—¡James, no te atrevas! ¡Suéltame! —grité.—¡Borralas! —también gritó.—¡No lo haré! ¿Te volviste loco?—¡Tú eres la loca por tenerlas aún! —¡Eres un idiota!—¡Y tú una loca obsesionada!—Te juro que si no tuviera mis manos ocupadas, tratando de sostenerme, ya te habría partido la cara.—Y yo te juro que si no las borras, te arrojo al mar.Hizo más presión en mi cuerpo y yo me sujeté con más fuerza de la baranda.—¡No lo haré!—¡Si lo harás!«Santo Dios»—¡Bien, bien, lo haré, sólo suéltame! —accedí y me soltó.Dos segundos más y comencé a correr por todo el bote, salvando las 824 fotos que tenía con Stefan, aunque mis piernas no fueron lo suficientemente veloces.—¡Te tengo! —me atrapó por la espalda.—¡Eres un idiota si piensas que las borraré! —¿Por qué te gusta torturarte así? —me soltó.—¿Y a ti por qué te gusta meter tus narices donde no te llaman? —lo miré desafiante.—Digamos que me desespera ver lo bruta que eres.—¡No soy ninguna bruta!—Si lo eres, vives enamorada de un i
—¡Charlize, abre por favor! —sollozó—. Sólo quiero hablar, decirte, explicarte, suplicarte que me perdones.—¡Vete! —también sollocé, acostada en mi sofá, hecha un ovillo—. ¡No quiero verte más, Stefan!—Lo sé, pero también sé que me amas y no podemos sólo hacer a un lado nuestra relación.¿Relación? Han pasado cuatro meses de nuestra separación ¿qué piensa? Acabo de enterarme de que ha hecho formal su relación con Léa, así que ¿qué hace aquí?—¡Charlize! ¡Charlize! ¡Charlize, por favor!Un sobresalto en mi cuerpo me hizo despertar, enseguida, unos brazos me apretaron con más fuerza, ... James, James estaba en mi cama y me abrazaba como si el mundo se fuera a acabar.¡Dios! No sé ni porqué me tomé la molestia en decirle que no dormiría conmigo, sabiendo que posiblemente, se colaría a mi cama por la noche.Lo observé embobada por un momento, lucía tan tranquilo y tan guapo al dormir que me causaba admiración por él. Me acerqué a su cuello e inhalé profundo su aroma, ... era increíbleme
Me puse de pie y entré al cuarto de baño para tomar una ducha, cepillé mis dientes, pero esa vez, en lugar de mirar una foto de Stefan —y no porque ya no tuviera mi móvil—, miré el fondo de pantalla de James, a pesar de que la foto fue imprevista, salió maravillosa. Después de veinte minutos, me encontraba lista, James ya estaba en el mini comedor, esperándome con el desayuno. Me sentía nerviosa con cada paso que daba hacía él, pero no iba retroceder, ya era un hecho de que tendría sexo con ese chico encantador.—Tus padres te están buscando —me sonrió mientras que yo, tomaba asiento frente a él.—¿Cómo lo sabes?—El personal del hotel me lo dijo.—Bien —bajé la mirada y probé un poco de mi desayuno.—Me disculpo por lo que pasó esta mañana —lo miré.«¿Se estaba arrepintiendo?»—No quiero que pienses que sólo quiero colarme entre tus piernas.—¿No quieres? —la pregunta salió disparada de mi boca, haciéndolo sonreír.—No quiero presionarte cuando es claro que no has estado con un homb
—No esperaba verte aquí, creí que andar entre el lodo no era lo tuyo —Stefan comentó.—Pues, verás —rasqué un poco mi ceja—. Yo tampoco lo creía hasta que me mezclé contigo —James comenzó a reír con fuerza.—¿Podemos hablar, Charlize? —Stefan preguntó en un tono serio.—¿Hablar? —James preguntó—. ¿Y dónde dejaste a la familia? ¿A tú prometida?—Los extravié —respondió de mala gana.—¿En serio? —James elevó la cejas—. ¿No será que viste a Charlize y te extraviaste intencionalmente?—¿Por qué no te metes en tus malditos asuntos?—¡Stefan! —elevé la voz, advirtiendo.—Pues veras, imbécil ... Charlize, MI NOVIA —James hizo énfasis en las últimas palabras—. Es mi "maldito asunto", así que si no te importa, el camino para que te vayas a la mierda, es en cualquier dirección menos en la nuestra.—¿Quién te crees, imbécil? —Stefan lo enfrentó y mi corazón latió con mucha más fuerza.—Stefan, vete —pedí.—Necesito que hablemos, Charlize.—Y yo necesitaba que me fueras fiel y terminaste tirándot
Fabricio: —¡No te puedo creer! James: —Fue una escena bastante divertida.Fabricio: —¡Pero claro que lo fue! Me hubiese encantado estar en presencia de esa tremenda bofetada.Fruncí el ceño.James: —La hermana casi se caga en los pantalones —comenzó a reír.¿Qué rayos? Pasé mi mano por el rostro y poco a poco abrí los ojos. James y yo, continuábamos en la misma posición de la noche anterior, sólo que ...—¿Por qué hablas con mi amigo? —pregunté.—Ah, despertaste, sólo ponía al día a Fabricio.—¿Qué?Fabricio: —¡Buenos días, amiga! —me saludó a través de la pantalla.Yo: —¿Qué está pasando?James: —Sigue dormida, no le hagamos caso.Yo: —Cállate, tarado.Fabricio: —Lo mejor para despertarla, sería un buen polvo mañanero.Yo: —¡Dios!El calor subió rápidamente por mis mejillas.James: —Por favor ¿podrías convencerla? Mis bolas explotarán pronto.Yo: —¡James, eres un descarado! —golpeé ligeramente su rostro mientras que ellos no paraban de reír.Fabricio: —¡James, te adoro! Tienes mi t
—Nos veo reflejados en ellos —comenté mientras observaba la película.—¿En verdad crees que yo te despertaría? —Por supuesto, sólo que tú, no hubieras tardado tanto en hacerlo cómo él —sonrió—. Es más, yo creo que hubieses despertado a todos los pasajeros —carcajeó.Estábamos viendo la película 'Pasajeros' con los protagonistas, Jennifer Lawrence y Chris Pratt, era la sexta película que veíamos ese día. Estuvimos todo el tiempo en la cama y sólo nos habíamos alejado de ella para usar el cuarto de baño o para abrirle la puerta al servicio, quienes traían lo que ordenábamos.—Creo que exageras.—Yo creo que no —le sonreí.Pronto, la película nos mostró una escena sexual, y yo quise desaparecer al instante, tímida y con un poco de vergüenza, me removí ligeramente en mi lugar. Por el rabillo del ojo, miré su sonrisa burlona, enseguida, me miró. —Pareces una niña de doce años, observando la escena en compañía de sus padres.—Que va, soy una adulta y esto sólo es una escena de sexo, algo
—No es un buen momento, Stefan —continúe caminando.—Espera por favor —me tomó del brazo y tan sólo ese ligero contacto entre nosotros, me quemó la piel.De inmediato me aleje de él.—Dije que no es buen momento, Stefan.—Charlize, sólo dame unos minutos, no te pido más.Suspiré. No quería hablar con él, pero tampoco es cómo que tuviera algo mejor que hacer, sólo tenía que pasar el tiempo hasta que pudiera sacar mis cosas de la suite y abandonar la isla para siempre.—¿Y tú promedia?—En su suite, en su despedida de soltera.—Mhmm.—Todos ya están muy ebrios en la mía —añadió.—Bien, hablemos —sonrió—. Pero cómo comiences a fastidiarme, te mando al demonio.—De acuerdo.Caminamos un momento alrededor de las piscinas hasta encontrar un lugar tranquilo para conversar, ya que en diferentes puntos habían turistas, divirtiéndose.—¿Te parece bien si mojamos nuestros pies? —preguntó al acércanos a otra piscina.—Bien —ambos nos sentamos y metimos los pies al agua.Hubo un momento de silenci
Llovía, no era muy común que pasara en esa temporada, pero estaba lloviendo, las gotas caían en la ventana mientras que nuestra respiración la empañaba. Estábamos frente a frente, abrazando nuestras propias piernas, mirándonos de una manera inexplicable.—Creo que exageras —susurré tratando de convencerme a mí misma—. Tienes muchas posibilidades de vida —sonrió con tristeza.—Tal vez, pero eso no quita que pueda morir mientras duermo.—No digas eso —una lágrima se deslizó por mi mejilla.—Es mejor afrontar la realidad.—Pero ...—Ven aquí —me extendió los brazos.No tardé en acurrucarme entre ellos, pegué mi oído a su corazón y mis lágrimas se duplicaron, simplemente, no podía creer que alguien tan joven cómo James, tuviera que pasar por esto. La vida era injusta y demasiado cruel, cuando creemos que lo tenemos todo, no tenemos nada. Síndrome de Brugada, era lo qué ese chico tan guapo y gentil, padecía, una enfermedad congénita, la cual, acabó con la vida de su padre.—Debe haber más