No tenía idea de que hora era exactamente pero todo estaba oscuro abrí mis ojos lentamente encontrándome con unos ojos rojos brillar en la oscuridad mientras me miraban y pude sentir cómo caía algo caliente encima de mi abdomen podría jurar que era baba pero no sabía si alarmarme o simplemente quedarme inmóvil

—Arturo—

Dije con miedo y la voz un poco ronca y nerviosa

—¿ar-artu-Arturo ere-eres tu?—

Levante mi mano sin saber tratado de tocar su rostro pero de repente mis brazos fueron atrapados en la cama a cada lado de mi cabeza mientras el cuerpo de Arturo estaba encima mío respirando profundo y oliendo mi cuello como loco, pasó su lengua por mi rostro y aunque trate de moverme no podía salirme de su agarre, a cada lado de mi cabeza estaban mis manos mientras las de él no permitían que escapara

—Arturo no lo hagas por favor—

Mi cuerpo estaba desnudo sentía algo de vergüenza y algo duro que chocaba contra mi vientre

—¡mía!—

Gruñó, haciéndome sentir escalofríos y mis pechos volverse