Noah y May están sentadas en un sofá negro de una tela parecida al paño. Es igual de viejo y destartalado que todo lo demás.
La alegría de ver caras conocidas es indescriptible. Quiero llorar y reír a la vez. Corro hacia ellas para abrazarlas. No fundimos y rompemos a llorar las tres. Estaba casi segura de que tardaría mucho tiempo en volver a verlas y tenerlas tan cerca... Es lo único que me da fuerzas en estos momentos.
— ¿Qué estáis haciendo aquí? ¿Cuándo habéis llegado?
— Hace poco alteza. Nos metieron en una furgoneta. No podíamos ver nada.
Son dos cachorrillos asustados. Yo también lo estoy, mucho... Pero una de las tres tiene que ser fuerte en este momento y darles a las demás un poco de positivismo.
— He estado hablando con el que manda aquí, no van a hacernos daño.
— ¿Y por qué nos ha traído?
Rebusco en mi memoria una respuesta. Enzo me ha explicado algunas cosas, me ha dicho que nos necesitaban...pero no recuerdo que me haya contad
Salgo corriendo. Alguien me agarra por el brazo, pego un tirón y sigo corriendo mientras las lágrimas me empañan los ojos. Subo las escaleras hasta llegar a la última planta sin hacer caso al dolor que se ha apoderado de las piernas o la respiración descontrolada por el esfuerzo.Entro al que es mi nuevo y asqueroso hogar y sigo corriendo hasta que encuentro el baño y me encierro en él.Ahora mismo, la suciedad y el olor que desprenden las tuberías me da igual. El estómago se me encoje y las nauseas se apoderan de mi cuerpo. Levanto la tapa del retrete. Vomito la poca comida que tenía en el estómago.Tocan suavemente la puerta. No estoy preparada para ver a nadie. Tampoco quiero que me vean hundida.— Necesito un rato, por favor.Escucho los pasos de mis doncellas alejarse. Me siento en el suelo con la espalda apoyada sobre la pared. Es tan profunda la traició
Llorar tranquila en la cama sin que nadie sienta lástima por ti es lo único positivo de estar sola. Esta es la segunda noche que paso fuera y la segunda noche que no puedo dormir.Por la mañana estoy agotada, tanto física como psicológicamente. Ni siquiera cuando el rey propuso violarme me vine abajo de esta forma.Llaman a la puerta. No podrían haber elegido un momento peor. Miro mi rostro en el viejo cristal del baño. Doy pena, si mi padre estuviera aquí me daría una clase magistral de porque hay que cuidar tanto la apariencia como lo que piensan de ti por ella. Que más da lo que piensen...Mirar por la mirilla se ha convertido en una costumbre un poco tonta. Todavía no conozco a nadie aquí, solo Enzo tocaría a mi puerta. Lo observo a través del pequeño cristal y me planteo hacer como que no estoy... Si no tengo en cuenta la verja cerrada con llave y la montaña de grasa que la custodia, sería hasta buena idea.— Buenos días— saludo.— Te traigo el des
No les cuento ni una palabra de mi plan por miedo a que salga mal. Esperamos pacientemente hasta que los hombres se van y entonces convenzo a Rose de que cierre con llave hasta que volvamos. Mis dos nuevas amigas y cómplices van a ser famosas si todo sale bien.— Lou ¿Dónde dijiste que estaba ese supermercado que tenía de todo?Salimos a la calle. Se nota en el ambiente que el invierno se acerca. Puedes respirar el frío, sentirlo en tu interior y como en plena tarde el sol comienza a despuntar por el horizonte amenazando con esconderse.— Es al final de la calle ¿Para qué quieres ir? No tenemos dinero.Rose no me quita el ojo de encima mientras caminamos. Le correspondo dándole la mano para tranquilizarla y que deje de pensar que he perdido la cabeza.— Ya lo veréis — levanto las cejas emocionada ante la perspectiva de que todo salga tan bien como me lo había imaginado en mi cabeza.Llegamos a las puertas correderas. Más que un supermercado son un
Llaman a todos los hombres que quedan despiertos para ayudarles a descargar cajas. En poco más de media hora está vacío el camión. Solo queda subirlas a la primera planta y colocarlas, que por las horas que son también lo van a tener que hacer ellos.— Voy a llevar el camión al supermercado — explica Enzo — vosotros id subiendo las cajas.El drogadicto se acerca.— Después podríamos hacer una pequeña fiesta. ¡Venga tío! Esto no ocurre todos los días.Enzo se deshace la coleta mientras intenta poner a su amigo nervioso. Resulta divertido observarlos sin que sufran estrés o hambre. Solo siendo felices aunque sea por poco tiempo.— Está bien, pero nada de malgastar comida.— Te lo juro — levanta la mano solemne — solo alcohol y drogas.Entre risas se monta en el camión y lo arranca.— Kat ¿Quieres acompañarme? Me gustaría que habláramos.Sigo sin querer quedarme sola. En cuanto eso ocurre pienso en mis doncellas, en sí estarán bien
Despierto antes de abrir los ojos. Los mantengo cerrados hasta cuando la claridad me ciega por encima de los párpados y me taladra el cerebro.No fue buena idea dejarme llevar anoche... no fue buena idea mezclar alcohol y drogas y definitivamente no va a volver a repetirse. Jamás. Este es mi castigo por mi comportamiento: un dolor horroroso de cabeza y pequeñas lagunas que me recuerdan que hay cosas que es mejor no recordar.Me froto las sienes con dos dedos. Abro los ojos y observo la pared blanca en silencio. Solo pensar en bajar y tener que aguantar las risas de los demás...Me giro sobre mi misma para disfrutar un poco más del descanso. Enzo está tumbado a mi lado, con el pecho descubierto. Levanto la manta y descubro que estoy en ropa interior.¿Qué he hecho? ¿Cómo he podido acostarme con él? ¡Katherine! ¡Te secuestró! ¡Te alejó de Andre
Es tal el asco que siento hacia este hombre que no puedo esconderlo y pensar fríamente. Lou duda entre irse o quedarse.— Vamos — la animo — vete.Se disculpa con la mirada y sale corriendo. Esquiva al soldado alejándose lo máximo posible de él.— Abróchese el cinturón soldado — ordeno en cuanto nos quedamos solos.Agradezco enormemente que Lou se haya dejado la puerta abierta y que este hombre esté tan enfermo como para no haberse dado cuenta. Si las cosas no salen como espero que lo hagan, puedo darle un rodillazo y salir corriendo.— ¿Me acabas de dar una orden? Estúpida niña piojosa...Doy un paso hacia él. No puedo perder este pulso de fuerza y autoridad, si lo hago estoy perdida. Estos lobos son todos iguales, distintas pieles y mismas intenciones.— La princesa Katherine acaba de darle una orden y si sabe lo que le conviene, se pondrá su cinturón y hablaremos de negocios tranquilamente.Clava al instante una rodilla en e
Cuando Enzo termina de contarme como ha ido la reunión con los rebeldes de los suburbios también me explica el favor que necesita.No creen que yo los apoye. Por poco la reunión de hoy termina mal. Enzo le prometió que les llevaría pruebas porque están convencidos de que el rey está detrás de la noticia falsa de mi unión con ellos.— Si me ven... ¿Crees que querrán hacerme daño? — Estar cerca de ellos sabiendo que lo que más desean es pintar el palacio con nuestra sangre no me hace mucha gracia.Piensa la respuesta antes de decirme lo que piensa. Estoy segura de que ni él mismo lo sabe. Podrían actuar de cualquier manera. Son como perros rabiosos que en cualquier momento pueden saltarte al cuello.— No son tontos kat, saben que necesitan el ejercito de tu padre, si te hacen daño lo habrán perdido todo.— Mi padre jamás luchará con ellos.— Lo sé — admite — pero ellos no lo saben y esa es nuestra ventaja.Enzo se levanta de la mesa en la que
Durante lo que parece una eternidad todo desaparece. No hay ruido o gente gritando. Solo estamos Andrew y yo, uno frente al otro. Es imposible que asimile lo que me acaba de decir. Mis doncellas, mis amigas, mis hermanas...— No pudiste hacer nada — repito.Da un paso hacia mí. Mi respuesta es rápida y segura. Me alejo del monstruo que es ¿Cómo he podido estar tan ciega? ¿En qué momento me engañé?— Katherine, por favor... Esta es tu única salida...Sonrío sintiendo la bilis ascender por mi garganta. Mi única salida es irme con los que han asesinado a dos mujeres que pensaban que las ayudarían.— Dile a tu padre que tendrá que rendir cuentas por lo que ha hecho.Le doy la espalda y camino hasta Enzo. Todas mis dudas y temores acaban de desaparecer. Se lo que tengo que hacer y cual es mi camino y ahora mismo no puedo hundirme, tengo que sacar a Enzo de estas calles. Vuelve a apoyarse sobre mi hombro.Con mucho esfuerzo llegamos al coche. La p