—¿En verdad eres rico?—preguntó por sexta vez Irina, sentada en el asiento trasero del vehículo de Alexander.Con mucha paciencia, para ser sinceros demasiada, el chico de cabello dorado como el sol asintió con suavidad, mientras mantenía la vista fija en el camino.Al parecer, a Irina le estaba costando demasiado asimilar la idea de que ahora sus vidas estaban ligadas a la de un irresistiblemente guapo millonario, lo cual tenía su lógica ya que aquello parecía totalmente absurdo.>—¿Tienes ropa cara?—preguntó la rubia preciosa con cierta emoción, asomando su rostro entre la separación de los asientos delanteros.Alexander la observó por el rabillo de sus ojos con una expresión muy peculiar dibujada en sus facciones.—Si, tengo ropa de diseñador—respondió el millonario con una mueca ladeada, mientras imploraba en silencio para que la rubia no volviera a hablar.Irina hizo el ademán de gritar, pero este fue sofocado o más bien engullido, mientras se asomaba aún más entre los asientos,
Selena observó a Andrew por algunos segundos, antes de asentir con la cabeza y deslizarse fuera del vehículo. Sin embargo, cuando su cuerpo estaba por salir en su totalidad de la cabina, algo la tomó por el brazo y la detuvo. Cuando la chica de cabello rojo escarlata se volvió hacia esa dirección, se encontró a Alexander sujetándola con fuerza mientras la observaba directamente a los ojos.—¿Qué ocurre?—preguntó ella, sin moverse un solo paso, mientras su mirada viajaba entre el millonario y Andrew, quien observaba la situación desde fuera del auto.Alexander separó los labios, preparándose para hablar. Sin embargo y por alguna razón que Selena no logró comprender, él volvió a cerrar los labios con fuerza mientras negaba suavemente con la cabeza.—Nada, solo… nada, ve con Andrew—soltó el millonario de cabello dorado, mientras liberaba el agarre que tenía sobre el brazo de la bella prostituta.Selena observó a Alexander algunos instantes antes de continuar deslizándose fuera del vehícu
—¿Que demonios te ocurre, Andrew?—soltó Selena cuando el hermoso hombre de mirada azul detuvo el vehículo frente a un enorme parque con juego para niños.—Ya te dije, Selena, te estoy secuestrando—volvió a decir él con cierto cansancio y desdén, mientras pasaba una mano por su cabellera color noche.La hermosa prostituta separó los labios, mientras volvía su rostro furioso hacia su escolta, quien parecía aburrido o más bien cansado.—Pero ¿Por qué demonios Andrew?—escupió ella convertida en una furia, mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.El chico de mirada azul como el hielo se volvió hacia ella con lentitud, observando con cierta paciencia cada una de sus facciones, admirando y saboreando la belleza que exponian estas, en especial al estar tan jodidamente enojada.—Porque necesitamos hablar—comenzó a explicar Andrew con calma—. Tienes que saber la verdad detrás de todo este maldito circo para comprender completamente a que te expones.Selena observó con detenimiento la preocup
Alexander aflojo el nudo de su corbata, logrando tomar una bocanada de aire, mientras preparaba dos shots de whisky. Necesitaba con desesperación un trago, o cualquier cosa que lo distrajera de lo que estaba ocurriendo.—¿Estás nervioso?—ronroneo Irina a sus espaldas.En ese momento él recordó la presencia de la mujer en su apartamento. Fingiendo desdén y estar relajado, Alexander se volvió hacia la hermosa rubia sentada en su sillón preferido, con las piernas recargadas en uno de los apoyabrazos.—¿Por qué estaría nervioso?—incitó Alexander, mientras esbozaba una sonrisa que intentaba parecer arrogante y suficiente.Con delicadeza él ofreció uno de los shots a Irina, quien lo tomó sin apartar su mirada del rostro del hombre, como si fuera capaz de leer mucho más allá de lo que sus ojos le mostraban.—Por lo que Andrew podría llegar a decirle a Selena—explicó Irina, arrastrando las palabras.—No tengo nada de qué preocuparme—soltó Alexander sintiendo que la exasperación llegaba hasta
—¿A la cama?—musito Alexander sin comprender en su totalidad que había ocurrido.El millonario de cabello dorado lanzó una mirada furtiva hacia Andrew, quien simplemente apretó los labios y lo evitó. Esto solo llenó de más dudas y desconciertos al hombre de mirada verde.—Si, para tener sexo—dijo con brusquedad Selena, funciendo el ceño mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.Alexander separó ligeramente los labios, mientras el asombro y la duda se apoderaban de él. Irina, sentada un par de metros a su lado se ahogó en una risa, mientras observaba el rostro del millonario colmarse de asombro y dudas.Selena también lo notó.>—¿Ocurre algo?—continuó la prostituta de cabello rojo, esta vez su tono era más suave y delicado—¿Acaso tu no puedes…?—Si, si puedo—cortó Alexander mientras sus mejillas se enrojecieron un poco ante la vergüenza de aquellas palabras no dichas—. Es solo que me tomaste por sorpresa.Selena observó al millonario directamente a los ojos por algunos segundos, ante
Alexander cerró la puerta detrás de él, y tembló al ver a Selena medio desnuda sentada en la cama con las piernas cruzadas, esperando por él.Con pasos temerosos y temblorosos, él avanzó hacia ella, sin embargo se detuvo a medio camino, observándola directamente a los ojos. Las palabras de Irina comenzaron a dar vueltas en su mente, mientras luchaba por aceptar que aquello era real y no un producto de su imaginación.Pero Alexander sabía que no podría seguir con aquello hasta que estuviera seguro de que Selena conocía la verdad.—¿Hablaste con Andrew?—preguntó el millonario de mirada esmeralda con el corazón acelerado. Selena asintió—¿Qué te dijo?Selena pasó la punta de su lengua por sus labios gruesos, mientras observaba con detenimiento al hombre frente a ella.—La verdad de tu naturaleza… promiscua—respondió ella con simpleza, mientras deslizaba un mechón escurridizo detrás de su oreja.Un escalofrío recorrió el cuerpo de Alexander mientras observaba a Selena con notable temor.—
El beso de Selena tomó por sorpresa a Alexander, cuyo corazón pareció salir de su propio pecho cuando los labios de la hermosa mujer entraron en contacto con los suyos.Alexander sintió el repentino impulso y la necesidad de apartar a la hermosa prostituta, sin embargo sus instintos precarios, los más animales, ya estaban allí presentes, luchando contra las cadenas invisibles de su autocontrol para liberarse y dar rienda suelta a sus deseos carnales.La primera vez que se había acostado con Selena había sido dulce, suave, tierno y hasta gentil, algo que le resultaba sumamente impropio en él, teniendo en cuenta sus anteriores experiencias en la cama.Sin embargo, en aquel instante, en ese preciso momento, el Alexander del pasado no se hizo presente. Solo se encontraban las emociones y los instintos animales peleando los unos contra los otros.Selena intentó deslizar la lengua dentro de la boca de Alexander, pero sus labios estaban sellados igual que una caja fuerte. Ella tomó otra deci
Alexander volvio a reclamar sus labios con una fogosa pasion, la cual solo servia para alimentar el deseo de poseerla, de sentir la suavidad de su piel con la llema de sus dedos, de saborear el delicioso pecado atado a la carne.El millonario comenzo a acariciar el cuerpo de Selena, primero por encima de la ropa, sin embargo, antes de notarlo, comenzo a deslizar sus dedos por debajo de la suave textura de la tela, buscando el calor de su piel.Cuando finalmente hizo contacto con esta, de los labios de la hermosa prostituta escapo un pequeño grito, mientras se retorcia bajo el pesado cuerpo de Alexander, intentando escapar de su contacto.El hombre de cabello dorado se retiro levemente, solo para estudiar las facciones enrojecidas de Selena, en busca de una posible explicacion a lo que acabab de ocurrir. Mas pronto que tarde comprendio que se trataba del fio.Las manos del hermoso hombre estaban heladas debido al vaso de wisky que habia sostenido durante largos minutos.Durante algunos