Nagy había pasado unos días en relativa tranquilidad. Nathan, alias “el amo” no la había obligado de manera explícita a hacer nada sexual, al menos no descaradamente, pero igual no perdía oportunidad para estarla toqueteando por todas partes cada vez que se reunían. Con asco aguantó un poco, viend
Quería establecer relaciones con esta importante familia de cambiaformas leones, para futuros negocios y hacerse el celoso y posesivo, no era una opción en este tipo de fiestas Además, secretamente dejó la restricción del collar de Nagy medio floja, para que ella se pudiese defender, en el caso de
- Estoy seguro de que vino por aquí, el olor de esa vampira es inconfundible- dijo molesto, uno de los cazadores que perseguían a Nagy, al llegar al final del pasillo y no ver a nadie. Michael y ella permanecían ocultos detrás de las cortinas, que casualmente daban a una especie de ventana para lee
Nagy en el medio de sus deseos, en parte por el afrodisiaco y más por las ganas que le tenía a su compañero, decidió, que después de esta hora, verían que hacer con su vida, pero ahora mismo, quería que Michael la tocara, aunque fuese por última vez. Volvió a bajar la cabeza y sin ninguna resistenc
- Mmm, ¡aahhhh! – no pudo evitar gemir cuando se sintió por completo llena. Michael no perdió mucho tiempo en más juegos, cuando los cuerpos de ambos pedían a gritos liberación. Tomó su rígido miembro y penetró la entrada mojada de su mate, que lo recibió lujuriosa, como una boca que se moría por
Se imaginaba que con el celo de Michael y el llamado nudo de los hombres lobos, vería arcoíris de colores. La quietud del pasillo, les llamó de repente la atención. Las personas de la habitación, se habían ido en algún momento y eso indicaba, que ya se les había acabado el tiempo y era momento de
El león le había mandado a un sirviente que los localizó en el sitio donde le dijo a Michael que se escondiera. Los guio, hasta un pasadizo secreto que los llevaría a las afueras del castillo, en los jardines exteriores y en penumbras, a salvo de ojos curiosos. El sirviente los miró un poco raro
- ¿Cómo me encontraste? – de repente quiso saber - El mismo hombre lobo por el que pensabas dejarme, acaba de delatarte al mostrarse. - Lo vi saliendo del bosque y supe que estabas cerca – respondió recordando, como estaba buscándola, loco, desesperado, cuando vio salir de entre los árboles, esca