—¿A la cama?—musito Alexander sin comprender en su totalidad que había ocurrido.El millonario de cabello dorado lanzó una mirada furtiva hacia Andrew, quien simplemente apretó los labios y lo evitó. Esto solo llenó de más dudas y desconciertos al hombre de mirada verde.—Si, para tener sexo—dijo con brusquedad Selena, funciendo el ceño mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.Alexander separó ligeramente los labios, mientras el asombro y la duda se apoderaban de él. Irina, sentada un par de metros a su lado se ahogó en una risa, mientras observaba el rostro del millonario colmarse de asombro y dudas.Selena también lo notó.>—¿Ocurre algo?—continuó la prostituta de cabello rojo, esta vez su tono era más suave y delicado—¿Acaso tu no puedes…?—Si, si puedo—cortó Alexander mientras sus mejillas se enrojecieron un poco ante la vergüenza de aquellas palabras no dichas—. Es solo que me tomaste por sorpresa.Selena observó al millonario directamente a los ojos por algunos segundos, ante
Alexander cerró la puerta detrás de él, y tembló al ver a Selena medio desnuda sentada en la cama con las piernas cruzadas, esperando por él.Con pasos temerosos y temblorosos, él avanzó hacia ella, sin embargo se detuvo a medio camino, observándola directamente a los ojos. Las palabras de Irina comenzaron a dar vueltas en su mente, mientras luchaba por aceptar que aquello era real y no un producto de su imaginación.Pero Alexander sabía que no podría seguir con aquello hasta que estuviera seguro de que Selena conocía la verdad.—¿Hablaste con Andrew?—preguntó el millonario de mirada esmeralda con el corazón acelerado. Selena asintió—¿Qué te dijo?Selena pasó la punta de su lengua por sus labios gruesos, mientras observaba con detenimiento al hombre frente a ella.—La verdad de tu naturaleza… promiscua—respondió ella con simpleza, mientras deslizaba un mechón escurridizo detrás de su oreja.Un escalofrío recorrió el cuerpo de Alexander mientras observaba a Selena con notable temor.—
El beso de Selena tomó por sorpresa a Alexander, cuyo corazón pareció salir de su propio pecho cuando los labios de la hermosa mujer entraron en contacto con los suyos.Alexander sintió el repentino impulso y la necesidad de apartar a la hermosa prostituta, sin embargo sus instintos precarios, los más animales, ya estaban allí presentes, luchando contra las cadenas invisibles de su autocontrol para liberarse y dar rienda suelta a sus deseos carnales.La primera vez que se había acostado con Selena había sido dulce, suave, tierno y hasta gentil, algo que le resultaba sumamente impropio en él, teniendo en cuenta sus anteriores experiencias en la cama.Sin embargo, en aquel instante, en ese preciso momento, el Alexander del pasado no se hizo presente. Solo se encontraban las emociones y los instintos animales peleando los unos contra los otros.Selena intentó deslizar la lengua dentro de la boca de Alexander, pero sus labios estaban sellados igual que una caja fuerte. Ella tomó otra deci
Alexander volvio a reclamar sus labios con una fogosa pasion, la cual solo servia para alimentar el deseo de poseerla, de sentir la suavidad de su piel con la llema de sus dedos, de saborear el delicioso pecado atado a la carne.El millonario comenzo a acariciar el cuerpo de Selena, primero por encima de la ropa, sin embargo, antes de notarlo, comenzo a deslizar sus dedos por debajo de la suave textura de la tela, buscando el calor de su piel.Cuando finalmente hizo contacto con esta, de los labios de la hermosa prostituta escapo un pequeño grito, mientras se retorcia bajo el pesado cuerpo de Alexander, intentando escapar de su contacto.El hombre de cabello dorado se retiro levemente, solo para estudiar las facciones enrojecidas de Selena, en busca de una posible explicacion a lo que acabab de ocurrir. Mas pronto que tarde comprendio que se trataba del fio.Las manos del hermoso hombre estaban heladas debido al vaso de wisky que habia sostenido durante largos minutos.Durante algunos
La mirada de Andrew estaba perdida, oscilando entre la ventana con vista al edificio de Alexander, y la pared del pequeño café en el que habían decidido entrar el e Irina. Bueno, para ser justos, ella había entrado a ese sitio casi invisible a la vista del mundo y él simplemente se había limitado a seguirla.Los pensamientos del hermoso hombre de mirada azul hielo lo atormentaba a cada segundo que pasaba, sabía que Alexander había hecho alguna especie de trato con la matrona, uno que sin duda no beneficia a Selena. Sin embargo,aunque sabía que estaba completa y totalmente mal, no había sido capaz de reunir el suficiente valor y coraje como para enfrentarla y contarle los hechos de frente.Ahora, aunque no había sido el que tomó aquella decisión, sabía que estaba completamente implicado en eso y la verdad lo atormentaba. No era una buena persona.—¿Qué tanto piensas Andrew?—preguntó Irina, mirando al hombre directamente a los ojos, mientras aceptaba el café que una camarera de estatura
Cuando Irina y Andrew regresaron al departamento de Alexander, el millonario de cabello dorado tenía una mirada esquiva y algo lúgubre, mientras buscaba sin mirar algo en la televisión.—¿Todo en orden?—saludo Irina mientras buscaba por el lugar a Selena con la mirada, intentando encontrar a la bella dama en cualquier rincón del lugar.Fue entonces cuando Alexander se percató de su presencia, pestañeando en reiteradas oportunidades hasta que finalmente comprendió que quien le hablaba no era otra más que la rubia preciosa de imponente andar.—Si, todo bien—respondió él de forma monótona, mientras pasaba una mano por su cabello dorado y liberaba un pequeño suspiro que tenía atrapado en su corazón.Andrew avanzó, con el ceño fruncido y la misma sensación de Irina de que algo allí no andaba bien.—¿Donde esta Selena?—inquirió el hermoso hombre de mirada azul y cabello oscuro, con tono prepotente e incluso amenazador.—Terminando de bañarse—comenzó a decir él con tranquilidad, con una calm
—Es sorprendente, Alexander—se quejo Andrew, mientras apuraba su bebida—. Como puedes ser tan listo y a la vez tan idiota.Alexander le hizo un gesto con las facciones enrojecidas de su rostro, antes de continuar bebiendo el liquito. Llevaban alrededor de una hora en el lugar, tiempo que ambos habian utilizado en su maximo explendor para beber y quejarse, en especial Alexander quien parecia tener un constante motivo para ello. Sin embargo, Andrew comprendia que su amigo no le estaba contando la verdad, al menos no en su totalidad. Algo lo tenia mal, algo lo habia empujado a actuar de ese modo y el necesitaba sabaer el motivo.—Soy un caso especial, Andrew—se burlo el millonario de cabello dorado con una sonrisa triste ladeada, mientras reclinaba la cabeza hacia atras y admiraba el techo del bar.El sitio al que habian decidido ir era nuevo para ellos, ya que solian frecuentar lugares diferentes en cada una de sus salidas, mas que nada para que nadie ubicara sus rostros y los reconocie
—¿Como me llamaste?—gruñó el robusto hombre, cuya mirada se había vuelto algo poco más que salvaje.Andrew trago duro, mientras sentía como su corazón se aceleraba. En toda su existencia jamás había sido una persona agresiva o que disfrutara de las peleas físicas, muy por el contrario, el rara vez participaba y mucho menos aún las comenzaba. Pero en ese preciso instante, mientras observaba a los seis gorilas con apariencia violenta, salvaje e incluso algo macabra, el supo con certeza que en ese instante no tendría la oportunidad para evadir el feroz ataque que caería sobre ellos.Sin embargo, con una misera pizca de esperanza arraigada en el centro de su corazón, el se incorporo, en una tajante señal de respeto, antes de comenzar a hablar:—Lo lamento, buenas personas, mi amigo está muy borracho…—comenzó a decir Andrew con calma, intentando ser la voz de la razón y sensatez en ese bar de mala muerte.Sin embargo, la imprudente y arrogante voz de Alexander volvió a alzarse, sepultando