••••••••••8: 00 pm. En la mansión del CEO Phillips se celebraba la elegante fiesta donde presentarían frente a todas las amistades de ambos a los pequeños mellizos, Maggie y Michael, como los hijos de ese poderoso empresario y así mismo los que serían hijos adoptivos de esa "lamentable mujer" que no podía tener hijos, Olivia Bailey. Música de fondo, los servidores caminando entre los elegantes y distinguidos invitados ofreciendo champagne y bocadillos…Las luces decorando los árboles y arbustos de los alrededores y el hermoso jardín en cuya pista de baile algunas parejas disfrutaban de la agradable noche veraniega mostrando sus finos pasos de baile. Mientras otros aprovechaban saludando conocidos o hablando de negocios y, por qué no, uno que otro rumoreando de los bebés que sabían presentarían. …..En el interior de la mansión, aún sin hacer acto de presencia, se encontraban en una sala, Alexander sentado en un sofá largo junto a sus dos mellizos.Maggie usando un hermoso vestid
"Savannah… ¿Ella, viene hacia acá?" Pensó Alexander sorprendido. — Continuaré siguiéndola y le enviaré un mensaje de aviso cuando ya esté frente a la mansión. — Decía el detective del otro lado de la línea telefónica. — Sí. Haz eso. — Pidió el CEO Phillips finalizando la llamada. "¿Qué viene a hacer? ¿Reclamar a los mellizos? No tiene sentido, está el documento con su firma donde cede los derechos maternales" "Aunque ella no lo haya firmado, por qué no la creo capaz de eso. Existe esa prueba" "¿Viene a causar problemas en la fiesta? Quizá quiere eso, pero es demasiado tonto de su parte y Savannah no lo haría" "No es como si me importara que la arruine… Pero ahora… Maldición, estoy muy ansioso" "Quiero verla…" Pensó Alexander mientras guardaba su teléfono celular en el bolsillo de su pantalón sin dejarlo en silencio, esperando ese mensaje del detective. En ese mismo instante, la puerta del salón donde anteriormente él estaba se abrió y salió Olivia cargando en sus brazos el sa
••••••••••— ¿Esta será mi habitación? — Preguntó Savannah posando sus hermosos ojos verdes limón en los alrededores. — Sí, ubicada en la segunda planta, al este, son las habitaciones de los sirvientes de la señora Olivia Bailey. — Comentaba el elegante empleado. — Es una habitación pequeña, pero será suficientes para usted. Me informaron que solo se quedaría trabajando de lunes a viernes, de 9am a 6pm. — Oh, entiendo, sí. Ese es el horario. — Venga conmigo. — Pidió el sirviente, hasta detener sus pasos frente al guarda ropa y abrir las puertas. Savannah vio varios uniformes, todos iguales, de un tono oscuro, compuestos por blusas mangas largas, enagua talla alta, pantimedia y abajo unas cajas abiertas mostrando los zapatos cerrados sin tacón. Así mismo ella vio otras caja abierta con barios contendores de anteojos y como si fuese poco, habían unas pelucas castañas de cabello liso corto. — Que demonios… — Susurró ella viendo todo lo que Olivia había preparado. — Ese será su un
"¿Por qué lo hiciste?"Pensaba Savannah siguiendo a distancia los pasos de ese CEO intentando no ser obvia y a su vez no perderlo de vista. "Si te lo preguntara, ¿Serías lo suficiente hombre para responderme a la cara?" "Te dí mi confianza…""Te abrí las puertas de mi casa…""Dejé que fueras el padre de mis hijos…" "Te entregué mi cuerpo y mi amor…""Y tú solo… Me quitaste todo y vives tranquilamente sin remordimientos de tus actos" Savannah comenzó a sentirse furiosa y apretaba sus manos en puños, encontrándose ahora en el interior de la mansión. Ella vió a Alexander seguir hacia unas escaleras y ella esperó un poco a qué él comenzara a avanzar, para continuar siguiendo a ese hombre. El proceso continúo por varios minutos más, ella esforzándose por seguir los pasos de ese hombre que caminaba bastante rápido. Vió que Alexander se detuvo y parecía hablar con una joven sirviente en el pasillo que asintió sonriente y comenzó a caminar tras ese empresario. Savannah no logró escucha
Cómo un estallido de emociones desde lo más profundo de su ser, Savannah Stewart sintió el enojo apoderarse de ella. La mujer de ojos verdes limón apoyó sus manos agarrando del traje a Alexander con fuerza en la parte frontal. Él se quedó inmóvil, ella estaba realmente furiosa. — ¡¿Cómo pudiste?! ¡¿Tienes idea de todo lo que pase por tu m*ldita culpa?! ¡Fuí una estúpida por confiar en ti! — Decía ella alzando la voz, sintiéndose alterada. — ¡Eres lo peor que pudo pasarme en la vida! Y… Y no dejo de sentirme como una tonta por haberte amado. Afortunadamente eso ya quedó atrás. Alexander frunció el ceño y paseó su mirada en las dos direcciones del pasillo, asegurándose que no viniera nadie. — ¿Podemos ir a otro lugar más calmado y hablar? — Pidió él viéndola con seriedad. Savannah le soltó en ese momento. — ¡No tengo nada de que hablar contigo! — Decía ella enojada. — ¡Solo quiero a mis mellizos de regreso! — Exclamó Savannah alzando la voz nuevamente. — No me iré de aquí hasta t
"Que extraño, él no me responde" Pensó Savannah intentando una y otra vez contactar con William."¿Qué puede estar haciendo? Tampoco ha respondido a mi mensaje" "¿Ya se habrá quedado dormido?""Quizás está molesto conmigo por como me fuí de su casa" "Pero… Él tenía que entender que es lo más importante para mí en estos momentos" Savannah exhaló guardando su teléfono. Ella respiró profundamente intentando calmarse y se puso de pie. Savannah observó el anillo en su mano izquierda. "Cualquiera que sabe lo suficiente de diamantes se daría cuenta que este es un anillo extremadamente caro, ese no es mi caso, sé de eso, solo por qué Will me lo dio… nunca antes me han dado algo como esto""Es lindo, pero después de todo no lo aceptaré y se lo devolveré a William, él debió gastar mucho en el, aunque tal vez no le importa que pasará con este anillo" "¿Estará molesto por qué lo rechacé?"Pensó Savannah dirigiéndose al cuarto de baño y quitándose su ropa, así como el anillo de compromiso
— ¡Savannah! ¿Cómo fue todo? — Preguntó de inmediato William preocupado por ella. — Will… Bueno, pasaron muchas cosas, intenté llamarte anoche, te envié mensajes y no me respondiste, ¿Ocurrió algo? — Preguntó ella del otro lado de la línea telefónica. — Pensé que volverías a ignorarme, que estabas enojado conmigo… Me has hecho preocupar. — Añadió. William se levantó de la cama dirigiéndose al baño, dejando su teléfono celular en altavoz sobre un mueble blanco cercano al lavado. — Estoy bien, no fue nada. Solo… Me quedé dormido. — Mintió él de inmediato. Por supuesto, ese europeo no podía decirle a la mujer que amaba, que tuvo sexo con otra bajo un "trato" de palabra entre los dos. ¿Qué pensaría Savannah de él? ¿Qué nunca habló en serio sobre amarla?¿Qué era un hombre cruel por hacerle eso a Isabella y a ella? ¿Qué no quería a alguien así en su vida?<
— ¿Ya terminaste? — Preguntó Olivia molesta viendo a Savannah abrazando a los mellizos. — Aún no he hablado contigo de tus obligaciones diarias. Tienes que cuidarlos todo el día. Yo tengo mi propia agenda y no pienso cambiarla por nada del mundo. Savannah se puso de pie y tomó de las manitas a sus mellizos llevándolos a sentarse a un sofá largo cercano. — ¿De que hablas? ¿Cómo que tienes una agenda que no vas a cambiar? — Preguntó la mujer rubia. — ¿No se supone que querías que Michael se lleve mejor contigo, eso no va a suceder si nunca piensas estar presente. — ¡Ash! ¡Por favor no seas estúpida! — Exclamó Olivia burlista acercándose a Savannah. La mujer de cabello oscuro largo posó sus manos en sus caderas viendo altiva a Savannah. — Háblale bien de mí, muestrales fotos, convence a esos niños o algo, ¿Crees que voy a perder mis días atendiendo bebés que ni siquiera son míos? Cuando te largues con la niña, me quedaré con el niño y entonces podrá verme como su mamá. Ahorita es tu