CAPITULO 121

En el Reino vecino de Esrud, llamado Canrra, en un pequeño pueblo famoso por su agricultura conocido por el nombre de Coerrath, se encontraba viviendo la hermosa peliroja de ojos dorados Ginelly Lorán.

Era un día como cualquier otro, al menos recientemente.

Ella terminaba de ayudar a su madre con los deberes del hogar, para seguidamente irse a la finca del señor Harold, un amable hombre mayor para el que ella trabaja lavando cuidadosamente las manzanas de su finca, una vez eran cortadas por otro y seguidamente limpiarlas para empacar porciones en cestos que eran transportados a la ciudad más cercana en el interior de Canrra.

Ginelly comenzaba su trabajo todos los días a las nueve de la mañana y finalizaba a las cuatro de la tarde, teniendo su hora de almuerzo y de descanso leve en la tarde.

Cuando no era temporada de manzanas, siempre había algún otro trabajo disponible en la finca del que pudiera ocuparse, así que la joven no tenía problemas con el dinero, no tenía