—¿A qué te refieres con qué no vaya a despertar? —pregunta John preocupado.—Puede ser el caso, tienes que hablar con ella, darle ánimo, decirle algo que la haga reaccionar—le aconseja Rob.—Lo intentaré... Malditos sean, juro que yo mismo los agarraré con mis propias manos, no se van a salir con las suyas. Se arrepentirán de haberse metido conmigo.—¿Quiénes son, John? —pregunta su amigo, jamás lo había visto tan enojado en su vida.—Esos miserables qué les pagaron para secuestrarme... Querían acabar conmigo, pero te juro que yo acabare con ellos.Al día siguiente John tiene muchas actividades presidenciales, incluida la conferencia de prensa hablando sobre su secuestro y enviándoles un mensaje de advertencia a sus secuestradores, diciéndoles que los atraparía y haría justicia. Mientras tanto, Max, escucha el discurso con una sonrisa en los labios, sabiendo que jamás lo haria, jamás John desconfiaría de su mejor amigo.Después de varias reuniones, de ir a su casa, darse una ducha y p
Al otro día, los análisis comenzaron a mejorar así que ya no era necesaria la internación, tomando unas vitaminas terminaría por recuperarse.John regresa a la clínica por ella, debe irse rápidamente, pero al menos quería llevarla a su nuevo hogar, momentáneo.Cuando Annie lo ve aparecer por la puerta debe contener sus deseos de abrazarlo, pero él se acerca a ella y la saluda con un beso en la mejilla.—Hola Annie —saluda sorprendido, jamás la había visto con ese semblante. Desde que la conoció su piel era pálida y tenía en su rostro marcas de cansancio, al parecer su anemia venía desde antes que se conocieran en el secuestro. Pero ahora, casi recuperada puede ver el color en su piel, y la sonrisa que se dibuja en su rostro, a pesar de la tristeza que debe inundar su alma—veo que has descansado, te ves mucho mejor que ayer.—Sí, hacía tiempo que no dormía de esta manera, ¿Tú has descansado? –pregunta mirándolo a los ojos.—Annie... —esa mirada, si supiera lo que ocasiona en él, no lo
—Estás cometiendo un error, John. Lo sabes, ¿Verdad? —comenta Max, furioso consigo mismo, debería haber acabado con esa estúpida antes, ahora con John en el medio, es imposible, su seguridad es implacable.—Lo se, Max, lo se... Pero no pude evitarlo —se culpa, debería recordar que es una niña, que esta muy lejos de su alcance.—John... Tú solo no te enamores ¿si? Acuéstate con ella, diviértete, y luego la mandas a casa.—Demasiado tarde, Max —confiesa, no sabe si es amor lo que siente por Annie, pero en este mes y medio que la conoce, no puede sacarla de su cabeza, durante sus actividades, se sorprende, a veces, pensando en ella pensando en lo que estará haciendo Annie, si esta bien... Sabe que es una locura, pero no puede evitarlo.—No me digas que... —exclama Max, sorprendido, abriendo sus ojos de par en par —¿Estás loco, verdad? Deberías ir a un psicólogo John, sufres de síndrome de Estocolmo, recuerda que fue uno de tus secuestradores... No puedes enamorarte de ella...—Tienes ra
Después de su reunión con Ron, John vuelve al hotel, entra a la habitación y se lleva una gran sorpresa al pasar por la puerta. El aroma que llega desde la cocina le hace gruñir el estómago, no se había dado cuenta del hambre que tenía, las actividades lo mantienen tan ocupado, que a veces se olvida de comer.En ese momento abre sus ojos, sorprendido, cuando ve aparecer a Annie, con un delantal y una hermosa sonrisa dibujada en su rostro. Se acerca a él, le quita el saco y lo ayuda a sentarse a la mesa—Annie... ¿Qué es todo esto? —pregunta sorprendido.—Ya lo veras, le falta muy poco... Oye no me habías dicho que la habitación seguía hacia la otra puerta y que además tenía una cocina inmensa.—No tuvimos mucho tiempo de hablar—exclama John.—Es verdad... —en ese momento siente un ruido en la cocina y sale corriendo. John se sorprende al ver con que delicadeza armo la mesa para dos, con los platos, los cubiertos apropiados, las copas de vino.Minutos después ve que Annie llega a la ha
Annie abre sus ojos a la mañana siguiente, molesta por los rayos de sol que entran por la ventana. Por un momento desconoce dónde está, pero finalmente recuerda que esta en la habitación presidencial de John. Se levanta de la cama, con un terrible dolor de cabeza, y se da cuenta de que el presidente no está en ningún lugar, seguramente tenía trabajo que hacer, ese hombre no descansa nunca, piensa Annie...Cuando se acerca a la mesa, donde la noche anterior habían comido, ve un sobre en ella, que dice "Para Annie", se sienta en la cama, abre la carta y comienza a leer en voz alta—Annie, me he ido de viaje, volveré muy tarde, por la noche, prometo que mañana te llevaré a ver a tus vecinos, por favor no salgas, mi seguridad está en la puerta por cualquier problema. Sobre la mesa al lado de la cama, te he dejado un celular, esta activado y agendé mi número por alguna urgencia. También he limpiado todo el desorden qué había quedado de la comida. PD: Te dejé unas pastillas para el dolor de
Annie abre los ojos lentamente cuando siente que alguien la está zamarreando, llamándola por su nombre, dentro de su confusión se da cuenta de que es la voz de John, que regresó de su viaje.—¡Annie, reacciona por favor! —grita asustado. No entiende como pudo haber sucedido esto, maldita sea. John toma su celular y llama a Rob —¡Rob tienes que venir a la habitación presidencial del hotel! —John corta la llamada y toma a Annie en sus brazos, para acomodarla en la cama.—John... —manifiesta con una voz suave. Sin Fuerzas.—Annie... Annie, aquí estoy, tienes que estar tranquila, no hables, estás muy goleada —por un momento ella puede ver lágrimas en los ojos del presidente y junta valor para incorporarse de la cama, sin embargo, vuelve a caer en ella porque un intenso dolor le recorre por todo el cuerpo, realmente ese hombre le había dado una paliza, pero en ese momento lo que más la asustaba era si había abusado sexualmente de ella aprovechando que estaba inconsciente.—John —exclama d
—¿A qué te refieres con eso, Ron? —pregunta John preso de una mezcla de emociones.—John, no existe registro de nacimiento ni seguro médico a nombre de Annie Taylor de 21 años, sin dudas esa chica esta mintiéndote, ten mucho cuidado, no confíes en ella —segundos después el presidente corta la llamada. Otra vez cayó como un imbécil, solamente está jugando con él desde un principio no debería haber confiado en ella. Muy enojado se levanta de la cama, y Annie confundida se preocupa.—¿Estás bien? ¿Sucedió algo?—Sí, sucedió ¿Hasta cuando me lo ibas a ocultar? —le pregunta furioso —no puedo creer que confíe en ti, que caí en tu juego, eres una maravillosa actriz ¿estos golpes también son falsos, como toda tú?—¿Qué te sucede, John? No entiendo nada... —comenta muy confundida—¿Cuándo ibas a decirle que no te llamas Annie Taylor? Seguramente estás infiltrada, esperando para que te den la orden de asesinarme.—¿Estás loco? Me golpearon a mí, pero parece que te afecto a ti... No entiendo por
Annie es ingresadaa una de las celdas de la estación de policía, hasta ser trasladada a unaverdadera cárcel. Esta desconsolada, no puede creer que John le haya hecho esto,confío en él, que tonta había sido en pensar que el presidente no le haríapagar lo que había hecho.Esta tanconfundida ¿Qué era eso de que ella no se llama Annie Taylor? Es su nombre, opor lo menos el único que conoce, solamente fue una excusa para tratarla dementirosa y poder encerrarla en la cárcel, como había querido desde unprincipio.Annie estasentada en su celda, con los ojos empañados en lágrimas, pensando en losucedido, cuando una mujer se acerca a ella y la saca violentamente de allídentro. Luego la lleva a la rastra a una habitación espaciosa, donde hay unapersona esperándola…quizás sea John que se arrepintió y viene por ella, piensa,que ilusa tiene que olvidarse de él. Pero se lleva una gran sorpresa cuando lapersona que tiene adelante es nada mas y nada menos que el vicepresidente de lanaci