Selena avanzaba por el pasillo angosto y maloliente del burdel con el mentón firme, al igual que su postura, digna de una reina.
En ningún momento hizo contacto visual con los hombres que entraban y salían de las habitaciones como si se tratase de un sitio público.
Ella simplemente caminó, evitando tan siquiera rozar a cualquier imbécil apestoso que saliera de alguna habitación luego de recibir algún tipo de servicio proveído por cualquiera de sus compañeras.
Selena ya había cometido ese error en una ocasión, cuando por accidente chocó contra un hombre asqueroso de mirada saltona.
El la había tomado a la fuerza en ese mismo pasillo, frente a los d
Un impulso interior quiso hacer que Selena esbozara una sonrisa triunfante, mientras Alexander exhibía la chequera de cuero oscuro en lo alto, como si se tratase de una espada.Irina, unos pasos detrás de la bella prostituta de cabello rojizo, se quedó lívida, con los ojos bien abiertos y los labios separados, incrédula viendo todo lo que ocurría ante sus ojos.Como si aquello no fuera real, simplemente una alucinación.Después de todo, ¿Que tan lógico era que tú mejor amiga consiguiera un hermoso millonario que pagará las deudas de vida de ambas? No, aquello era prácticamente imposible.Al parecer, la misma sorpresa y duda se había apoderado de la matrona y Maleck, quienes observaban a Alexander como si fuera una especie de extraterrestre o algo semejante.—No solemos vender a nuestras chicas, ellas son demasiado caras—comenzó a decir la desagradable matrona, mirando a Alexander con ciertos aires de arrogancia y desdén—. Puede alquilar sus servicios por una noche si es lo que desea,
Selena estaba a unos cuantos pasos de los dos hombres, pero incluso con las columnas de humo interponiéndose en su campo de visión, y la oscuridad intentando devorar con desesperación cada ápice de luz que se filtrara del exterior, ella podría haber jurado que el rostro de Maleck palideció un poco ante la amenaza de Andrew.Por su parte, el hermoso hombre de cabello oscuro y mirada tan fría como el hielo no se inmuto. El simplemente permaneció erguido como una estatua de piedra, observando a su oponente directamente a los ojos.Cuando Maleck logró recuperarse del impacto inicial que había provocado Andrew en él, simplemente esbozó una sonrisa que intentaba ocultar la duda e incertidumbre que había provocado en él, antes de pasar a su lado ignorando la advertencia, yendo directamente hacia Selena.La chica de cabello tan rojo como el fuego intentó mantener su postura tan rígida como la de Andrew, mientras se tragaba cualquier emoción o sentimiento que la hiciera flaquear. En ese precis
—¿En verdad eres rico?—preguntó por sexta vez Irina, sentada en el asiento trasero del vehículo de Alexander.Con mucha paciencia, para ser sinceros demasiada, el chico de cabello dorado como el sol asintió con suavidad, mientras mantenía la vista fija en el camino.Al parecer, a Irina le estaba costando demasiado asimilar la idea de que ahora sus vidas estaban ligadas a la de un irresistiblemente guapo millonario, lo cual tenía su lógica ya que aquello parecía totalmente absurdo.>—¿Tienes ropa cara?—preguntó la rubia preciosa con cierta emoción, asomando su rostro entre la separación de los asientos delanteros.Alexander la observó por el rabillo de sus ojos con una expresión muy peculiar dibujada en sus facciones.—Si, tengo ropa de diseñador—respondió el millonario con una mueca ladeada, mientras imploraba en silencio para que la rubia no volviera a hablar.Irina hizo el ademán de gritar, pero este fue sofocado o más bien engullido, mientras se asomaba aún más entre los asientos,
Selena observó a Andrew por algunos segundos, antes de asentir con la cabeza y deslizarse fuera del vehículo. Sin embargo, cuando su cuerpo estaba por salir en su totalidad de la cabina, algo la tomó por el brazo y la detuvo. Cuando la chica de cabello rojo escarlata se volvió hacia esa dirección, se encontró a Alexander sujetándola con fuerza mientras la observaba directamente a los ojos.—¿Qué ocurre?—preguntó ella, sin moverse un solo paso, mientras su mirada viajaba entre el millonario y Andrew, quien observaba la situación desde fuera del auto.Alexander separó los labios, preparándose para hablar. Sin embargo y por alguna razón que Selena no logró comprender, él volvió a cerrar los labios con fuerza mientras negaba suavemente con la cabeza.—Nada, solo… nada, ve con Andrew—soltó el millonario de cabello dorado, mientras liberaba el agarre que tenía sobre el brazo de la bella prostituta.Selena observó a Alexander algunos instantes antes de continuar deslizándose fuera del vehícu
—¿Que demonios te ocurre, Andrew?—soltó Selena cuando el hermoso hombre de mirada azul detuvo el vehículo frente a un enorme parque con juego para niños.—Ya te dije, Selena, te estoy secuestrando—volvió a decir él con cierto cansancio y desdén, mientras pasaba una mano por su cabellera color noche.La hermosa prostituta separó los labios, mientras volvía su rostro furioso hacia su escolta, quien parecía aburrido o más bien cansado.—Pero ¿Por qué demonios Andrew?—escupió ella convertida en una furia, mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.El chico de mirada azul como el hielo se volvió hacia ella con lentitud, observando con cierta paciencia cada una de sus facciones, admirando y saboreando la belleza que exponian estas, en especial al estar tan jodidamente enojada.—Porque necesitamos hablar—comenzó a explicar Andrew con calma—. Tienes que saber la verdad detrás de todo este maldito circo para comprender completamente a que te expones.Selena observó con detenimiento la preocup
Alexander aflojo el nudo de su corbata, logrando tomar una bocanada de aire, mientras preparaba dos shots de whisky. Necesitaba con desesperación un trago, o cualquier cosa que lo distrajera de lo que estaba ocurriendo.—¿Estás nervioso?—ronroneo Irina a sus espaldas.En ese momento él recordó la presencia de la mujer en su apartamento. Fingiendo desdén y estar relajado, Alexander se volvió hacia la hermosa rubia sentada en su sillón preferido, con las piernas recargadas en uno de los apoyabrazos.—¿Por qué estaría nervioso?—incitó Alexander, mientras esbozaba una sonrisa que intentaba parecer arrogante y suficiente.Con delicadeza él ofreció uno de los shots a Irina, quien lo tomó sin apartar su mirada del rostro del hombre, como si fuera capaz de leer mucho más allá de lo que sus ojos le mostraban.—Por lo que Andrew podría llegar a decirle a Selena—explicó Irina, arrastrando las palabras.—No tengo nada de qué preocuparme—soltó Alexander sintiendo que la exasperación llegaba hasta
—¿A la cama?—musito Alexander sin comprender en su totalidad que había ocurrido.El millonario de cabello dorado lanzó una mirada furtiva hacia Andrew, quien simplemente apretó los labios y lo evitó. Esto solo llenó de más dudas y desconciertos al hombre de mirada verde.—Si, para tener sexo—dijo con brusquedad Selena, funciendo el ceño mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.Alexander separó ligeramente los labios, mientras el asombro y la duda se apoderaban de él. Irina, sentada un par de metros a su lado se ahogó en una risa, mientras observaba el rostro del millonario colmarse de asombro y dudas.Selena también lo notó.>—¿Ocurre algo?—continuó la prostituta de cabello rojo, esta vez su tono era más suave y delicado—¿Acaso tu no puedes…?—Si, si puedo—cortó Alexander mientras sus mejillas se enrojecieron un poco ante la vergüenza de aquellas palabras no dichas—. Es solo que me tomaste por sorpresa.Selena observó al millonario directamente a los ojos por algunos segundos, ante
Alexander cerró la puerta detrás de él, y tembló al ver a Selena medio desnuda sentada en la cama con las piernas cruzadas, esperando por él.Con pasos temerosos y temblorosos, él avanzó hacia ella, sin embargo se detuvo a medio camino, observándola directamente a los ojos. Las palabras de Irina comenzaron a dar vueltas en su mente, mientras luchaba por aceptar que aquello era real y no un producto de su imaginación.Pero Alexander sabía que no podría seguir con aquello hasta que estuviera seguro de que Selena conocía la verdad.—¿Hablaste con Andrew?—preguntó el millonario de mirada esmeralda con el corazón acelerado. Selena asintió—¿Qué te dijo?Selena pasó la punta de su lengua por sus labios gruesos, mientras observaba con detenimiento al hombre frente a ella.—La verdad de tu naturaleza… promiscua—respondió ella con simpleza, mientras deslizaba un mechón escurridizo detrás de su oreja.Un escalofrío recorrió el cuerpo de Alexander mientras observaba a Selena con notable temor.—