No había palabras para describir la conmoción que Elior estaba sintiendo en ese momento. Escuchó a su amigo murmurar aturdido en su oído: "Si no se me hubiera caído el teléfono...". y "Si no hubiera movido los cajones cuando fui a recogerlo...". Con eso, Elior ya se dio cuenta. Su amigo había movido los cajones cuando intentó levantar el teléfono, pero eso solo lo llevó a descubrir este secreto, oculto durante tantos años.

"Si tan solo no hubiera dejado caer mi teléfono...

"Si tan solo no lo hubiera recogido..".

Elior apretó el puño, escuchando las deprimidas repeticiones de "si tan solo" y "si tan solo" de su amigo. Fue suficiente para empujarlo contra la pared. En ese momento, Sean era como un hombre de mediana edad cuya esposa se le había escapado, que había perdido su trabajo y luego a su hijo. Sonaba como un anciano completamente hundido. Elior tenía muchas ganas de darle un puñetazo en la cara y regañar a su mejor amigo, pero... ¡no se atrevía a hacerlo!

"Si... ¡Si tan solo m