escritorio y la llev