―Lucius, lamento lo sucedido haya adentro, no sé qué me sucedió para decirle eso a Brigdoyoon ―se disculpó Arday.

―No tienes por qué disculparte Arday, todos los aquí presentes, sabemos lo idiota y patán que puede llegar a ser Brigdoyoon, si asistimos a esta fiesta fue por saber cómo estaba esta mansión después de que sus padres murieran ―habló sin rodeo alguno y sin importarle que ella fuera una empleada de Brigdoyoon

―Ah entiendo, entonces han venido porque todos son una bola de hipócritas incompetentes que no tienen nada que hacer con sus patéticas vidas más que estar al pendiente de la vida de alguien al que le da igual sus vidas ―gritó Arday molesta.

Todas las personas que se encontraban alrededor de Arday la quedaron viendo asombrada, como si hubiera descubierto el juego de aquellas personas.

―Discúlpenla, esta pasada de copas ―dijo Lucius tratando de que la gente dejara de verlos.

―No Lucius, no estoy pasada de copas, estoy sobria más que tú y si todos los aquí presentes me han