Jane había estado con un goteo intravenoso durante tres días consecutivos y su condición parecía haber mejorado. Gradualmente, su temperatura corporal había empezado a bajar a la temperatura normal.

Esa noche, miró el colchón debajo de su cama y su cabeza palpitaba dolorosamente en olas.

Esa persona no se iría pronto. Se preguntaba si era porque se había vuelto indiferente después de su amnesia, o si era porque sabía que ella no lo echaría.

La persona había estado probando sus límites, actuando cada vez más irrazonablemente al intentar todo tipo de métodos para mantenerse en su habitación cada noche. Incluso si eso significaba que tenía que dormir en el colchón en el suelo, era feliz.

"Janey, es hora de calentarte los pies".

Esa persona, como cada noche antes de esta, corría a su cama para ayudarla a calentar sus pies.

No importa lo fría que era al negarse o si mostrara una mirada de desprecio en su cara, él nunca parecía entenderlo.

Resentida, dejó que la persona al final de l