— Asher, ¡por favor, necesito tu ayuda! ¡Es la empresa! —dijo angustiada ella.El corazón de Asher se apretó ante las palabras de su hermana. Sin decir una palabra, tomó su chaqueta de la silla, listo para salir de la habitación donde Siena reposaba. Al abrir la puerta, se encontró con los dos guardias que vigilaban la entrada, cada uno con la orden específica de no abandonar su puesto.— Lo siento, señor. La seguridad de su esposa y suya es nuestra prioridad— dijo uno de los guardias listo para seguirlo.Asher, sintiéndose atrapado entre el deber hacia su esposa y la urgencia de la situación familiar, buscó una solución.—Necesito salir, es una emergencia. Por favor, vigilen que nadie entre en la habitación hasta que vuelva— ordenó Asher.—Sí, señor... —respondieron ambos para quedarse en aquel lugar y así vigilar a la esposa de su jefe.La dualidad de su deber hacia Siena y su familia pesaba sobre él mientras intentaba encontrar una solución para llegar a su hermana en apuros.La ll
La figura de Asher, el hermano ejemplar que todos admiraban, se recortaba contra las luces tenues de la noche, destacando en un entorno que parecía no estar a la altura de su integridad.Areu, con la mirada fija en el ceño fruncido de Asher, se debatía internamente entre la lealtad fraternal y la necesidad de no inmiscuirse en los asuntos que no le concernían directamente. La escena era un fuerte contraste con la imagen que solía proyectar, un joven despreocupado que disfrutaba de la vida sin mayores responsabilidades. Sin embargo, algo en la expresión de Asher le hizo cuestionar su actitud de indiferencia.Asher, saliendo de un lugar que claramente no encajaba con su carácter y moralidad, representaba el lado de la familia que Areu había optado por ignorar. La decepción marcaba los rasgos de su hermano, y aunque Areu se resistía a involucrarse en los asuntos personales de Asher, una voz interior le recordaba la importancia de la fraternidad y el apoyo mutuo.Desde la seguridad de su
Mientras Siena se sumergía en el camino hacia la recuperación, fuera de las paredes del hospital, en el mundo de las sombras y las intrigas, Ashly se sumía en una creciente histeria. La noticia de que su peor enemiga había sobrevivido al ataque la sumergió en una espiral de desesperación y furia. Nada había salido como ella había planeado, y esa realidad era como una gota más que desbordaba el vaso de su ya frágil cordura.La mente de Ashly, una vez afilada como un puñal, ahora se deslizaba hacia la paranoia. Cada día que Siena se recuperaba, Ashly veía cómo sus propias expectativas y maquinaciones se desmoronaban. La idea de que Siena pudiera regresar, más fuerte que nunca, la atormentaba. La rabia y el resentimiento se apoderaban de ella, convirtiéndola en una sombra de su yo anterior.La realidad que enfrentaba Ashly no era solo la supervivencia de Siena, sino la confrontación con sus propios errores y malas decisiones. La maquinadora había subestimado la fuerza y la tenacidad de s
La sala de reuniones resonó con la intensidad de las palabras de Asher, quien no dudó en plantear una verdad incómoda ante Giovanni, el nuevo accionista mayoritario de la empresa Crosetti. Su voz, firme y llena de determinación, cortó el silencio que había envuelto la sala.—Aunque seas el socio mayoritario, debes saber que las decisiones eran de quien ocupa la silla presidencial. Aunque hayas contado con la ayuda de Ashly para quitarle el lugar a Areu y a mi hermana Katherine, eso no te dará el poder de decidir sobre la empresa — sentenció Asher, su voz resonando con una mezcla de desafío y desesperación contenida.La afirmación de Asher iba más allá de un simple recordatorio de la estructura jerárquica de la empresa. Revelaba las maquinaciones detrás de la toma de decisiones, subrayando la importancia de la figura que ocupaba la silla presidencial. La tensión en la sala se podía cortar con un cuchillo mientras Asher continuaba hablando, sus ojos fijos en Giovanni.El estruendo de su
La frustración, la decepción y la ira se mezclaban en su interior, creando una tormenta emocional que amenazaba con desbordarse en cualquier momento.Katherine, observando la tensión en las manos de Asher, entendió que algo debía hacerse para evitar que él cayera en las provocaciones de Giovanni. Con determinación, se interpuso entre Asher y Giovanni, desafiante.—¡Basta, Giovanni! No estás ayudando en nada—, exclamó Katherine, con una mirada feroz dirigida al provocador. —Esto no es un espectáculo para tu diversión. Hay asuntos familiares que deben resolverse sin tu intervención— Giovanni, con su sonrisa mañosa, retrocedió unos pasos, pero su presencia insidiosa continuaba llenando la escena.La familia Crosetti, atrapada en una maraña de conflictos personales y rivalidades empresariales, se enfrentaba a una tormenta que amenazaba con desatar consecuencias imprevisibles. Mientras Giovanni se retiraba temporalmente, su sombra seguía planeando sobre ellos, prometiendo más desafíos y co
La estrategia de Areu y su equipo estaba en marcha, y la escena se desarrollaba como un ballet de sombras y movimientos coordinados. La determinación de Areu y la destreza de sus amigos eran la clave para rodear a aquellos hombres sin ser detectados. La noche se volvía cómplice de su astucia, y el suspenso llenaba el aire mientras avanzaban hacia su objetivo con la certeza de que estaban un paso más cerca de alcanzar su meta.Los dos hombres que se encontraban en el centro de la atención de la familia Crosetti estaban sentados en un pasillo desolado, apenas iluminados por una tenue luz que arrojaba sombras sobre sus rostros.Uno de ellos se dedicó a desarmar su pistola con meticulosidad, mientras que el otro se sirvió un vaso de la bebida que habían adquirido en las calles cercanas al lugar donde ahora se ocultaban. En ese rincón sombrío, la atmósfera estaba cargada de tensión, anticipando el enfrentamiento que se avecinaba.Ambos hombres se apresuraron en tomar sus armas, conscientes
—Acabaré con ambos— sentenció Asher con una furia creciente, golpeando con fuerza la mesa de la cafetería. El sonido seco resonó en el lugar, reflejando la intensidad del impacto de su puño al enterarse de que su peor enemigo no era otro que Ashly, su ex prometida y ahijada de su propio padre. Cada golpe contra la mesa parecía ser una liberación de la frustración, pero también una expresión de la traición que se tejía en las sombras. La revelación era como una puñalada en el corazón de Asher, una traición que cortaba más profundo al saber que la persona con la que había compartido momentos íntimos y confidencias estaba detrás de la desgracia que se había cernido sobre su familia. La relación rota, el compromiso cancelado y ahora, la revelación de que ella era una amenaza directa para la empresa y la seguridad de su familia.Cada golpe que Asher propinaba a la mesa parecía ser un intento de desahogar la rabia y la incredulidad que lo embargaban. Golpeaba para herir, no solo a la mesa,
—¿Y el amor que sienten tú y Siena, al menos fue verdad o solo fue un teatro más que hicieron? — preguntó Katherine con tono de ira y dolor, sus ojos reflejando la profunda herida que las revelaciones estaban causando.—Es cierto, la amo... Amo a Dylan como si fuera mío de verdad— afirmó Asher, dejando caer una verdad que dejó a los hermanos aún más asombrados. La sinceridad en la voz de Asher resonó en la habitación, aunque estaba claro que las revelaciones estaban afectando la confianza y los cimientos de las relaciones familiares.La sala se sumió en un pesado silencio, cada uno sumido en sus pensamientos y emociones. Las palabras no dichas pesaban en el aire, y los lazos familiares se veían sometidos a una prueba intensa. La historia de los Crosetti, una vez llena de secretos bien guardados, estaba ahora al descubierto, y el camino que tenían por delante estaba plagado de desafíos y decisiones difíciles.Katherine, una vez que supo la verdad que tanto temía enfrentar, sintió cómo