Ruth subió a su habitación, sabía que pagaría peor lo que acababa de hacerle a Alarick, pero ella lo que quería es que a él no le sucediera nada malo, pues ella le tenía un gran aprecio y agradecimiento por haberla salvado aquella noche que se encontraba al borde de la muerte entre medio de basuras. Aun recordaba las palabras que él le había dicho aquella noche "Si quieres seguir viva necesitaras de mi ayuda" esas palabras no dejaron de resonar en la cabeza de Ruth por mucho tiempo, a tal punto de que ella se hizo su sirvienta de confianza y más leal a él.― ¡Ruth! ¡Ruth! Abre la puerta tienes invitados que te buscan ―golpeó Alarick la puerta desesperadamente para que ella le abriera.―Disculpe la tardanza estaba tomando una ducha ―respondió Ruth abriendo la puerta.Ruth era una mujer de cabello corto, liso, sus ojos color azul marino, su piel blanca, delicada y muy suave, había conquistado el corazón de muchos hombres en el pasado antes de que Alarick la rescatara de aquel lugar, en
Weinzettel al escuchar la voz de aquella mujer sabía de quién se trataba, pero no tenía tiempo para detenerse por algo un poco insignificante, tenía cosas más importantes que hacer y sabía que la volvería a ver, ya que si ella estaba ansiosa por saber quién era él, ella lo buscaría.―Juan, disculpa la demora había entrado a la sección equivocada ―dijo Weinzettel al entrar al salón de clases.―Eres un completo idiota, siempre me dejas esperando una respuesta y preocupado por saber de ti ―gruño Juan dándole un pequeño golpe en la cabeza a Brigdoyoon.―Vamos Juan no es para tanto, es la primera vez que te dejo así al hablar, no es para tanto ―replicó Weinzettel ante su amigo.―Sígueme idiota aquí no podemos hablar de ese tema necesitamos un lugar más privado ―susurró Juan al oído de Weinzettel―Está bien, pero apresúrate parece más bien que me fueras a decir un secreto de estado ―sonrió Weinzettel.―Lo que he descubierto no sé cómo decírtelo, por más que hice pruebas y demás cosas he enc
―Si que tuve la mejor noche contigo Gülfen, no sabes lo mucho que me encanta pasar todas las noches entre tus piernas mi reina ―susurró al oído de Gülfen.―Si quieres pasar está y muchas noches más al lado mío deberás de dejar a un lado a la inútil de Ruth, mandarla muy lejos a donde no vuelvas a saber nada de ella ―respondió Gülfen con malicia.―No Gülfen, no puedo hacer eso que me pides, puedo echar a cualquier persona de aquí pero jamás a Ruth, si ese es el precio por pasar tan bellas noches contigo, no lo haré y aquí se acaba todo ―gritó Alarick.Se vistió y salió de la habitación de Gülfen, hacia su habitación su cabeza estaba hecha un caos no sabía si quedarse con Gülfen o elegir a Ruth, Ruth siempre había estado con él en las buenas y en las malas, pero Gülfen era la mujer de sus sueños y de sus buenas noches, sabía que debía de elegir a una de las dos, pero no sabía a cuál elegirentró a la habitación en busca de Ruth, pero no estaba, preguntó a una de las empleadas por Ruth,
Brigdoyoon había salido de la casa de los Emrys sin Arday, pues le había pedido que se quedara un par de días más con la excusa de que estaba remodelando su habitación, pero lo había hecho ya que tenía la idea de darle una bienvenida inolvidable. Habían pasado un día, Arday estaba un poco angustiada ya que Brigdoyoon le había dado un par de días para regresar a su trabajo, pero algo le extraño y es que había llegado Mateo el chofer personal de Brigdoyoon con un par de cajas entre sus manos y unas bolsas.―Señorita Arday, el joven Weinzettel me ha pedido que le deje estas cosas, me pidió que le dijera que quiere que las use el día de mañana para regresar a la mansión, vendré por usted a las 7:00 pm, así que por favor esté listo a esa hora, no quiero ningún atraso ―dijo Mateo mientras se retiraba.―Muchas gracias Mateo, estaré lista ―respondió Arday cerrando la puerta, cuando Mateo se había marchado.Arday subió a su habitación con las cajas que Mateo le había llevado, estaba muy emocio
La palabra del dueño de la imprenta habían sido verdaderas, al día siguiente había llegado a la hora del sol saliente, con el encargo del joven Weinzettel, toco un par de veces el timbre y se asombró al ver que todos los empleados lo ignoraban en lo absoluto, pasaron un par de minutos y el señor aún seguía en espera que alguien llegara a recibirlo y no fue así, hasta que el mismo Brigdoyoon Weinzettel con la cara de recién despierto, cabello despeinado y las cejas fruncidas había llegado a recibirlo, lo hizo pasar y el señor se sintió un poco incomodo ya que los rumores que siempre habían estado es que Weinzettel no dejaba pasar a nadie a su mansión.―No se preocupe joven, solamente venía a entregarle su encargo, además, como puede ver, aún tengo mucho trabajo por delante ―sonrió el señor mientras golpeaba el bolso que llevaba en sus hombros repletos de papeles y más papeles.―Está bien, como guste no lo hago perder más su tiempo y ¡tenga un buen día! ―respondió Weinzettel con una inu
Las invitaciones habían sido entregado a todos o más bien a casi todos, las únicas personas que hacían falta para que Clara terminara su misión era la familia Clorlk, Clara al llegar a aquel lugar no le dio buena espina , sintió un escalofrío de esos que hacen pensar que sucederá algo malo al toparse con esa gente, Clara cambió totalmente su expresión de disgusto al ver salir a una joven desalineada de aquella enorme y bella casa, se trataba de nada más que Agatha Clorlk.―Disculpe señor en que le puedo ayudar ―habló Agatha sin ver de quién se trataba por venir arreglándose el cabello en una moña.―El joven Brigdoyoon me mando a entregar invitaciones del baile de esta noche y espera que nadie falte, ya que es la primera vez que hará tal evento en su mansión, espero ver su rostro señorita Agatha, recuerde que el joven Brigdoyoon es reconocido por no hacer nada, ni invitar a nadie a su mansión, pero ahora que lo ha hecho no debería de perderse de ir ―sonrió Clara, mientras se montaba e
Mateo había llegado por Arday, al verla pasar por la puerta principal con un bello vestido azul, se quedó sorprendido, Mateo sabía que Weinzettel había enviado esas cajas para ella, pero jamás se imaginó que un bello vestido iría dentro de esas cajas.―Señorita Arday que bella se encuentra el día de hoy ―abrió la puerta trasera del carro para que Arday subiera.―Gracias señor Mateo, usted también se encuentra muy bien vestido el día de hoy ¿acaso sucederá algo de lo que no estoy enterada? ―pregunto―No señorita Arday, nada nuevo puede suceder con una persona como el joven Weinzettel ―mintió Mateo.―Entiendo, mamá, papá, los vendré a visitar más seguido, no queden triste por mi partida, les escribiré y le estaré ayudando siempre a como lo he hecho ―sonrió Arday y Mateo cerró la puerta del coche.Subió al coche y emprendió marcha, miró a Arday por el retrovisor y su mirada era de alegría y confusión, entendía cómo se sentía la joven Arday, con un vestido muy elegante de una tela muy fin
―Weinzettel ¿te sientes bien? ―preguntó Arday, sin expresión alguna en su rostro.―Si Arday ¿Por qué me preguntas eso? ―cuestiono Brigdoyoon.―Por la manera en que me tratas, un día eres un hombre amable, cariñoso y un completo cursi conmigo, y al otro te vuelves un completo ogro, sin corazón que no le importa herir a quién sea, eso me confunde ―respondió Arday.― ¿Te confundo, que quieres decir con eso Arday? ―preguntó Brigdoyoon sin entender nada.―Si, me confundes Brigdoyoon, un día me haces sentir mariposas en el estómago y al otro te encargas de destruir las ilusiones que tú mismo creas en mí ―soltó Arday sin pensar en lo que decía.―Me estás diciendo que te gusto ―llevó su mano a la boca para que Arday no pudiera ver el gesto de sorprendido que tenía.―Sabes que olvídalo, ahora debes de bajar tus invitados deben de estarte esperando ―habló Arday un poco molesta caminando en dirección a la puerta―Arday, espera por favor ―tomó su mano y Arday se detuvo.―Suéltame Brigdoyoon, quie