¿Sería eso cierto? ¿Ella podría pasar de ser una chica que va a la deriva como una hoja suelta que es llevada por el viento? No lo sabía, lo cierto es que este trabajo le estaba dando mucho más que solo dinero, le estaba enseñando a vivir, cosa que por más extraña que suene no tenía ni idea de cómo hacer.Llegaron a la entrada del alto edificio encumbrado con el nombre de la marca en grande, las puertas de cristal se abrieron y los ojos de los empleados se abrieron de par en par al ver a su jefe en ese lugar, ya que por lo ocupado que siempre se encontraba manejaba todo por internet o teléfono sin necesidad de hacer acto de presencia.—Buenos días jefe —Se escuchaba por todas partes que miraban.El simplemente sonreía y asentía en forma de contestación, tomados de la mano entraron en el ascensor rumbo al piso numero diecisiete, donde se encontraba la oficina de este hombre, un camino bastante nervioso ya que el ascensor es transparente, ella se aferró con fuerza a su brazo, ya que en
Aún no sabía cuándo esté hombre hablaba en serio o bromeaba, todo lo hacía con el mismo tono que solo a él le parecía jocoso, pero que al resto le perturbaba sobre manera, el salió de la oficina y la dejo a ella con el tiempo suficiente para pensar en todo lo que le había pasado, se sentó en su silla y era muy cómoda, de pasar un tiempo bailando en un club y luego en las calles a volver a esas épocas de gloria en autos caros, ropa de diseñador, comida a la carta y sobre todo poder sentarse en esa silla, se sentía grandiosa, como si le hubiesen devuelto la integridad que ese exnovio que con sus actos termino envolviéndola en sus mismas prácticas.A su lado podría justo como el mismo lo indico hacer sus sueños realidad, pero ¿Con que soñaba? Ay, eso se trataba de cosas de niños, ella se encontraba vacía por dentro y no sabía si alguien la podía devolver a sus tiempos pasados cuando creyó derrotar el sistema, cuando sintió que su talento y belleza serían suficientes para triunfar, en los
—Me encantas —Señaló ella aún con él en su interior.—Tengo que decir lo mismo sobre ti —Atinó a decir atontado.Ella se rio de su estado y se quitó de encima de él abriendo la puerta del auto mientras que su compañero estaba impactado en el asiento del conductor viendo a la nada.—¿Vienes? —Consultó Kenia con una gran sonrisa.—Contigo a dónde sea —Artículo de forma desenfrenada cargándola.—¡No! ¡Bájame! —Solicitó apenada la joven.—Eres mi princesa y como tal pienso tratarte —Musitó besándola apasionadamente.¿Será posible que el universo al fin conspirará para que esta chica pudiera tener su final feliz? Era muy pronto para decirlo, pero esto del contrato con Harry era una de las mejores casualidades de su vida y pensaba disfrutarla mientras durase, ambos llegaron a la habitación en donde había dormido en soledad, la colocó sobre la cama y cerró la puerta detrás de él, se subió sobre ella de uno de sus bolsillos saco una navaja suiza con múltiples funciones, aunque fue el cuchillo
(…) Varias Décadas en el PasadoUn pequeño niño se encontraba en un sillón desvencijado, viendo a sus padres frente a él gritándose cosas terribles, sin que él pudiera entender por qué estaban tan molestos, las expresiones corporales de ellos demostraban una profunda irá, lo que contrastaba mucho con la noche anterior en donde se encontraban besándose.En la casa de este infante todo era así, cambiante, de un momento a otro ellos podían pasar de la alegría más intensa a la irá más absorbente, sin que el pudiera saber cuál era ese interruptor que lo provocaba. Esto se aplicaba a todo y a todos, un simple tropiezo podía significar un golpe seguro.Todo en su vida debía ser perfecto, pese a los escasos cinco años que acababa de cumplir, era responsable de sus juguetes y si estos no se encontraban en la posición deseada, estaba seguro que sería castigado, si se levantaba por las mañanas antes que su madre solo existía dos opciones, esperar en la habitación sin hacer ruido o hacer su propi
Siguió sus instintos y estos no le traicionaron, Harry resultó ser el hombre exitoso que vio desde el principio, este podía contemplar un negocio que no había ni iniciado y por esto todos le llamaban visionario. En cuanto a la parte laboral, desde que inició su emprendimiento solo cosecha éxitos que lamentablemente sus abuelos no fueron capaces de ver.Lo único que este hombre no sabía hacer bien tenía que ver con sus emociones, que parecían hubiesen sacado de su cuerpo el día que murió su madre y de allí tantos problemas en los que se había visto involucrado, sin contar que todas sus relaciones terminaban siempre de la peor manera, el miraba a las mujeres como objetos y no como personas pensantes.Si una le gustaba simplemente hacía lo imposible hasta que lograba obtenerla, según su propio criterio todos tenía un precio y el encontraba el de esa persona. En esto no radicaba toda su locura, ya que cuando esto no funcionaba ni aceptaba la derrota y este iba en busque de alguien más. La
Fue en ese momento que empezó a llorar de forma incontrolable, recordando todas las veces que su padre intento por todos los medios sacarla de las adicciones y traerla a la luz de la libertad, que ella rechazo incluso escapándose de los centros para llegar a una dosis ¿Qué era lo diferente ahora? Que en este momento ya había tocado fondo, conocía de primera mano lo mucho que te puedes desviar dejándote llevar por cosas negativas.Se encontraba convencida de que no soportaría muchos años de mantener está vida, colocarse su mejor ropa y salir en búsqueda de un mejor postor para iniciar la noche, oscuridad mezclada con alcohol, olores no siempre agradables, posiciones incómodas, dolor, dinero y un profundo vacío que queda en el alma cuando todo eso terminaba teniendo que aguantar las lágrimas para volver a conseguir a otro cliente. Con la salida del sol todo terminaba un día más para sentirse miserable.Un objeto que en un principio todos querían, pero que ahora que se encontraba defectu
Muy hermoso se encontraba todo este lugar, en el medio había una gran claraboya de la que ingresaba luz natural y a lo lejos pudo notar a varios trabajadores vestidos con overoles blancos que se encontraban impecables, salió por la puerta principal de la casa sentándose en una plaza construida en toda la entrada, con pinos naturales y otros arbustos a los que le daban una forma redondeada. La luna estaba menguante y las estrellas se observaban cercanas como si con las manos pudiera tocarlas.—Te vez preciosa —Escuchó la voz de Harry a lo lejos.Al volverse él también se encontraba muy elegante, con un traje azul marino que combinaba a la perfección con sus profundos ojos. Ambos sonrieron bajo la tenue luz del cuerpo celeste, caminando en la misma dirección y encontrándose en todo el medio.—Deberíamos ir a alguna parte —Sugirió el hombre impactado con la belleza de la joven.—¿Y si nos quedamos aquí disfrutando de esto? —Propuso ella de forma sencillaLa dama lograba sorprenderlo, tan
Esa respuesta fue suficiente para ella, se trataba de una mujer que, aunque estaba en el mundo de lo ilícito, en cosas del amor era muy ilusa, creyendo siempre en las historias que sus amantes le dicen sin ponerse a pensar en las incongruencias. Como si aceptara cualquier cosa con tal de no estar sola.Cómo aquel novio que no hacía más que quitarle el dinero que ella ganaba bailando para gastarlo en alcohol y si no hubiese sido porque el decidió dejarla aún lo tendría junto a ella, aunque ese no fue el peor de todos, hubo incluso quienes le golpearon sin reparos por celos para con sus clientes, lucrándose de igual manera con las ganancias obtenidas. Ahora con este hombre que no era violento directamente con ella y que lejos de quitarle su dinero, más bien le regalaba cosas y buenos momentos, por eso sería capaz de creerle hasta la más irrisoria de las historias, aunque su corazón le gritaba lo contrario.—Pido disculpas por invadir tu privacidad, es que soy un poco desconfiada —Argume