Entendieron de qué se trataba, era un conjuro para absorber la energía de vida, de otros seres vivos. Nadie accedería que le succionaran la vitalidad de manera voluntaria, pero Lucian accedió sin pensarlo, no solo su energía, también estaba la de Lugh. Los dos dejaron que el hechizo tocara su piel
De repente, en medio de tanta muerte y destrucción, se escuchó el aullido de un lobo. No era de amenaza, ni de agonía, era de pura felicidad. Todos en la manada le respondieron, parecían más animales que humanos, todas las emociones a flote. Como mismo Lugh les trasmitía su dolor, ahora percibía
“No te asustes, cariño, nosotros seguimos aquí, no estás sola, ni encerrada, solo experimentas lo mismo que cuando estoy dentro del cuerpo de Lucian, pero puedes hablarnos como siempre” escuchó la voz de Lugh, reconfortándola en este vacío sin fin, que ya no se sintió tan solitario. Lucian se prepa
Después de este incidente tan grave y aterrador para todos, la vida en la manada comenzó a recuperarse poco a poco, solo que la destrucción del bosque era algo serio. Una gran parte había sido drenada para darle el poder suficiente a Keeva, para reparar el cuerpo herido de Olivia, salvar a los cach
Pero no eran los únicos, muchos otros guerreros protestaban, como Marco, por ejemplo, y, sin embargo, no había sido incluido, así que eso no era concluyente. Quedaban también los cadáveres de los cazadores, que la vampiresa había acabado con ellos, solo faltaba el del hijo de put4 que había intenta
“Keeva, tengo un poco de miedo, crees que le gustará a Lugh” le preguntó Olivia, sin tener muy claro toda esta locura que le habían propuesto. Los tres bebés tendrían forma de lobos en su vientre, según Keeva, porque habían heredado la estirpe de los Antiguos, debido al gran poder de Lucian y al su
Olivia corría divertida para huir de las travesuras de su lobo y Lugh disfrutaba de la seducción de su mate, al intentar escapar de él. Rodaron por el verde césped, mordisqueándose con cariño, jugueteando, hasta que Olivia quedó boca arriba en su forma de loba y Lugh encima de ella, acariciando jun
Cuando Luca llegó a la mansión de Lucian, no encontró al Antiguo. Suspiró internamente ante su buena suerte y más cuando vio a Ophelia, que jugaba en el jardín y estaba sola. No es que estuviese en un peligro real, estaba muy bien protegida por todos los hechizos de Lucian y Lucas podía sentir qu