Hola hola! ¿Qué habrá encontrado Layne? ¿Qué secretos faltan por aparecer? ¡Los leo! Kika
Layne —¿Qué rayos?— pregunta Roldán sacudiéndolo y cada uno lo revisa intentando abrirlo sin éxito hasta que… me cae todo, veo una pequeña línea ondulada y entiendo que es… una pluma. —Hombre viejo y brillante… — digo mientras ellos me miran con curiosidad, en tanto yo saco de mi bolsillo el anillo Bousquet. Al colocarlo sobre ese símbolo de la pluma y calza perfectamente. Escucho como todos contenemos la respiración cuando por fin escuchamos como se abre el baúl. Hay un par de cosas guardadas, pero lo más llamativo es el collar de Hadar, es un corazón plateado, labrado con pequeños signos que con todo y el tiempo no ha perdido su belleza. Se abre con un pequeño mecanismo y adentro hay espacio para un pequeño corazón. —¡El collar del tío, pero que era de la tía!— indica Roldán contento y todos abrimos los ojos. —¿Será posible?— digo, ese pequeño corazón verde podría calzar ahí perfectamente. Mis manos van a lo siguiente, un pequeño cuaderno, similar al diario que encontré del D
BrockYo ya me había acostumbrado a que mi existencia en este mundo iba a ser de soledad y rechazo. Imaginaba mi andar esperando que en algún momento fuera lo suficientemente bueno para merecer estar en mi casa, para que se perdonaran mis errores, y el odio que había hacia mí. Cuando Layne se avocó, desde muy joven, al apoyo de la princesa… yo ahí vi una oportunidad, hacerme un nombre, ganar un poco de honor que no me creía merecedor de tener. Familia y honor… eso era todo lo que me importaba, en eso se concentraba mi vida. Haggard y hacer orgulloso a mi padre, a mi lugar… al menos el que yo creía que era mi hogar. Una casa no es un hogar, un castillo menos. Descubrí tarde que el hogar no responde a la pregunta ¿Dónde? Si no, ¿Con quién? No coordenados, ni direcciones, sino cuáles brazos, cuáles ojos, cuáles labios. ¿Cómo pude haber cambiado todo tanto? Solo con la aparición de esa chica en Bousquet arrojada a mis pies hace ya unos meses. Esa mujer… había cambiado mi vida, mi forma
Brock —Luego te juré que te iba a casar bien, ¡Demonios, no quería que te casaras con nadie! ¡Sabía lo que iba a pasar! Ibas a ser infeliz, te iban a maltratar y yo ni me enteraría, pero tendría la convicción de que fuera así. Y yo era tuyo, demonios era tuyo y no sabía si me querías. Tú tenías esos vestidos hermosos bailando con esos señores… partida de imbéciles… y yo te veía de lejos. Un par de días bailaste conmigo… sabes que no bailo, pero por ti yo haría eso y más— digo esperando, soñando que ella me escuche. Pero no sé si lo hago por ella o por mí, para sacar un poco de lo que tiene mi cargado corazón. —Y el maldito de Blatta… debíamos haberlo exiliado solo con saber que era un espía. No debió nunca tocarte y tampoco al zorro ¿Cómo se atreve?— sentía mi frente palpitar del odio recordando todo esto. Memorias espantosas, pero que nos trajeron hasta aquí, ella, mi esposa, yo hablando con ella aun sin saber si me escucha. —Ahora… ahora volvería en el tiempo y te miraría a los o
AzaleiaDebo decir que todo parecía ser un sueño desde que vi a Brock, no podía creer que él me había conseguido, estaba ahí para salvarme. Yo le hablaba y estaba herida y un dolor terrible me invadía. Cuando me desperté no sabía donde estaba, pero lo único que importaba es que estaba en sus brazos.Mi Brock me tenía en sus brazos, sus fuertes brazos, sosteniéndome con delicadeza. Sentía mi piel fresca y un poco húmeda mientras él me miraba como si hubiese desperado de una larga siesta. Él se veía terriblemente cansado, con los ojos hinchados y enrojecidos, sus párpados inflamados, su rostro pálido y de apariencia agotada, una barba le cubría la barbilla y rodeaba sus labios; el cabello despeinado. Él me veía con adoración y besaba mi rostro y yo acariciaba su cara. Mi esposo es real ¡Es real! Y si este es un sueño, por favor no me despierten, esto es magnífico. Sus manos están bajo mi cuerpo adolorido y estoy en su regazo. Por hermosos instantes me besa, me dice que me ama, se alegr
Azaleia—Creo que vi al Duque de Bousquet, y él tomó al bebé… que creo que era yo. No sé donde estaba, pero esa mujer era mi madre y no parecía una criada… estaba herida, pero algo me dice que era una sacerdotisa— le explico. —Las sacerdotisas no tienen hijos… quizás ella te cuidaba— explica él. —Lo sé, pero… ella lloraba como si fuera alguien muy querido. Recuerdo la mirada del Duque… con mucho amor me observaba. El lugar era un caos… había sucedido una masacre y… me parece haber observado soldados del emperador, en el suelo— le digo y él me abraza, yo recuesto mi cabeza en su hombro recomponiendo mi corazón.—Te prometo que vamos a averiguar que sucedió mi flor… tu pasado— y nos quedamos un rato así. Luego me acerco a verlo y lo beso. Él me besa con delicadeza, pero yo quiero más, mucho más. Él me detiene, pero ya mañana deberíamos estar saliendo, de vuelta al mundo real. Me siento bien ¡Me siento realmente bien! Estamos juntos, vivos, con los que amamos. Yo me levanto y le digo
Layne Azaleia es hija de un sol y una luna… Un eclipse Después de esa realización, simplemente nos sentamos ahí, junto a las tumbas llenas de azaleas, mientras la noche se acentuaba. Las flores me recordaban a estrellas con sus cinco puntas. Había tanto de lo que había dicho el Duque en su pequeño diario, tanto desde lo que encontró en Bousquet como lo que había aquí, que sentía que no iba a tener el tiempo disponible para averiguarlo. ¿Qué ganaba Markus con tanta maldad desencadenando dolor y terror por donde se asomara? Yo había viajado por el imperio y había visto destrozos, abandono, corrupción, crueldad y violencia; no era ajeno a esto. Pero quizás no me había detenido a ver poco a poco, internamente, esas maldades y peor aún, sus consecuencias de forma tan clara y aterradora. Lo vi con Dashi, una esclava, de un pueblo arrasado, por simplemente ser ilustre y tener conocimiento. Tomamos a Azaleia por criada y la manejamos a nuestra voluntad. Yo la menajé a mi voluntad… con
Layne—Es así, hay un nuevo Conde de Haggard, al que informar que ahora él tomara el control de esa casa. Así lo pidió el emperador… pero considero que podemos tomarnos nuestro tiempo… esas sanguijuelas de la luna… me gustaría encontrarlos y acabarlos. Sé que hay nobles doble cara, que se inclinan ante el emperador, pero hacen complot a sus espaldas, entre murmullos declarando su fidelidad a la princesa— señala con odio, casi asco de lo que dice. Por la Diosa… si yo fuera fuerte como Brock, los mato aquí al instante.—La…¿la princesa? ¿Hay una princesa?— dice el más joven, extrañado, los demás se ven también confundidos y miran a ser su general con atención.—Si ha
BrockVolver a ponernos en marcha parecía un desafío terrible. A mi esposa le costaba tremendamente separarse de los animales que había recogido del palacio, pero prefería que fueran al bosque y fueran libres.Pero le hacía feliz saber que muchos estaban ya libres del maltrato y del abuso de los nobles. ¡Por la diosa como hubiese querido ver a mi flor levantando sus manos y agitando a todos los animales! También ver la cara aterrada de los nobles y del emperador.Igualmente, partíamos con una pequeña caravana de dos lobos, el pájaro carpintero, la lechuza y el zorro. Íbamos a buen paso, pero no quería cansarla así que tomábamos muchos momentos al río, en un prado solo para que ella tomara una pequeña siesta, en mi regazo mientras yo acariciaba su cabello.Le había prestado una de mis ropas y todo le quedaba inmenso, mis pa