—Debo admitir, Alexander, que muchas veces logras superar mis propias expectativas—dijo Andrew, mientras reclinaba su espalda contra el asiento del conductor.El millonario de cabellos dorados hizo ademan de esbozar una sonrisa, sin embargo un gesto de dolor torcio las elevadas comisuras hacia un lado, mientras su amorotonado e hinchado rostro parecia convalecer ante aquel desesperado esfuerzo por sonreir.—No nos fue tan mal—agrego el millonario, deslizando su mirada esmeralda hacia su amigo, mientras un famelico vestigio de dolor se aglomeraba en sus cuencas en forma de lagrimas esquivas.El ceño de Andrew se fruncio, mientras luchaba por no apretar su labio ensangrentado y partido.—¿No nos fue tan mal?—comenzo a decir el hombre de cabello oscuro con los dientes apretados en torno a un gruñido—. Eran seis contra dos, literalmente nos hicieros añicos… en este preciso momento me duelen huesos que no sabia que tenia.—Pero podria haber sido pero, podriamos estar en el hospital en est
Las palabras de Alexander habían golpeado de lleno a Andrew, dejándolo mudo y completamente sorprendido. El millonario de mirada color esmeralda no había dicho que amaba a Selena, tampoco que sentía cierta conexión emocional con ella, solo que le gustaba. Sin embargo, aunque tuviera eso a su favor, el hermoso hombre de mirada color hielo no podía dejar se sentir una punzada de celos y dolor ante aquella confesión.Era injusto de su parte, reprocharle algo a Alexander, más aún teniendo en cuenta que había sido él quien llegó a un trato con Selena y pronto ambos traerían a un hijo juntos.Pero las emociones y sentimientos lo superaban, lo avasallaron. Sentía dolor, enojo y frustración, por no ser él quien estaba junto a Selena.Aun así, manteniendo su corazón lo más apartado posible de su mente, de su lado racional, él le dio una única respuesta a su amigo, una que le destrozaba el corazón pero sabía con certeza que era la correcta, la más acertada en vista de los acontecimientos.—Me a
El hermoso millonario de mirada verde como esmeralda salió del ascensor, tambaleándose, mientras chocaba de forma errática y algo violenta contra las paredes que conducían al interior del departamento. El pasillo estaba completa y totalmente a oscuras, por lo que se le dificultó demasiado a la hora de intentar abría la puerta de entrada.Alexander intento, realmente intento y batallo para abrir la entrada, pero las copas de alcohol le jugaron una muy mala pasada. Sin lograr mantenerse en pie durante mucho tiempo más, el cayo al suelo, impactando con su trasero contra el frío piso.A oscuras, borracho, sin lograr ponerse de pie y menos aún abrir la puerta de su casa, Alexander contempló su propia existencia desde otro ángulo, desde otra perspectiva. Una parte dentro suyo sentía vergüenza por lo que había hecho, su comportamiento con Andrew en el bar y el patético intento por aligerar su cargo de consciencia, pero el era eso, esa clase de persona, y no podía cambiar su escencia.Liberan
Cuando Alexander abrió finalmente los ojos, demoró varios minutos en comprender dónde se encontraba. Su cabeza le daba vueltas, mientras que sentía su cerebro a punto de estallar. El había experimentado un millón de veces aquellos efectos como para no reconocer que se trataba de los efectos colaterales de beber alcohol en exceso.Luego de frotarse la cien con dificultad, al cabo de algunos segundos comprendió que estaba en el baño de su apartamento.El hermoso hombre de mirada verde y cabello dorado hizo el ademán de incorporarse, sin embargo algo se movió a su lado, atrayendo su atención.Con el corazón acelerado y la respiración irregular, el noto que junto a el se encontraba Selena, durmiendo enrrollada con la cabeza apoyada contra su hombro.Evitando moverse lo más mínimo, el se volvió levemente hacia ella y la observó con detenimiento, admirando la belleza de sus facciones relajadas, en completa calma y armonía.Sin embargo, en ese preciso instante, ella abrió los ojos de par en
Alexander dava vueltas algo nervioso por el living, mientras que Irina aguardaba tranquila con los brazos cruzados sobre su pecho y la espalda apoyada contra una pared.—¿Podrías quedarte quieto? Empiezas a ponerme nerviosa—solto la rubia preciosa con el ceño algo fruncido, lanzandole una mirada de advertencia al millonario.Alexander volvió el rostro hacia ella, al tiempo que liberaba un suspiro acongojado y pasaba una mano por su cabellera dorada.—Lo lamento, es que estoy nervioso—se disculpo el, mientras tomaba lugar en un mullido sillón con la mirada fija en el pasillo.—¿En verdad estás nervioso? Casi no se notaba—se burló Irina con arrogancia.Alexander simplemente se limito a liberar un resoplido de exasperación, mientras seguía observando el punto en el pasillo. Un punto que seguía vacío desde que Selena había desaparecido engullida por las sombras.Un par de horas atrás, mientras los tres se disponían a desayunar, la hermosa pelirroja había comenzado a sentirse mal, al comie
El hermoso millonario de mirada verde como esmeralda y cabellos tan dorados como el sol no estuvo muy seguro de que hizo cuando escucho aquella noticia escapar de los labios de Selena, si suspiro o ahogo un grito de terror.Iba a ser padre. Mierda, aquello iba a pasar, mejor dicho, aquello ya estaba pasando.No estaba listo, no estaba preparado y sin lugar a dudas no deseaba para nada tener que correr en contra del tiempo. Intentando con todas sus fuerzas ganar una absurda batalla ya perdida, porque sin lugar a dudas ese seria el triste final de su historia.Pero ¿Que historia? Selena era una prostituta, hermosa si, pero no dejaba de ser una prostituta, cuyo futuro estaba ferozmente ligado a el y al pequeño pedacito de vida que crecia en su vientre.El observo a Selena durante algunos instantes, evaluando la expresion de sus facciones y la belleza y felicidad que alli de hallaba. Ella estaba orgullosa, puesto que sabia muy bien lo que ese bebe implicaba para su vida. Ese pequeño pedaz
Selena caminaba por las calles de la ciudad con Irina, ambas tomadas del brazo de la otra, entrelazadas con firmesa. La ciudad estaba concurrida, sin embargo no tan abarrotada como lo estaria en hora pico, por lo que ambas mujeres aprovecharon ese tiempo juntas para disfrutar de un paseo por la ciudad al mismo tiempo que decidian que comprar. Esa misma mañana, luego de enterarse de la noticia del embarazo, Alexander le habia entregado nuevamente una tarjeta negra a Selena, afirmando que con ella podria comprar lo que deseara en cualquier punto de la ciudad, incitandola asi a comprar ropa para ella y su amiga ya que lo poco que tenian era del burdel.—Alexander parece muy feliz con la noticia—dijo Irina, mientras observaba de reojo un hermoso pantalon blanco.Selena tambien se lo quedo mirando por algunos segundos, antes de recordar que pronto nada de aquello le cabria.Con el ceño fruncido ella siguio avanzando.—Si, bueno es logico que este contento, despues de todo esta fue su idea
Alexander le conto la noticia a Andrew, sin poder borrar una boba sonrisa de sus labios. Andrew, por su parte, luchaba para mantener la suya, intentando parecer feliz y alegre ante la noticia de que su amigo pronto seria papa.—Felicitaciones, Alexander, espero que sea lo que desees—solto finalmente el hermoso hombre de mirada azul como el hielo, sin ser capaz de sostener aquella sonrisa falsa por mucho tiempo mas.El ceño del millonario de cabellos dorados se arrugo, mientras cruzaba los brazos sobre su fuerte pecho.—¿Que quieres decir?—escupio con un siseo amenazador Alexander.Andrew solto un suspiro, mientras se acomodaba sobre el escritorio de su oficina. El edificio estaba casi vacio, las personas se encontraban en su horario de almuerzo por lo que el sitio parecia desierto, solo ellos se encontraban en esa ala del edificio.Por este motivo, Andrew no tuvo problemas en hablarle de forma normal a su amigo, dejando a un lado la relacion de jefe y empleado.—Digo—comenzo a decir A