Isabella cuando llegó al departamento de diseño se presentó amablemente, pero las personas simplemente la ignoraron y aunque se sintió un poco mal por esto, continuó con lo que le habían indicado que debería hacer hoy. —Isabella voy a necesitar que hagas algunos patrones, aquí te lo dejo. — Dijo una de las otras trabajadoras dejando unas cosas sobre su escritorio e Isabella frunció ligeramente el ceño.Ella ya tenia las indicaciones de lo que debía hacer y esto que le estaban pidiendo no estaba en el trabajo que tenía que hacer, pero como ella no deseaba que las cosas se volviesen un poco más complicadas, decidió que al terminar con todo, también podría encargarse de realizar los patrones, después de todo estaba segura que le quedaría algo de tiempo de sobra. Isabella estaba pensando en esto mientras se encargaba de realizar su trabajo, cuando poco después se acercó otra de sus compañeras. —Isabella voy a necesitar que retires unas telas y luego me las traigas aquí, necesito
Al día siguiente cuando Meyers despertó se sorprendió al darse cuenta de un pequeño cuerpo suave estaba muy pegado al suyo abrazándolo y de inmediato una sonrisa se formó en sus labios, está era la primera vez que ella se acercaba durante la noche a él y esto le agradaba mucho, le gustaba despertar con ella tan cerca, sentir su piel suave y ver su hermoso rostro de cerca. Ahora que lo pensaba quizás ella había tomado la iniciativa en su inconsciencia de acercarse a él finalmente porque ayer las cosas entre los dos parecían haberse calmado, ya no se sentía como si estuvieran en una guerra silenciosa, si no que él había sido amable con ella y por eso ella ahora estaba un poco más confiada a su alrededor. Pensando en esto se dijo a si mismo de que siempre debería tratarla muy bien, para que ella siguiera recompensándolo abrazándolo durante la noche y despertarse de esta maravillosa manera. En este momento estaba tan feliz que ni siquiera quería moverse y despertarla a pesar de que ya
Los días fueron pasando y tanto su relación con Meyers como con Bastián continuó mejorando y cada vez ella se sentía más cómoda en la mansión, a pesar de las miradas incómodas de Mariela, Carla y Daniel, pero hoy que no tenía clases en la universidad y tampoco debía ir al trabajo, tomó la decisión de ir a ver. Oscar, ya que tenía muchos días sin ver al niño, ya lo extrañaba y sabía que probablemente él también la echaba de menos. —Bueno nos vemos luego, voy a salir a dar una vuelta. — Dijo ella mirando a Meyers y él de inmediato frunció el ceño. — Adiós Bastián, nos vemos en la tarde, te voy a traer un dulce delicioso. — Prometió ella mirando al niño con una sonrisa antes de acercarse y darle un beso en la frente. Ella estaba muy contenta de comenzar a llevarse bien con él, era un niño realmente lindo y ella ya lo quería mucho. —¿y no puedo ir contigo? — Preguntó él, hace un par de días ella, él y su padre habían salido a comer helado y se habían divertido mucho, por lo que pe
—¿Ah sí? ¿Por qué será que no te creo? Has estado mintiéndome en repetidas ocasiones cuando te pedí que no lo hicieras, pero aún así no te detienes, así que dime de una vez con cuántos hombres has estado. — Exigió Meyers aun furioso, pensando que ella seguía mintiéndole, porque no podía explicarse de dónde había salido este niño. —¿Quieres comprobar tu mismo que aún no he estado con nadie? ¿Eso era lo que ibas a hacer cuando me trajiste a la habitación no? Bueno hazlo. — Gritó Isabella mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas y tomó con sus manos su camisa para desvestirse, se sentía muy herida de que él desconfiara de ella de esa forma y al imaginar lo que había planeado cuando la trajo a la habitación y comenzó a besarla, solo que al final se había arrepentido. Así que en este instante no le importaba nada más que demostrarle a este hombre que ella no estaba mintiendo y así luego de que él tomara su primera vez ella podría alejarse para siempre, porque le daría por lo
—No, después de todo aún no han culminado los seis meses de mi contrato. — Respondió ella y él sintió un gran alivio en su corazón, porque aunque ella estaba implicando que se alejaría al finalizar el tiempo del contrato, al menos no lo haría ahora y podría en este tiempo arreglar sus errores y que cuando llegara el momento ella no se quisiera ir, ya que al menos con esto se había dado cuenta que Isabella también tenía sentimientos por él. —Gracias por aceptar quedarte. —Me voy a quedar únicamente porque debo pagar mi deuda, pero las cosas no pueden seguir siendo Igual espero que está vez podamos mantener fuera distancia, ni deberíamos involucrarnos de manera sentimental. — Aclaró Isabella, ella había tenido que pasar por mucho últimamente con lo de su padre y lo menos que necesitaba era más problemas y hace unas horas cuando Meyers la trató de esa manera se sintió realmente mal, no quería volver a sentirse de esa manera a pesar de que podía darse cuenta de que él estaba realme
—Isabella, ¿Terminaste lo que te dije que hicieras ayer? — Preguntó Carla cuando Isabella iba entrando a la oficina. —No, aún me faltan algunas cosas, pero en una hora estará listo. — Respondió Isabella caminando de prisa hacía su escritorio para ponerse a trabajar en eso de inmediato, no lo había podido terminar porque Carla le había entregado esto casi a la hora de la salida. —¿Crees que es correcto irte sin terminar lo que te piden? Esto es muy importante y debería estar listo ahora para llevarlo a la junta que tengo en diez minutos, de verdad que debería darte vergüenza seguir trabajando aquí después de que constantemente quedas mal con los encargos que se te hacen. — Masculló Carla mirándola con desprecio. —El horario de trabajo es hasta las seis, tengo entendido que después de eso me puedo ir. — Replicó Isabella molesta, ella podía soportar que le dieran más trabajo que a cualquiera, pero no le parecía nada justo que incluso quieran humillarla. —Realmente eres una m
Isabella de nuevo en su escritorio se sentía realmente ansiosa, quería ir y explicarle a Meyers lo que había sucedido, porque sabía que la forma en la que los encontró era comprometedora y no quería que él malinterpretase nada, pero como él no le había dejado explicarle tenía miedo de molestarlo más, además no quería que nadie sospechara de su relación si iba a buscarlo a su oficina. No sabía que hacer, solo tenía claro que estaba muy molesta con Tomas, ese hombre que ella había pensado que era caballeroso y amable la había decepcionado y puesto en una situación delicada, ahora ya no quería tener nada que ver con él. Cuando decidió aventurarse e ir a explicarle todo a Meyers, estaba por volver a salir, cuando vio entrar a Daniel, junto a Valeria, Carla y Tomas. — ¿No deberías estar trabajando? ¿Ya tienes listo lo que te pedí? — Preguntó Carla al verla de pie. — No, ya… — Intentó explicar Isabella, es que con lo de Tomás y luego pensando en como explicarle todo a François lo había
Isabella recién se había levantado y ya Meyers no estaba en la cama, por lo que inconscientemente se acurrucó en la almohada de él, buscando su aroma, aún no se había dado cuenta, pero cada vez más buscaba la manera de sentirlo de alguna forma. Ella hoy no tenía que ir a la universidad y tampoco al trabajo porque él le había dicho después de llevarla al hospital que hoy tomara un día de descanso y aunque ella se había negado él insistió y había sido bastante amable con ella por lo que no quiso negarse más y aceptó, no quería arruinar las cosas y que él dejara esa amabilidad a un lado. Cuando estaba estirándose en la cama, escuchó su teléfono sonar. — Isabella, ¿Fuiste a la empresa de tu padre? — Fue lo primero que Sonia preguntó apenas Isabella le atendió la llamada y en ese instante ella sintió la necesidad de golpearse a sí misma por haberse olvidado de esto, entre la universidad, su trabajo y estar al pendiente de Oscar lo había olvidado por completo. — No, lo siento Sonia, lo o